El catálogo de Netflix volvió a demostrar su fuerza con una de las producciones europeas más comentadas del año: Una madre perfecta. Este thriller judicial de solo cuatro episodios combina drama, suspenso y emoción, para ofrecer una historia que cuestiona hasta dónde puede llegar una madre por amor.
La trama gira en torno a Hélène Berg, interpretada por Julie Gayet, una mujer que lleva una vida tranquila en Berlín hasta que una llamada inesperada cambia su destino. Su hija Anya es acusada de asesinato en París, y Hélène no duda en viajar de inmediato para ayudarla. Sin embargo, lo que comienza como una búsqueda por la verdad se transforma rápidamente en un laberinto de engaños, manipulaciones y secretos familiares.

Con el correr de los capítulos, el espectador acompaña a esta madre que, movida por el instinto de protección, se adentra en una red donde nada es lo que parece. Las certezas se desmoronan y las sospechas crecen, dejando en evidencia que incluso los vínculos más profundos pueden estar atravesados por la mentira.
Dirigida por Frédéric Garson y escrita por Thomas Boullé y Carol Noble, Una madre perfecta es una coproducción entre Bélgica, Francia y Alemania que brilla por su precisión narrativa. En apenas cuatro horas logra construir una tensión constante sin recurrir a giros inverosímiles ni largas temporadas.
La crítica especializada elogió su formato breve y su eficacia. Desde Ready Steady Cut escribieron: “Es un alivio encontrar una historia que va directo al grano y no se alarga innecesariamente. Si podés dedicarle unas pocas horas, vale totalmente la pena”. Mientras que Heaven of Horror destacó: “Tiene todo lo que se espera de un thriller criminal”.
Además de Gayet, el elenco se completa con Tomer Sisley, Eden Ducourant, Andreas Pietschmann, Cyril Guei y Sylvain Dieuaide, quienes aportan solidez y matices a una historia en la que cada personaje esconde más de lo que muestra.

Ambientada entre Berlín y París, la miniserie aprovecha la atmósfera europea para reforzar su tono elegante y sombrío. Los paisajes urbanos y la fotografía fría acompañan el desconcierto emocional de la protagonista, que debe enfrentarse no solo al sistema judicial, sino también a sus propias dudas como madre.
Una madre perfecta invita al espectador a preguntarse qué haría en el lugar de Hélène. ¿Protegería a su hija a cualquier costo, incluso si eso implica desafiar la verdad? Esa tensión entre el amor y la justicia es el corazón de una historia que, capítulo a capítulo, mantiene la intriga hasta el último minuto.





