Hablar de pioneros aquí es referirse a gente joven, quienes llegaron hace poco más de 25 años para apostarlo todo: vendieron sus casas, renunciaron a sus empleos y, una vez instalados, procuraron consolidar una identidad que el propio lugar les fue brindando. Hoy vuelven a celebrarla, aunque de un modo distinto: esta vez, con la intención de proyectarse al mundo.
Mar de las Pampas -el bosque junto al mar que desde su origen respetó las virtudes que la naturaleza le concedió- celebra su lema, «Vivir sin prisa», y apunta ahora a un reconocimiento de la ONU Turismo para lo que sus habitantes describen como «un producto único, difícil de encontrar».
Bosque de eucaliptos en Mar de las Pampas Foto Cecilia ProfeticoLa aldea de mar, como les gusta decir a los locales, aspira a ganarse un lugar en la lista de los mejores pueblos turísticos del mundo. El reconocimiento de la Organización de las Naciones Unidas va por su quinta edición y en ninguna de ellas se destacó, al menos de Argentina, un destino de bosque y mar.
ONU Turismo distingue a las localidades que cuentan con «activos culturales y naturales acreditados» y que tienen «un compromiso con la preservación de los valores comunitarios y con la innovación y la sostenibilidad en las dimensiones económica, social y ambiental».
Este año quedaron seleccionados en la lista de los mejores pueblos turísticos Colonia Carlos Pellegrini, en Corrientes; y Maimará, en Jujuy. La lista incluye 52 pueblos de todo el mundo. Se habían presentado 270 candidaturas. Mar de las Pampas postulará la suya para la edición 2026, pero comienza a fortalecer desde ahora sus marcas distintivas.
Para eso, ya con fecha fija en el cronograma de celebraciones anuales, del 31 de octubre al 2 de noviembre próximo, la comunidad del distrito, los sectores hotelero y gastronómico, apoyados por la comuna, programaron un fin de semana temático para invitar a locales y a visitantes a disfrutar de experiencias relajadas, con música en vivo, talleres, propuestas gastronómicas y actividades al aire libre, en sintonía con el espíritu de su lema.
El centro comercial en pleno bosque. Foto: Fernando de la Orden.«Mar de las Pampas tiene cuestiones estructurales, no subjetivas a la hora de pensar en vivir sin prisa. Por ejemplo, aquí, de las 300 hectáreas del lugar solo una tercera parte se destinó al trazado urbano: no es casual que no se haya construido en el resto, en el espacio verde. Luego, otro pilar, es el detalle de ese trazado», argumenta Irene Montenegro, pionera con su familia con la Posada Piñen. Docentes, ella y su esposo llegaron a fines de los años 90 desde Martínez, localidad ubicada en la zona norte del conurbano.
Sobre la traza de las calles, Irene destaca que a diferencia del resto de las localidades de la Costa Atlántica, en Mar de las Pampas «no hay calle costanera, y es por decisión de la comunidad que es así» y remarca: «Para pasar a la playa hay que atravesar una duna y es lo que hace que tengamos las playas que tenemos, tan amplias.»
Las calles, todas de arena, no siguen el trazado del tradicional damero, sino que recorren la parte más baja de los médanos. Hay manzanas con cul-de-sac («callejón sin salida», en francés), no hay tres cuadras que transcurran rectas, sino que el camino se abre sinuoso entre cedros, pinos y acacias, con los desniveles naturales del terreno.
Las amplias playas de Mar de las Pampas, otro gran atractivo. Foto: Fernando de la Orden.Víctor Borgia, de Miradores del Bosque Apart & Spa, un cálido complejo a 150 metros de la playa y a una cuadra del centro comercial, anuncia «un fin de semana especial para resaltar las características del eslogan de Mar de las Pampas, con actividades que hacen al vivir sin prisa».
«Se organizaron eventos de música, clínicas de pan, de cerámica, de fermentación, talleres de arte, caminatas, y participarán todos los restaurantes, que van a presentar productos diferenciados y promociones. La hotelería se suma con un late check out, por lo que la estadías se prolongarán hasta el domingo a las 16. El tiempo no debe ser un impedimento«, explica el empresario hotelero, que además es presidente de las filial local de la Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina (Ahtra) y directivo de la Cámara de Comercio y Turismo de Villa Gesell.
Destino slow: Mar de las Pampas en la provincia de Buenos Aires. Foto Cecilia ProfeticoQuienes acercaron a la comunidad la idea de prepararse para postular el destino al Best Tourism Villages fueron Marisa Zamora y Hernán Antolini, vecinos radicados hace poco más de 4 años. «Es una manera positiva para proponer hacer cosas, cuidar este entorno, esta forma de vida, y lo maravilloso fue que la gente se contagió enseguida con la postulación, pero además lo lindo fue que nos encontrarnos ante un proyecto en el que coincidimos en la mayoría de las cosas», cuenta ella.
«Se trata, además, -explica Zamora- de promover un turismo que disfrute este tipo de vida, de valores, y conviene a todos. Porque si no salís elegido, accedés a un Programa de Mejora que permite continuar trabajando en los puntos en que estabas flojo y entrar en red con otros pueblos que ya ganaron o que están en ese programa, de manera de fortalecerte para una próxima postulación» .
Mar de las Pampas, el bosque junto al mar que desde su origen respetó las virtudes que la naturaleza le concedió. Foto Cecilia ProfeticoY explica que el «vivir sin prisa» es más que un eslogan: «Es la forma en que vivimos, que no solo es ir lento, es la forma en que nosotros vivimos con respecto a la naturaleza, sin avasallar. Todos lo que hacemos lo tratamos de hacer con el disfrute y con el tiempo que se necesita para ese disfrute. Ese es un valor muy importante de Mar de las Pampas.»
AA





