La participación electoral en las elecciones legislativas de 2025 alcanzó el 66% del padrón, según informó la Dirección Nacional Electoral (DINE), dependiente del Ministerio del Interior. Se trata del porcentaje más bajo desde la vuelta a la democracia en diciembre de 1983 y representa una caída de cinco puntos respecto a las elecciones de medio término de 2021, cuando votó el 71% de los habilitados.
Durante la jornada, los cortes horarios reflejaron un avance gradual de la asistencia: a las 12 del mediodía había votado el 23%, a las 15 alcanzó el 41% y a las 17 llegó al 58,5%. Finalmente, la cifra total se ubicó en torno al 66%, consolidando una tendencia descendente que se observa desde 2013.
Este año, las elecciones se realizaron por primera vez con Boleta Única de Papel (BUP), y se renovaron 127 de las 257 bancas de la Cámara de Diputados y 24 de las 72 del Senado. La provincia de Buenos Aires, el distrito más grande del país, registró una participación del 65%, similar a la media nacional, sobre un padrón de más de 14,3 millones de votantes.
Según un estudio del Observatorio de Calidad Institucional (OCI) de la Universidad Austral, elaborado por Marcelo Bermolén, la baja asistencia se esperaba debido a la desconfianza, la apatía y la rebeldía frente a las fuerzas políticas tradicionales. El informe proyectaba una participación nacional entre 65% y 69%, cifra que coincide con el resultado final.
En perspectiva histórica, luego del pico legislativo de 1987 (84,74%), la concurrencia electoral ha mostrado una caída progresiva con pocas excepciones, como en 2017 (77,61%) y 2021 (71,83%). Este año, la asistencia apenas supera los dos tercios del padrón, marcando un piso histórico de participación y reflejando un creciente desinterés de la población hacia los comicios legislativos.
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