La Lic. María Fernanda Martínez, gerenta de Gas Natural Vehicular del ENARGAS, destacó en diálogo con Surtidores el rol del gas natural como vector de transición y la necesidad de fortalecer una agenda común regional que combine seguridad, tecnología e industria nacional.
En octubre pasado, Santiago de Chile fue sede de la Semana de la Energía, una convención que reunió a representantes de gobiernos, empresas y organismos técnicos de toda América Latina. Uno de los ejes más relevantes del encuentro fue la movilidad sostenible, tema que atraviesa la discusión sobre la transición energética y la competitividad regional.
“La movilidad debe ocupar un lugar central en la agenda energética de Latinoamérica. El transporte es el principal vector de consumo de hidrocarburos en la región, y por lo tanto, uno de los sectores que más puede aportar a la transición hacia una matriz más limpia y eficiente”, explicó a Surtidores la Lic. María Fernanda Martínez, gerenta de Gas Natural Vehicular del ENARGAS, organismo encargado del control normativo, la seguridad operativa de las estaciones de carga y la atención de reclamos vinculados con el uso del GNC.

Radiografía del parque automotor argentino: predominio de la nafta y crecimiento de la movilidad híbrida
Con más de 15,5 millones de vehículos en circulación, la Argentina cerró 2024 con una motorización dominada por la nafta, un retroceso del gasoil y señales de avance en la electrificación.
Los datos lo confirman: América Latina tiene un 63 por ciento de participación de hidrocarburos en su matriz primaria, y el transporte representa casi el 40 por ciento del consumo total. Por eso, el desafío de avanzar hacia un esquema de movilidad de bajas emisiones no solo implica reducir la huella ambiental, sino también mejorar la competitividad económica de los países.
Según Martínez, la transición vehicular no puede concebirse como un proceso uniforme: “Cada país tiene su propio punto de partida y debe aprovechar los recursos disponibles. Nuestra región es diversa en materia energética: contamos con gas natural, biocombustibles, etanol y enormes potenciales en energía solar y eólica. Esa diversidad es una ventaja que debemos potenciar”.
El recorrido regional ofrece ejemplos concretos. Chile cuenta con una flota de 4.000 buses eléctricos que circulan en Santiago, donde la calidad del aire es un tema crítico. Brasil, por su parte, apuesta a la diversificación, con una amplia combinación de etanol, biocombustibles, líquidos y gas natural, tanto en transporte liviano como pesado. En países de Centroamérica —como Costa Rica, El Salvador o Guatemala—, donde no existen terminales automotrices, la estrategia pasa por importar directamente buses y vehículos eléctricos, en muchos casos de origen chino.
En este escenario, Argentina se diferencia por su potencial gasífero y su infraestructura ya instalada. “Contamos con una red de gas natural que atraviesa todo el territorio y con una industria nacional que domina el know-how del GNC. Esto convierte al gas en una opción sumamente competitiva para el transporte público y de carga”, señaló la funcionaria.
Desde el ENARGAS, la agenda del Gas Natural Comprimido se orienta a fortalecer esa ventaja estructural mediante la expansión de redes de carga autorizadas para transporte pesado, liviano y buses urbanos. “Actualmente existen 2.080 estaciones de GNC en el país, de las cuales 187 están habilitadas para vehículos pesados y colectivos, y se están sumando nuevas instalaciones destinadas a flotas cerradas”, detalló Martínez.

Las Estaciones de Servicio aceleran la electromovilidad: impulso oficial, vehículos más accesibles y energía renovable
La flexibilización tributaria y de importaciones de autos eléctricos abrió una ventana de oportunidad que el sector de expendio de combustibles no piensa desaprovechar. Especialistas aseguran que el escenario es ideal para instalar cargadores y sumar energía solar.
La funcionaria destacó además que la relevancia del GNC no radica solo en su aporte a la transición energética, sino también en el impacto industrial y tecnológico que genera. “Argentina posee una cadena de valor completa: fabricación de cilindros, surtidores, compresores, ingeniería, automotrices y empresas metalmecánicas. Todo ese entramado puede potenciarse para impulsar empleo y desarrollo local”, sostuvo.
En ese sentido, subrayó la importancia de mantener actualizadas las reglamentaciones técnicas que garanticen seguridad y calidad en la prestación del servicio. “El crecimiento del GNC en el transporte requiere un marco normativo sólido y dinámico, capaz de acompañar la innovación tecnológica y las nuevas demandas de movilidad”, puntualizó.
Mirando hacia adelante, Martínez considera que la articulación regional será clave para acelerar la transición energética. “América Latina tiene los recursos, la tecnología y el talento humano necesarios para construir una movilidad sostenible y accesible. El desafío es coordinar políticas, compartir experiencias y avanzar en una agenda común que combine sustentabilidad con desarrollo productivo”, concluyó.





