Bloomberg Línea — Las donaciones privadas en Latinoamérica representan solo entre el 0,2% y 0,3% del PIB regional, hasta un 50% menor en comparación a economías emergentes como Indonesia o Sudáfrica, de acuerdo con un reporte de la entidad sin fines de lucro The Resource Foundation y la firma de asesoría estratégica Dalberg Advisors.
El flujo de donaciones privadas en Latinoamérica es menor a la de países como Estados Unidos (1,5%), Canadá (1%) y Reino Unido (0,96%), indica el informe, que contó con el respaldo de la Fundación Rockefeller.
Este bajo nivel de donación contrasta con el crecimiento sostenido de la riqueza regional. Según cifras de la ONG Oxfam, el 10% más rico concentra un tercio de los ingresos en la región.
“América Latina y el Caribe tiene un potencial filantrópico enorme, pero aún sin activar. Necesitamos una filantropía que deje atrás las soluciones temporales y trabaje por cambios estructurales y sostenibles”, dijo en el marco de la presentación del informe en Bogotá Lyana Latorre, vicepresidenta de la Fundación Rockefeller para América Latina y el Caribe.
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En el informe, titulado “Cinco agendas para activar la transformación del sector filantrópico en América Latina y el Caribe”, los analistas estiman que movilizar solo 1% adicional del patrimonio de los ultrarricos latinoamericanos generaría cerca de US$5.000 millones anuales para los proyectos filantrópicos.
Esta cifra es cercana al volumen total de cooperación internacional que fluye hacia la región, estimado en cerca de US$6.000 millones anuales.
Para estas organizaciones hay una necesidad urgente de fortalecer la filantropía local y regional para garantizar la continuidad de las iniciativas transformadoras en beneficio de las comunidades de la región.
La Fundación Rockefeller ha evidenciado que la región demanda acciones con impacto y resultados tangibles.
Según una reciente encuesta de la Fundación Rockefeller, el 78% de la población de América Latina apoya la cooperación internacional si se demuestre efectiva, por encima de la media global del 75%.
Desafíos estructurales

Real brasileñoUn vendedor ambulante cuenta dinero en Río de Janeiro, Brasil, el jueves 31 de mayo de 2012. El real cayó por tercer día consecutivo un 0,3 por ciento a 2,0224 por dólar estadounidense.
De acuerdo con el análisis, los principales desafíos estructurales que enfrenta el sector filantrópico en Latinoamérica incluyen la falta de inversión estratégica y la desconfianza pública.
Adicionalmente, los autores del reporte indicaron que “la región ha sido un punto ciego para la filantropía internacional”.
Muestra de esto es que entre 2018 y 2020, Latinoamérica recibió unos US$400 millones anuales de filantropía privada, concentrados en pocos países, frente a US$2.900 millones en África y US$1.400 millones en Asia.
“En parte, esto responde a la clasificación de la región como de ingreso medio, una etiqueta que suele ocultar sus profundas desigualdades”, dice el reporte. “Incluso cuando hay convocatorias, muchas quedan desiertas por las persistentes barreras de acceso que enfrentan las organizaciones locales”.
Beatriz Guillén, directora ejecutiva de The Resource Foundation, expresó que “la filantropía en América Latina y el Caribe tiene una enorme energía latente”, representada en capital y talento existente.
“Lo que necesitamos ahora es activarlos con propósito, construir confianza y demostrar que invertir en la región no es asistencialismo, sino estrategia de desarrollo”, apuntó.
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Panorama marcado por recortes

UsaidLas ayudas a USAID sufrieron fuerte recortes tras los cambios adoptados por la Administración Trump.(Shutterstock)
El panorama de inversión en proyectos de cooperación internacional ha estado enmarcado por los recortes adoptados por el Gobierno de EE.UU. desde la llegada al poder de Donald Trump.
Los recortes han ido directamente enfocados a organismos como la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés).
No obstante, en medio de la reestructuración de la política exterior estadounidense, también hay recortes para aliados históricos como Colombia, en medio de los choques políticos de Trump y su homólogo de ese país, Gustavo Petro.
En el reporte apoyado por la Fundación Rockefeller calculan que solo el cierre de USAID representó la salida de más de US$2.300 millones para la región, con impactos importantes en Guatemala, Honduras y Colombia.
En este contexto, otros donantes como Alemania y Reino Unido también han recortado su apoyo.
Agenda para fortalecer la donación privada
El informe plantea cinco agendas estratégicas para transformar la filantropía en América Latina y el Caribe, basadas en las opiniones de más de 70 líderes regionales —incluyendo organizaciones filantrópicas, empresas, grupos de la sociedad civil y actores locales— y la revisión de más de 40 estudios.
En primera instancia proponen una colaboración radical, fomentando alianzas sostenidas con metas comunes y evaluación conjunta en lugar de proyectos aislados.
Segundo, una movilización de recursos locales, incentivando a nuevos donantes y actores, y facilitando su participación sostenida para activar el potencial económico de la región.
Tercero, fomentar la inversión con propósito, priorizando el impacto social, la sostenibilidad y el fortalecimiento institucional sobre el simple volumen de fondos.
Cuarto, impulsar el liderazgo local, reconociendo la capacidad de las comunidades para gestionar su propio desarrollo y asegurando su participación en las soluciones.
Y la quinta agenda se refiere a una profesionalización del sector, fortaleciendo infraestructura, talento especializado y mecanismos de rendición de cuentas para aumentar la efectividad y legitimidad de la filantropía regional.
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