Un contundente análisis del observatorio The Lancet Countdown advirtió que la mortalidad asociada al calor extremo en América Latina se duplicó en los últimos años, con un incremento del 103% en las muertes vinculadas al aumento de las temperaturas.

El informe, que abarca 17 países de la región, estima que cada año unas 13.000 personas fallecen por causas atribuibles al cambio climático y al calor extremo, mientras que las pérdidas económicas ascienden a unos 855 millones de dólares entre 2015 y 2024.

El estudio analiza múltiples indicadores, entre ellos la exposición al calor, la eficacia de las alertas tempranas, la propagación de enfermedades como el dengue, las pérdidas laborales en sectores vulnerables y la formación sanitaria frente a los riesgos climáticos.

Los resultados muestran que los adultos mayores y los menores de un año son los grupos más vulnerables, y que las principales ciudades latinoamericanas ya registran incrementos en la temperatura media de entre 0,5 y 1 grado centígrado respecto a la década de 2001-2010.

Los autores del informe fueron categóricos: la adaptación al cambio climático “dejó de ser algo opcional” y debe convertirse en una estrategia prioritaria para proteger la salud humana. Advirtieron que, sin medidas urgentes y coordinadas desde los gobiernos, los sistemas de salud y la planificación urbana, los efectos del calor seguirán agravando las desigualdades y deteriorando las condiciones de vida en toda la región.