El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, dirigi una extensa y crtica carta al presidente Javier Milei este sbado, manifestando su descontento por haber sido excluido de la convocatoria de gobernadores en la Casa Rosada, un encuentro centrado en los firmantes del Pacto de Mayo.
El mandatario bonaerense calific la decisin del Presidente como un «gesto antidemocrtico» y «contrario al espritu federal».
En la misiva, Kicillof enfatiz la representatividad de las provincias no convocadas, sealando que «las provincias que usted decidi no convocar representan a ms del 40% de la poblacin argentina. Y los gobernadores que las conducimos fuimos elegidos democrticamente, al igual que usted, para defender los intereses de nuestros pueblos», apunt el gobernador.
El foco de la crtica de Kicillof se centr en la selectividad del dilogo propuesto por el Gobierno nacional en la reunin del jueves. Adems del bonaerense, Milei tampoco convoc a los gobernadores peronistas Ricardo Quintela de La Rioja, Gildo Insfrn de Formosa y Gustavo Melella de Tierra del Fuego.
La carta de Kicillof
Carta al Presidente Javier Milei
Seor Presidente:
Los resultados de las elecciones nacionales del 26 de octubre fueron favorables para su fuerza poltica. Sin embargo, las calamidades que su modelo econmico provoca en nuestra sociedad siguen su curso. Jubilados, trabajadores, comerciantes, industriales, estudiantes, sectores vulnerables y sectores medios continan siendo golpeados por un ajuste que se traduce en recesin, feroz cada del consumo y las ventas, prdida de empleo y, sobre todo, angustia y desesperacin.
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Valoro que haya decidido dejar de insultar a quienes piensan distinto. Pero su tarea, seor Presidente, es mucho ms que eso: se trata de gobernar para todos los argentinos, dentro de la Constitucin, respetando el federalismo y defendiendo el inters nacional. Ser el pueblo, dentro de dos aos, quien decida si cumpli o no con esa tarea.
En esta nueva etapa de su gobierno, usted modific su tono y su estilo, pero an le falta lo ms importante: enfrentar la realidad. Su plan econmico, basado en mantener un dlar bajo y una recesin prolongada para contener los precios, fracas. Los dlares de Scott Bessent pueden haber sido eficaces para calmar a los mercados financieros, pero de ninguna manera resuelven los problemas de la vida cotidiana de la mayora de los argentinos. Cabe recordar que usted tuvo que recurrir a este nuevo «salvataje» luego de que su propio plan econmico pusiera a la economa y a la sociedad argentina al borde del abismo. Esa realidad debera invitarlo a tener mayor humildad y menos triunfalismo.
A partir de entonces, el presidente Trump asumi un rol indito en la poltica nacional. Sus declaraciones, amenazando a los argentinos con «no ser generoso» si su candidato perda, constituyen un episodio vergonzoso para nuestra democracia. No se registra en la historia argentina una intromisin econmica y poltica de semejante magnitud y tan explcita. Luego, el supuesto emisario de Estados Unidos, Barry Bennet, vino al pas a «ordenar» su campaa y su gobierno. Si bien esta intervencin puede haber calmado los mercados y contribuido a su resultado electoral, lo hizo al precio de una prdida de soberana y dignidad nacional. Y a cambio de compromisos que no se dieron a conocer porque, claramente, no se trata de una sociedad de beneficencia.
Le recuerdo, seor Presidente, que el respaldo del extranjero no reemplaza el respaldo del pueblo argentino. A usted le gusta recordar que «2 + 2 es 4». Debo sealarle, al respecto, que la suma de quienes no votaron por su fuerza poltica y los millones de argentinos que no fueron a votar -seguramente desalentados luego de sucesivas frustraciones econmicas y decepciones polticas- constituyen una mayora social que no lo est aplaudiendo precisamente.
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Ahora bien, si realmente desea abrir un dilogo con quienes piensan distinto y priorizan los intereses de todos los argentinos, le digo con total claridad: no es buena seal excluir a los gobernadores que considera «enemigos». Las provincias que usted decidi no convocar representan a ms del 40% de la poblacin argentina. Y los gobernadores que las conducimos fuimos elegidos democrticamente, al igual que usted, para defender los intereses de nuestros pueblos. La exclusin de nuestras provincias es un gesto antidemocrtico y contrario al espritu federal.
Por eso lo convoco, una vez ms, a reunirnos para articular polticas pblicas. No espere de m insultos ni agresiones; pero tampoco espere que ceda en la defensa de los intereses de mi provincia o en la defensa de las convicciones de mi fuerza poltica. Resulta innegable que la provincia de Buenos Aires -donde vive casi el 40% de los argentinos, los que lo votaron y los que no- ha sido duramente castigada por su administracin. En seguridad, sufrimos recortes arbitrarios; en transporte, la quita de subsidios afecta a millones de bonaerenses; en infraestructura, se paralizaron obras esenciales. A eso se suma la cada de la recaudacin producto de la recesin y el aumento de la demanda social.
La situacin es de emergencia, y el Gobierno Nacional que usted lidera no puede borrarse ni desertar de sus responsabilidades. El ajuste fiscal al que usted llama «supervit» se construy en gran medida sobre la quita ilegal de fondos a las provincias. En el caso de Buenos Aires, se eliminaron el Fondo de Seguridad, el Fondo de Incentivo Docente, el Fondo Compensador para los Jubilados, se paralizaron 1.000 obras y 16.000 viviendas, entre otros. Nos debe a los bonaerenses ms de doce millones de millones de pesos. Ese supuesto ahorro nacional est hecho con recursos que le pertenecen al pueblo de mi Provincia y de las dems. La Provincia de Buenos Aires es la ms poblada del pas, la que ms produce y la que menos recursos recibe: aporta el 40% de la recaudacin nacional y recibe apenas el 7%. Eso no es austeridad: es injusticia estructural.
Adems de las deudas que tiene su Gobierno con las Provincias -planteadas con firmeza por mis colegas en la reunin a la que decidi excluirme- usted propone discutir una agenda de reformas. Las reformas que Argentina necesita deben estar orientadas a promover un desarrollo federal con justicia social, a fortalecer los intereses nacionales en un mundo catico, y a favorecer un Estado eficaz, capaz de corregir las desigualdades que fracturan a nuestro pas. An no se conoce el contenido preciso de sus propuestas para esta nueva etapa, pero las declaraciones -de sus funcionarios y de los nuevos accionistas extranjeros de su gobierno- insinan una direccin que agravar las desigualdades de nuestra sociedad. Las reformas prometidas no contienen soluciones para una economa paralizada, para una industria nacional quebrada ni para un pueblo que la est pasando mal. Como dirigente de la fuerza poltica ratificada el domingo como principal fuerza de la oposicin, le aseguro que se equivoca si cree que, por participar de fotos o reuniones, el peronismo va a acompaar reformas que quiten derechos, destruyan la produccin y ahoguen an ms a una sociedad golpeada, endeudada y sin horizonte de progreso.
Una vez ms le propongo discutir estas cuestiones -y las que usted quiera agregar- con seriedad. As como lo hice la noche del 7 de septiembre despus de que nuestra fuerza poltica obtuviera un triunfo contundente en las elecciones provinciales, en las cuales se ratific el rumbo de nuestra gestin, vuelvo a hacerlo ahora que nos toc perder por un escaso margen en la eleccin nacional en la Provincia. No todo se trata de consignas e insultos; la campaa ya termin. En virtud de nuestras responsabilidades, estamos obligados a coordinar para proteger a los que ms sufren, reactivar la produccin, fortalecer el federalismo y garantizar que las provincias reciban lo que les corresponde.
Su gobierno desert de sus obligaciones en materia de salud, educacin, infraestructura, proteccin del trabajo, alimentacin; quit remedios y asistencia a los jubilados, pacientes oncolgicos y personas con discapacidad. En nuestra provincia, muchsimos bonaerenses tienen crecientes dificultades para afrontar el alquiler, los servicios, los remedios y hasta la comida. Desde el gobierno provincial y los municipios intentamos dar respuestas a una demanda cada vez mayor. Para que tenga una idea, slo en los comedores escolares y comunitarios reciben alimento ms de 4 millones de bonaerenses y la necesidad crece. Se necesita al Estado para afrontar esta emergencia y usted no puede permanecer indiferente. Imagnese si tuviramos todos esa actitud.
Presidente Milei: los argentinos la estn pasando mal. Las familias estn endeudadas, los comercios vacos, la industria paralizada, los salarios pulverizados. Los municipios y las provincias sostienen con esfuerzo lo que el Estado nacional abandona. Su poltica econmica est destruyendo el tejido social y productivo de la Argentina. Por eso le pido que escuche, que corrija, que dialogue. No con los mercados, sino con la gente. No con los poderosos de afuera, sino con los trabajadores, los empresarios y los gobernadores de su propio pas. El futuro de la Argentina no se construye con odio ni sometimiento, sino con respeto, cooperacin y amor a la Patria.
Atentamente,
Axel Kicillof
Gobernador de la Provincia de Buenos Aires
