En el mundo empresarial catalán, el aumento de la tensión o la supuesta ruptura entre el Junts de Carles Puigdemont y el Gobierno de Pedro Sánchez se ha recibido con prudencia. Las quejas por la casi segura ausencia de presupuestos generales del Estado por tercer año consecutivo sirven como argumento para pensar en si están más cerca el fin del Gobierno progresista de coalición y la convocatoria de elecciones, posibilidad que se ve con cierto agrado, especialmente por el cambio de política fiscal que se presume aplicaría un futuro gobierno del PP. Pero, de momento, lo más probable es que la situación se prolongue toda vez que Sánchez asegura que mantendrá viva la legislatura hasta el 2027.
]]>





