“No me llames discapacitada. La naturaleza no crea seres inútiles ni tullidos ni discapacitados. Es tu puta cabeza de carcelero de mierda armada de leyes la que nos etiqueta y nos aparta”. Así de rotundas son algunas de las frases del guión de Fácil, la serie de Cinemax que se puede ver por Flow. Y la dice Nati, uno de los personajes que padece una enfermedad mental.
Con esa contundencia comienza la producción española de cinco episodios, basada en el best seller Lectura fácil, de la escritora Cristina Morales, que ganó el Premio Herralde de Novela en 2018. La historia sigue los días de Marga (Natalia de Molina), Nati (Anna Castillo), Patri (Anna Marchessi) y Ángeles (Coria Castillo), cuatro mujeres con discapacidad intelectual que conviven en un departamento tutelado por la Generalitat en Barcelona.
Compartir un espacio significa para ellas un gran desafío social. Incumplir ciertas normas puede costarles la vivienda y obligarlas a regresar a una residencia. A lo largo de los episodios, Fácil se adentra en las rutinas y conflictos cotidianos de las chicas.
Nati tiene un pasado intelectual brillante y ahora debe lidiar con los ataques de ira. Marga quiere vivir su sexualidad con libertad -según las normas, con “demasiada libertad”- y eso le trae problemas. Ángeles debe enfrentarse con una tía malvada y con su adicción al juego. Y Patri parece bien encaminada, pero la sociedad no deja de ponerle obstáculos. El cuadro de personajes se completa con una asistente social comprensiva y con las autoridades poco benevolentes.
La autora del libro salió a cuestionar la serie: “Se perdió la crítica al establishment contemporáneo de la discapacidad y la salud mental”.Basada en buenas actuaciones -principalmente el personaje más complejo y reivindicativo de Natalia de Molina-, los episodios muestran lo difícil que puede ser para ellas aspirar a una vida independiente, desde ir a un restaurante, convivir con los vecinos o manejar el dinero, siempre bajo la mirada de inspectores y autoridades que controlan la casa tutelada.
Por momentos, Fácil resulta tierna y tiene momentos risueños. Ellas se acompañan y se quieren pese a sus peleas compartiendo el camino de ser lo más autónomas posibles. Sin embargo, pese a las buenas interpretaciones, las intenciones se quedan en eso: en estereotipos, en un tono condescendiente y en un tratamiento acomodaticio del asunto. En fin, una mirada domesticada y edulcorada, que la novela no tenía.
De hecho, la autora salió a criticar la serie a poco de su estreno: “Se perdió la crítica al establishment contemporáneo de la discapacidad y la salud mental”.
Incluso sin necesidad de compararla con la novela, Fácil va perdiendo brillo y humor a medida que avanzan los episodios. En una entrevista, su directora contó: “Fue un proceso de ensayo y error. Tuvimos que escribir la serie cinco veces hasta que Movistar (la plataforma inicial) dio el visto bueno”.
Para estas chicas, compartir un espacio significa un gran desafío social. Incumplir ciertas normas puede costarles la vivienda.Tal vez ahí radique uno de sus mayores problemas: el visto bueno corporativo parece haber llegado cuando la serie se volvió correcta y bienintencionada. Limó tanto los bordes de lo que debía incomodar que terminó siendo moralizante y poco interesante de ver.
Ficha
Calificación: Regular
Comedia dramática Protagonistas: Natalia de Molina, Anna Castillo, Anna Marchessi y Coria Castillo Creadora: Anna R. Costa Emisión: Cinemax (Flow). Duración: cinco episodios de media hora.





