Caminar los circuitos de la Fórmula 1 es un privilegio para pocos, del que afortunadamente los periodistas acreditados pueden gozar. Recorrer el trazado de Interlagos es especial, por la omnipresencia de Ayrton Senna -presente en un mural y en un busto que pueden verse desde el asfalto- y por la mística que rodea a un gran premio dueño de definiciones históricas, ya que aquí en el pasado solía celebrarse la última prueba de la temporada.
Lo primero que llama la atención en el recorrido es el inicio: se empieza al revés. Este es un autódromo ubicado a 800 metros sobre el nivel del mar que va en dirección contraria a la agujas del reloj, por lo que al ingresar a la pista a través de los boxes hay que ir hacia la izquierda para comenzar el recorrido que lleva hacia la S de Senna, con su fuga pintada y no hecha de césped.
Lewis Hamilton y las curvas del trazado de Interlagos. EFE/ Isaac FontanaY, tras estar a 43 metros de altura, comienza el pronunciado descenso que en la tele se queda corto. La bajada es impresionante y las marcas del asfalto no se quedan atrás. Las rayas que aparecen en la Curva del Sol, la número 3, tienen una misión clara y clave en un lugar donde la lluvia siempre suele decir presente: evitar que el agua se acumule y se produzcan charcos.
El terreno, entonces, cae y desemboca en la Descida do Lago, donde el viernes a la noche estaban las marcas del despiste de Yuki Tsunoda -que terminó contra la barrera de contención tras romper el endplate izquierdo- y los empleados del GP de San Pablo trabajaban pintando los pianitos con los colores verde, amarillo y azul de la bandera brasileña.
Después de ese tramo, comienza la parte más lenta y técnica del trazado: las curvas Ferradura, Laranjinha y Pinheirinho, que terminarán en la curva más lenta de todas como es Bico de Pato. Tras la combinación 10-11 (Mergulho), el terreno vuelve a acelerar para la segunda zona de DRS (la otra, obviamente, es en la salida de la recta principal, con las velocidades más altas y el mejor lugar de sobrepaso) y el final de una vuelta corta en un trazado de apenas 4.309 kilómetros de extensión.
Dos fanáticas observan la clasificación en Interlagos. EFE/ Isaac FontanaEl récord de Interlagos, que tuvo su primer GP en 1973, se mantiene desde 2018 en las manos de Valtteri Bottas, el actual piloto reserva de Merces pero que volverá a la pista el próximo año en Cadillac junto a Checo Pérez: 1m10s540.
Aquí, el argentino Franco Colapinto solo corrió una vez: el año pasado fue 12° en la Sprint Race, mientras que sufrió dos choques el domingo en el que se disputó tanto la clasificación como la carrera por la lluvia. El primero ocurrió después de la S de Senna; el otro, en la parte final del circuito, en la curva 13.
Con un pronóstico con alerta de ciclón encendido desde la mañana del sábado, las condiciones climáticas podrían jugar su papel en la Sprint Race de las 11 y también en la clasificación de las 15.
