Con estos amigos, ¿quién quiere enemigos? Esto debe pensar estos días la presidenta de la Comisión Europea, la democristiana Ursula von der Leyen, que ha visto cómo los integrantes de la mayoría presidencial en el Parlamento Europeo -con su propio grupo, el Partido Popular Europeo (PPE), a la cabeza- le montaban una rebelión en toda regla y le amenazaban con hacer descarrilar el proyecto de marco financiero plurianual para el periodo 2028-2034, que alcanza un montante de 2 billones de euros. La oposición de socialistas, liberales y ecologistas a la propuesta presupuestaria de Bruselas implicaría ya de por sí una crisis de calado, pero el hecho de que el movimiento esté capitaneado por el propio grupo conservador lo convierte en una insurrección general.
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