Sin señal de celular ni wifi, Cabo Raso es un refugio con playas de aguas turquesas, surf de primer nivel y una experiencia «eco friendly» lejos de todo.

Mate, lecturas y mucho silencio con vista al mar en Cabo Raso, en la costa sur de Chubut.
El viento patagónico sopla sin pausa sobre las construcciones recuperadas. El rugido del océano Atlántico es el único sonido que rompe el silencio absoluto. En Cabo Raso, un pueblo de la costa sur de Chubut que estuvo al borde del olvido, no hay señal de celular, ni televisión, ni electrodomésticos modernos. Solo existe el mar turquesa, el tiempo detenido y la promesa de una desconexión total, para poner en pausa un mundo hiperconectado.
Este destino ecoturístico, ubicado sobre la Bahía Atlántica, 170 kilómetros al sur de Trelew por la llamada Ruta Azul, resurge como una alternativa única en Argentina para quienes quieren unas vacaciones de verano a otro ritmo.
El pueblo, que había quedado abandonado décadas atrás, fue rescatado por personas que eligieron habitar este territorio inhóspito durante los crudos inviernos patagónicos, donde la naturaleza impone sus condiciones y en los meses más cálidos ofrece un entorno único.
Volver a lo esencial
Cabo Raso se asienta sobre la ruta provincial 1, una traza de ripio que atraviesa toda la costa atlántica chubutense conectando Puerto Madryn con Comodoro Rivadavia. Su ubicación lo convierte en un punto de referencia histórico en medio de la vastedad patagónica, donde estructuras rústicas se levantan frente a un mar de color extraordinario.
La propuesta del único complejo turístico del lugar descansa sobre pilares de sustentabilidad y respeto ambiental. La energía solar, el agua extraída de pozos mediante molinos de viento y los sistemas de calefacción a leña o gas conforman la infraestructura básica. No hay espacio para secadores de pelo, teléfonos ni grandes artefactos eléctricos. La filosofía es clara: volver a lo esencial.
Cabo Raso, Chubut

Cabo Raso está en la costa sur de Chubut, 170 kilómetros al sur de Trelew por la llamada Ruta Azul.
Las instalaciones preservan la estética de las construcciones históricas con creatividad sorprendente. Un antiguo colectivo fue transformado en habitación con capacidad para ocho personas. Un búnker militar semienterrado, edificado en 1988 para las pruebas de un arma de guerra, el misil Cóndor II, tiene hoy una función totalmente opuesta: funciona como comedor comunitario donde los huéspedes comparten la mesa y las historias del día.
Para quienes prefieren una experiencia aún más inmersiva, las parcelas de camping Por Tamariscos, ofrece parcelas con fogones y baños secos compartidos. Acampar bajo un cielo estrellado sin contaminación lumínica permite reconectar con la inmensidad patagónica de una manera difícil de replicar en otros destinos.
Las olas, el viento y el surf: qué hacer en Cabo Raso
El surf es una de las actividades estrella de Cabo Raso. Las enormes olas que azotan estas costas constantemente lo posicionan como un punto buscado por los amantes de este deporte acuático. Surfistas de una escuela que funciona en Playa Unión, la villa balnearia de Rawson, llegan hasta aquí para desafiar olas que consideran ideales, no solo por su calidad técnica, sino por el entorno de pura paz donde se forman.
Cabo Raso, Chubut – surf

Surfistas de Playa Unión, en Rawson, van a Cabo Raso para surcar las mejores olas.
Las aguas que rodean el cabo son ricas en vida marina, lo que convierte a la pesca en otra actividad destacada. Los visitantes aprovechan la abundancia de estas costas chubutenses para vivir una experiencia pesquera memorable, mientras que los senderos aledaños invitan a realizar caminatas entre vestigios históricos que narran el pasado de lo que alguna vez fue un pueblo activo.
La fauna es otro de los grandes atractivos. En el mar es frecuente avistar lobos marinos y gaviotas, mientras que en tierra firme conviven maras, choiques, guanacos y la típica vegetación patagónica. La observación de estas especies en su hábitat natural suma valor a la experiencia de quienes eligen este destino para sus vacaciones.
Un estilo de vida diferente en Chubut
Cabo Raso es habitado por un puñado de personas que decidieron vivir diferente, alejadas del consumismo y el ruido. En verano, este lugar inhóspito se transforma en un refugio único donde el silencio se impone y las distracciones urbanas desaparecen por completo. La gastronomía casera regional y las construcciones recuperadas crean un ambiente especial para desacelerar.
El viaje invita a retroceder en el tiempo, a explorar las huellas de los pioneros y a experimentar un estilo de vida más simple y consciente.
Cabo Rado, Chubut – ruta 1

La ruta provincial 1, de ripio, al llegar a Cabo Raso, en Chubut.
La ruta provincial 1 es el único acceso a este paraje. El camino de ripio que bordea el océano permite disfrutar de paisajes patagónicos impactantes durante el trayecto desde Trelew. De este modo, la ruta costera se convierte en parte de la aventura hacia este rincón donde el tiempo parece haberse detenido.
En Cabo Raso, la reconexión con la naturaleza patagónica es total. No hay pantallas que disputen la atención, ni notificaciones que interrumpan la contemplación. Solo quedan el mar, el viento y la posibilidad de vivir, aunque sea por unos días, en otro plan.





