Hoy, en el marco del Día Nacional del Canillita, se destaca la trayectoria de Juan Ramón «Tocha» Torres, un hombre de 65 años de oficio canillita, quien a pesar de estar jubilado, sigue firme en la actividad que abrazó hace décadas.
En una entrevista con Radio Fiesta, Torres rememoró sus inicios y reflexionó sobre la evolución de un trabajo que, a pesar del avance digital, aún mantiene su vigencia.
El destino de Juan Ramón, ex empleado de Ferrocarriles Argentinos, cambió en la década del ’90 tras su despido: «Gracias a un amigo, logré incorporarme a esta actividad», contó. Lo que comenzó como una salida laboral, se convirtió en una pasión y un estilo de vida.
Torres habló de las diferencias notables entre sus comienzos y el presente: «Se nota la diferencia, la cantidad de clientes ya no es la misma que en aquel momento». Sin embargo, subrayó la persistencia del formato impreso: «La mayoría de los diarios importantes todavía siguen saliendo en formato papel y muchos clientes reciben todos los días».
Un oficio de madrugadas y sacrificio
Con la voz de la experiencia, «Tocha» describió la rutina de un canillita:
«Es una profesión sacrificada. Porque los diarios llegan muy temprano y hay que repartirlos, aunque llueva muy fuerte inclusive los domingos que son los días de mayor venta.»
También ofreció un panorama detallado del complejo proceso que permite que la noticia llegue a manos del lector:
«El proceso es muy largo, desde la impresión, la diagramación y el transporte del diario desde los talleres gráficos de la capital hacia el interior del país, y luego nuestro recorrido para que le llegue al lector. Es una cadena de trabajo ininterrumpida.»
En este 7 de noviembre, la historia de Juan Ramón Torres es un homenaje a la perseverancia y al valor de un oficio que, con sus desafíos, sigue siendo un eslabón fundamental en la vida informativa de la comunidad.
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