Mientras María Victoria Henao, la viuda de Pablo Escobar, está a punto de presentar un nuevo libro en el que explica cómo el arte le salvó la vida, obras falsas de Picasso, Basquiat, Franz Kline, Giorgio de Chirico, entre otros artistas, pertenecientes a una supuesta colección de Pablo Escobar y heredada por un supuesto sobrino, fueron detectadas este año en Estepona (España) y confiscadas.
Casa del barrio El Diamante, en Medellín. En el living, tres pinturas de Luis Caballero. Foto: Victoria Eugenia Henao/Editorial Planeta.Es el segundo caso mediático. El primero data de 2018, cuando investigaciones publicadas en diarios internacionales involucraron a familiares de Escobar (su hermano y algunos sobrinos) y a un ciudadano sueco en temas relacionados con la colección de obras de arte del narcotraficante colombiano, uno de los personajes más temibles del siglo XX.
Se dice que Pablo Escobar comenzó a coleccionar en 1977 y llegó a tener una colección de arte valorada en 1.500 millones de dólares. El mito señala que entre 4.000 y 6.000 obras permanecen escondidas en un almacén de la selva colombiana. De ser cierto esto, quizás se perdieron para siempre. Aunque por diferentes motivos el capo del Cartel de Medellín no era ajeno al arte, la interesada real en el arte por el arte era, en realidad, su esposa. Según ella misma dijo, a Escobar le interesaban más las antigüedades y los autos.
Lo real y la leyenda
Realidad y leyenda a la vez, nadie conoce realmente todo sobre la colección Escobar-Henao. Clarín se comunicó, primero vía Instagram, con Henao Vallejo, que usa otro nombre, y ella derivó la consulta a la persona que está a cargo de su comunicación y relación con la prensa. En una charla telefónica supimos del nuevo libro. Una posible entrevista con ella está latente.
Maria Isabel Santos Caballero identidad de Maria Victoria Henao viuda de Pablo Escobar. Archivo Clarín.En el anterior libro, titulado Mi vida y mi cárcel con Pablo Escobar, Henao anota: “El arte ocupó un lugar preponderante en mi día a día”. Y sobre la pérdida de su colección también dijo: “No siento frustración, pero sí nostalgia. Por mis manos pasaron obras de arte increíbles que realmente pensé que estarían conmigo toda la vida y que me permitieron, por una época, vivir en un mundo apasionante que me generó muchas satisfacciones”.
Tanto en el libro de la viuda como en otros de la familia se hacen variadas referencias a las colecciones de arte. Sucede en Pablo Escobar, mi padre, que escribió su hijo Juan Pablo Escobar Henao, y en Pablo Escobar In Fraganti y Mi hermano Pablo, ambos escritos por su hermano Roberto Escobar.
Todas las obras falsas encontradas el pasado mes de septiembre en Estepona, España, habían sido producidas por artistas a los que es posible encontrar en las redes sociales y a los que se les pagaba mil euros por obra. Junto a estas se incautaron 136 certificados de autenticidad en los que figuraba la valoración —la mayoría de las veces millonaria— de cada una. Los documentos apócrifos fueron emitidos por una falsa notaría radicada en Colombia. Se sabe que algunas piezas se vendieron en los canales legales de compraventa de arte.
Dalí, Picasso, Rodin
En la colección Escobar-Henao hubo obras de Salvador Dalí, Picasso, Auguste Rodin, Oswaldo Guayasamín, Igor Mitoraj y de muchos colombianos como Fernando Botero, Claudio Bravo, Édgar Negret y Alejandro Obregón, entre otros artistas.
Obra de Salvador Dalí de la colección Escobar – Henao. Foto: internet.Algunas de esas piezas fueron retratadas en las fotos que se registraron tras el atentado llevado a cabo por Los Pepes (Perseguidos por Pablo Escobar) al apartamento donde vivían los Escobar en Medellín. Una de esas tomas muestra, en una pared, la célebre «The Dance», del español Dalí, obra que se salvó del fuego y que después siguió una historia rocambolesca de poder y tratos.
Valorada en 4 millones de dólares, la viuda de Escobar cuenta en Pablo Escobar: Mi vida y mi cárcel que hubo un intento por devolvérsela. Ella se negó a recibirla y envió su certificado de autenticidad a uno de los capos del nuevo poder en cuyas manos estaba. En vida, recuerda, Pablo Escobar le había dicho: “El día que muera, déjales lo que te quede para que no te maten ni a ti ni a los hijos”. La obra, también conocida como «Rock and Roll», volvió al mercado del arte y hoy se exhibe en un museo en Japón.
El gusto por el arte de los coleccionistas colombianos relacionados con el narcotráfico se puede conocer en Arte & narcotráfico, libro de Fernando Salamanca, que reconstruye la especie de canon internacional del arte que rigió esos años y que involucró también obras de Miró, Renoir, Degas y otros. Originales y falsas.
El boom de compra de arte por parte de Escobar y otros capos del narcotráfico no estuvo exento de incorporar falsificaciones. Uno de los casos más conocidos fue el del marchante que le vendió a Escobar, en la década de los ochenta, cuatro jarrones de la dinastía Chen-Tsung por unos 1.000 millones de pesos colombianos de entonces, que finalmente se descubrieron falsos: habían sido fabricados en la localidad de Ráquira, Boyacá. Poco después de la revelación, el marchante fue asesinado.
Supuesta herencia
Ahora, las obras que se vendían en Estepona, España, este año y que supuestamente formaban parte de una herencia perteneciente a Pablo Escobar, se enlazan con otro hecho ocurrido en 2018, del cual se hizo eco el diario The Hollywood Reporter. En ambos casos aparece un sueco, un sobrino y un hermano de Pablo Escobar.
El piso de los Escobar en el edificio Mónaco antes y después de la explosión del 13 de enero de 1988. Al fondo, una obra de Fernando Botero. Foto: Victoria Eugenia Henao/Editorial Planeta.En 2018, un ciudadano sueco cuyas iniciales son O. G., que decía actuar en nombre de una parte de la familia Escobar, según el diario, prometió una comisión de 150.000 dólares a un empresario, amigo de la familia Picasso e identificado con las iniciales D. H., para realizar un catálogo de las obras y ayudarlo a ponerlas en el mercado. Entre ellas, cuadros de Pablo Picasso, Cy Twombly y Camille Pissarro, entre otros.
El sueco actuaba con un empresario británico y el lugar elegido para situar las obras era Dubái. El asesinato en México de un productor de la serie de ficción Narcos motivó una investigación. O. G. se presentó como portavoz de Roberto de Jesús Escobar Gaviria, hermano del narcotraficante, quien negó cualquier participación en el asesinato. También O. G. negó que quisiera vender obras de arte.
Consultado sobre el caso de Estepona, el historiador, perito y tasador de arte español Jorge Llopis Planas, director de Pecado del arte, el único portal dedicado exclusivamente a la crónica negra del arte y el patrimonio, señaló: “Va a ser difícil esclarecer este caso de obras falsas. Tiene la marca Escobar, por lo cual no estamos hablando únicamente de falsificación de obra de arte, sino que posiblemente pueda haber una implicación mayor en otros ámbitos delictivos, como puedan ser el crimen organizado o las drogas”.
“Lo que me resulta más llamativo no son solamente las 24 obras intervenidas, sino los 136 certificados de Picasso y de Basquiat, fundamentalmente, que son dos autores difíciles de comprobar. En el caso de Basquiat, el comité cerró cuando aparecieron antecedentes de certificados falsificados y, en el caso del comité Picasso, porque también desde el fallecimiento de Claude Picasso realmente ya no se certifica. En ambos casos, además, hay que contar con la circunstancia de que son autores con muchísima producción”, explica Llopis Planas.
El historiador, perito y tasador de arte español Jorge Llopis Planas, director de Pecado del arte, el único portal dedicado exclusivamente a la crónica negra del arte y el patrimonio. Foto: gentileza.Y agrega: “En casos como estos se juega con el concepto de obra no catalogada, y eso puede ser un gancho o un argumento para colocar o intentar colocar esas piezas en el mercado”.
Detrás de casi todas las tramas de fraude y estafas que incluyen falsificación se crea una leyenda que se emplea como marca. La marca Escobar significa producto de éxito. De los bajos o accesibles precios a cambio de los cuales se pueden adquirir obras de arte —ocasionalmente originales y casi siempre falsas— que pudieron estar en sus manos en algún momento, también se aprovechan los actuales vendedores que tratan y/o venden en nombre de…





