En pleno impulso mundial de la extrema derecha, un joven musulmán del partido demócrata, Zohran Mamdani, ha ganado en Nueva York declarándose socialista, lo que en EE.UU. equivale a ser casi un extremista. ¿Cómo lo ha hecho?, se preguntan muchos dirigentes de izquierdas de medio planeta. Algunos ya han cruzado el Atlántico para conocer de primera mano sus supuestos trucos. Desde hace ya unos años, la política ha virado hacia postulados radicales. El centro ya no vende. Las nuevas estrategias para captar el voto pasan por subrayar todo aquello que incita a la polarización. Por eso la inmigración es un tema esencial para la extrema derecha. Cuando Viktor Orban empezó a utilizar el espantajo de la inmigración musulmana como espoleta política, los extranjeros apenas representaban el 1,4% de la población en Hungría. Pero poco tiempo después se convirtió en la cuestión principal en ese país. Giuliano da Empoli lo explica en el libro Los ingenieros del caos , una lúcida reflexión sobre la forma como elegimos opciones políticas en el mundo actual. Da Empoli estuvo hace unos días en la Moncloa.
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