“No vamos a cambiar nuestro ADN”, sentenció Flick. “El estilo de un entrenador que nos devolvió la felicidad no se discute”, refrendó Deco. “Tenemos una estructura y la queremos mantener, nos falta estar mejor conectados sin balón”, repitió ayer el técnico alemán. La línea adelantada de la defensa barcelonista, marca de la casa del equipo desde la pasada temporada, no se toca. Pero bien hará el Barça en ejecutar ese sistema con mayores prestaciones para reforzar su seguridad y multiplicar sus opciones de salir este domingo (21 h) airoso del desafío de Balaídos, un estadio complejo en el que suele sufrir muchísimo.
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