Antoni Gaudí incurrió en varias irregularidades urbanísticas en su obra de la Pedrera. La más visible es uno de los pilares exteriores de la fachada, que invade parte de la acera del paseo de Gràcia al sobrepasar la alineación que debía guardar el edificio. Gaudí tampoco respetó la altura establecida del inmueble por las ordenanzas del Eixample de principios del siglo XX, por lo que la planta de las golfes y el terrado también eran ilegales. La propiedad, la familia Milà, tuvo que pagar una cuantiosa multa para regularizar los citados elementos.
El pilar fuera de alineación es notorio. Se lo conoce como la columna pie de elefante. Durante la construcción del edificio, una inspección municipal detectó esta circunstancia y se advirtió al jefe de obra que se debía corregir la situación y que el pilar debía respetar la alineación. Cuando se le comunicó a Gaudí, este reaccionó diciendo que, si el ayuntamiento le obligaba a recortar la columna, colocaría una placa explicando que era por mandato del consistorio. Finalmente, el tira y afloja entre las autoridades municipales y el arquitecto acabó con la citada multa a la propiedad y el reconocimiento del carácter monumental del inmueble, por lo que podía hacerse una excepción, lo que no eximió del pago de la sanción.
La columna sobresale en la fachada de la Pedrera del paseo de Gràcia
Xavi Casinos
La multa incluyó también la regularización de la planta de las buhardillas, que actualmente acoge una exposición con distintas maquetas del edificio, y el terrado con sus singulares chimeneas, uno de los elementos arquitectónicos que identifican el inmueble.
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La columna y el exceso de altura de la Pedrera son una muestra del carácter transgresor del arquitecto de Reus, que le hacía sentir un cierto desprecio por la legislación urbanística. Hoy, la planta de las golfes y el terrado son dos de los espacios más admirados por los visitantes.
La Pedrera, o Casa Milà, fue construida bajo la dirección de Gaudí entre 1906 y 1912. El nombre de Pedrera fue el que le dieron los barceloneses, que en su día consideraban de forma mayoritaria que era muy feo por su similitud con una cantera. Un siglo después, se considera que es una obra maestra que atrae millones de visitantes de todo el mundo.





