Frederick Sutton tenía 62 años. En su carrera como empresario había amasado una fortuna, pero ahora en ese fatídico 1912 era momento de descansar y de recuperarse. Una recomendación médica lo había embarcado en un viaje de Estados Unidos a Gran Bretaña. Debía regresar desde Southampton en el Titanic. Él es uno de los muertos en el naufragio de ese barco. Lo sobrevivieron elementos personales que ahora, más de un siglo más tarde, salen a subasta.
Sutton había nacido en Inglaterra. Pero se estableció en Nueva Jersey, donde formó una familia y una exitosa carrera profesional. Ganó dinero con negocios inmobiliarios, presidió bancos y fue tesorero de otras compañías.
En marzo de 1912, el médico le aconsejó un largo viaje por mar, como tratamiento contra una enfermedad. Así lo revela la casa Henry Aldridge & Son, encargada de la subasta que el próximo 22 de noviembre pondrá en el mercado un tesoro guardado por más de 100 años.
Sutton llegó a Inglaterra. Y el 12 de abril se embarcó en el Titanic, en Southampton. Pagó «32 libras, 6 chelines y 5 peniques» por el pasaje 36963, que lo ubicó en el camarote D-50.
El testimonio de un sobreviviente indicó que al exitoso empresario el choque con el iceberg lo encontró en su cuarto, donde habría quedado encerrado. Pero las reconstrucciones más fiables señalan que llegó a abordar un bote salvavidas antes de que el Titanic se fuera a pique, entre el 14 y el 15 de abril. Esos mismos recuerdos dan la razón de que haya sido uno de los pocos pasajeros de primera clase enterrados en el mar.
Días antes de la tragedia, había comentado en el comedor del barco que no se sentía bien. Eso y la afección por la que se estaba tratando -que nunca fue revelada- hicieron que el naufragio fuera demasiado para él.
Su cuerpo fue encontrado por el transatlántico MacKay Bennett, un poderoso buque contratado para rescatar los cuerpos que quedaron flotando en el Atlántico Norte tras la tragedia. Sus restos fueron sepultados en el mar el 22 de abril.
En la bolsa n°46, de arpillera, llegaron sus restos. Esa bolsa, amarilla por el paso del tiempo, es uno de los objetos que se ponen en subasta. El precio de entrada es 27.617 dólares, con la posibilidad de que trepe hasta los 59.179.
El lote incluye también la lista de pasajeros de primera clase que el propio Sutton guardó. «Esta lista muestra las marcas de haber estado sumergida en el Atlántico Norte y de haber sido recuperada junto con las pertenencias del Sr. Sutton», aclara la casa de subastas. Tiene faltantes, aunque lo que sobrevivió fue restaurado por profesionales.
Entre los notables que se embarcaron en primera están J.J. Astor, George Widener, Isidor e Ida Straus y Benjamin Guggenheim.
El precio inicial por la lista de pasajeros es 39.453 dólares. Esperan que trepe hasta 105.208 dólares.
Una lista de pasajeros del Titanic sale a remate por cifras millonarias.Son los elementos más importantes del tesoro que sobrevivió a Sutton. El lote está compuesto, además, por algunas piezas que recogen las idas y vueltas posteriores a la tragedia.
Acaso una de las más determinantes en la reconstrucción del final del empresario sea una carta de los hijos de Sutton, en la que citan el testimonio de un sobreviviente del Titanic, George Brayton. Es él quien les informa que el hombre de negocios alcanzó a subirse a un bote, pero que en los días previos había mostrado signos de mala salud.
La proa del Titanic hundido, fotografiada en una expedición. Foto RMS Titanic Inc. / APEsa carta puede conseguirse por 470 dólares, aunque es posible que el precio se triplique en la puja.
Hay también un retrato de Sutton, así como notas informativas de White Star Line, la operadora del Titanic, sobre el procedimiento para recuperar los cuerpos y entregarlos a los familiares, y un servicio fúnebre con ocasión del entierro de cuerpos recobrados en el mar.
Será una primera parte del tesoro que legó, fatídicamente, el señor Sutton. Otra parte saldrá a la venta en abril de 2026.





