Politólogos y comunicadores políticos de toda España y América Latina se han reunido este pasado fin de semana en Barcelona en la gala de los premios internacionales de la Asociación de Comunicación Política (Acop). En los corrillos, el tema era el futuro de la política española y cómo iban a afectar episodios estos días en boca de todos, como Mazón, Ayuso, los cribados en Andalucía, el juicio al fiscal general, cómo acabarán las elecciones en Extremadura y Castilla y León y los casos que afectan a la familia de Pedro Sánchez. Los debates, sin embargo, también cruzaron el Atlántico y se ocuparon del impacto que va a tener en Estados Unidos la elección de Zohran Mamdani como alcalde de Nueva York.
Zohran Mamdani celebra la victoria en las elecciones para la alcaldía de Nueva York
Shannon Stapleton / Reuters
La victoria en los comicios de la mayor metrópolis norteamericana de un musulmán de izquierda despierta grandes expectativas por ser un claro desafío a las formas autocráticas y antimigratorias de la Casa Blanca de Donald Trump, pero también por el impacto que va a tener en la política local internacional. La irrupción de Mamdani y la victoria demócrata en otras ciudades y estados consolida el frente de gobiernos locales progresistas en Estados Unidos y Europa como resistencia a la ola de populismos de extrema derecha, cuestión de la que ya me he ocupado anteriormente en esta misma columna. El nuevo alcalde de Nueva York es una molesta piedra en el zapato de Trump, porque es un símbolo contra sus políticas por sus anunciadas medidas sociales y de aumento de la presión fiscal a los más ricos y por representar a la comunidad musulmana y a la inmigrante, a las que el presidente ha declarado la guerra.
La victoria de un musulmán de izquierda despierta grandes expectativas por desafiar a las formas de la Casa Blanca
Ya hace meses que Trump anuncia que no va a permitir que Mamdani sea el primer alcalde socialista en su propia ciudad. Incluso ha insinuado con detenerle y deportarlo a Uganda, su país de origen, si no colabora en las políticas antimigratorias, además de recortar los fondos estatales y ocupar la ciudad con la Guardia Nacional con el pretexto de luchar contra la inseguridad. Hasta el próximo 1 de enero no asumirá Mamdani la alcaldía, por lo que hasta entonces veremos las maniobras de Trump. La última fue apoyar y llamar al voto útil republicano para apoyar al exgobernador demócrata Andrew Cuomo, que se erigió como candidato independiente al perder las primarias frente al ya alcalde electo.
Será interesante ver ahora si el frente demócrata municipal en Estados Unidos toma contacto con el de los alcaldes progresistas europeos, también constituidos como línea de resistencia a la ola reaccionaria. Es innegable el avance de los partidos de extrema derecha en las elecciones nacionales que permite su acceso a los gobiernos estatales. Sin embargo, los votantes parece que siguen prefiriendo alcaldes de centro-izquierda al frente de las ciudades.
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Si este fenómeno local continúa —ahora con el espaldarazo de la elección de Mamdani—, podríamos asistir a un renacer de las nuevas ciudades-estado.





