
En Medellín nació Wake BioHotel, un proyecto que fusiona ciencia, diseño sensorial y hospitalidad orientada a la longevidad. Más allá del lujo estético, la propuesta pone el foco en mejorar la vida de quienes se alojan: descanso, recuperación y bienestar integral se convierten en objetivos concretos dentro de cada espacio pensado para potenciar salud y equilibrio.
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Cómo es el primer hotel de longevidad de América Latina
Las habitaciones están insonorizadas y cuentan con sistemas de filtración de agua, amenities naturales y dispositivos de biohacking que monitorean parámetros del sueño. El enfoque es funcional: cada elemento del cuarto busca optimizar el descanso y la recuperación. Esta preocupación técnica coloca a Wake BioHotel en una categoría donde el servicio se mide por resultados tangibles.

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En el corazón del complejo funciona el Centro de Longevidad Sastra, un espacio equipado con cámaras hiperbáricas, saunas infrarrojos y sueroterapias personalizadas. Dirigido por especialistas en medicina funcional y acupuntura, el centro opera como un laboratorio de bienestar dentro del hotel, orientado a la regeneración y al equilibrio corporal más allá de tratamientos superficiales.
La arquitectura es fundamental en el diseño del hotel
La arquitectura y el interiorismo fueron pensados para generar atmósferas de serenidad y sofisticación: maderas cálidas, textiles nobles, luz natural y obras de artistas locales. Esa combinación de modernidad y raíces colombianas le valió al proyecto su ingreso a la red Design Hotels, un sello que distingue autenticidad y calidad en propiedades destacadas.

El lanzamiento del hotel se inscribe en un momento de expansión turística para Medellín, que ya suma reputación por acoger ideas disruptivas. Se estima que más de 50.000 visitantes anuales podrían llegar atraídos por la propuesta que mezcla hospitalidad, ciencia y estilo de vida. La ciudad, llamada la ‘ciudad de la eterna primavera’, refuerza así su oferta internacional.
El servicio incluye Silo Cocina, un restaurante que trabaja con ingredientes locales bajo criterios nutritivos y de limpieza culinaria, y residencias de lujo pensadas para estadías prolongadas. La oferta busca acompañar distintas etapas del cuidado: desde planes gastronómicos hasta protocolos de recuperación, todo diseñado para que la estancia sea, además de estética, funcional y personalizada.





