Calu Rivero conmovió a sus seguidores con una publicación en Instagram que se convirtió en un verdadero manifiesto sobre la muerte digna y el amor radical. La actriz, que desde hace años se define como “Dignity” y transita un camino espiritual, despidió a su abuela Chichi con palabras que invitan a reflexionar sobre cómo acompañar el final de la vida.
“Hablemos de morir bien”, escribió al inicio del texto que acompañó tres imágenes en blanco y negro donde se la ve abrazada a su abuela. En su mensaje, Calu relató los últimos momentos junto a ella: “Mi abuela fue maestra de primer grado, y hasta su último aliento siguió enseñando. Su muerte también me educó. En sus últimas horas, se convirtió en maestra de la entrega. Su respiración era la de un parto: no estaba muriendo, estaba naciendo en otro lado. No se fue sola, se fue sostenida. Su cuerpo fue honrado, su piel acariciada, su alma acompañada con mucho amor”.

La actriz describió la despedida como un acto sagrado, sin prisa, miedo ni dolor: “Solo una despedida sagrada, íntima, llena de ternura. Una muerte digna, luminosa y profundamente acompañada”, escribió, destacando la importancia de la presencia consciente en ese tránsito. Para ella, cada gesto —tomar la mano, encender velas, repetir “gracias, Chichi”— fue una forma de transformar el dolor en amor.
En su reflexión, Calu planteó una idea poderosa: “Morir bien también es parte de vivir bien. Aprenderlo es un gesto de conciencia. Practicarlo es, tal vez, el más grande de los amores”. Además, agradeció a una organización que la formó como doula de vida, muerte y transición, un rol que la ayudó a comprender que hablar de la muerte es, en realidad, hablar de la vida:
“La información es poder. Pero la presencia con información… es evolución”.
Este posteo no solo generó miles de reacciones en redes, sino que abrió un debate sobre la necesidad de desmitificar la muerte y convertirla en un proceso consciente y amoroso. Calu, que en los últimos años se alejó de la televisión para vivir en Uruguay junto a Aíto de la Rúa y sus hijos Tao y Bee, viene compartiendo mensajes vinculados a la espiritualidad, la maternidad y la conexión con la naturaleza. Su vida actual está marcada por la búsqueda de calma y sentido, lejos del vértigo mediático.
La imagen que acompañó el texto —publicada en tres partes para formar una sola foto— muestra a Calu recostada junto a su abuela, en un gesto de intimidad absoluta. Esa postal, sumada a sus palabras, resume la esencia del mensaje: acompañar el final de la vida es un acto de amor radical.
Con esta despedida, la actriz reafirma su compromiso con una mirada más consciente sobre la muerte, invitando a sus seguidores a reflexionar: “Hablar de la muerte es, en verdad, hablar de la vida”. Un mensaje que trasciende el dolor personal y se convierte en una propuesta para vivir —y morir— con dignidad y ternura.





