Del repentino viaje a Necochea a las últimas horas en el camping: día a día, cómo fue el femicidio de Débora Bulacio

Débora Bulacio, de 39 años y madre de tres hijos, llegó el jueves a Necochea junto con su novio, Ángel Andrés Gutiérrez. La idea, según contaron desde el entorno de ella, era pasar «unos días lindos» y tratar de superar la etapa conflictiva que atravesaba la pareja, que llevaba dos años de relación. Este martes encontraron su cuerpo —vestido, dentro de una bolsa de nylon y a apenas 20 centímetros bajo tierra— en inmediaciones del denominado «Lago de los Cisnes», ubicado del camping en el que se habían instalado.

Sin noticias de la mujer desde el domingo y con sospechas sobre Gutiérrez por la relación «tóxica» que mantenían, la familia denunció la desaparición. Desde entonces comenzó una intensa búsqueda que concluyó este 11 de noviembre a las 14.30 con el hallazgo del cuerpo y con la detención del novio, imputado por «homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género».

La última vez que los vieron juntos, Débora y Ángel habían tenido una fuerte discusión que, de acuerdo con el relato de los testigos, incluyó «gritos y ruidos fuertes». Los datos preliminares de la autopsia indicaron que Bulacio murió por estrangulamiento y golpes, presuntamente durante esa pelea dentro de la carpa en la que estaban alojados.

Esta nota reconstruye los últimos pasos de la víctima, las conversaciones con sus familiares y los movimientos del acusado en los días previos al crimen.

Debora Bulacio tenía 39 años y tres hijos.

Jueves 6

Esa noche, la familia se enteró del viaje. Débora se comunicó con su hija Tania por WhatsApp y le envió un video desde Necochea.

«¿Qué hacés ahí, ma?», fue la reacción de la joven.

También su hermano Natanael se mostró sorprendido. «Yo hablé con ella en la semana y después me avisaron que había desaparecido. Ahí me enteré que había ido a Necochea», contó cuando la búsqueda todavía estaba activa.

Débora y María Luisa, su madre.

Sábado 8

17.00: el ingreso al camping. Débora y su novio ingresaron al camping Miguel Lilio. La entrada quedó registrada en el sistema del predio. Más tarde, las cámaras de seguridad internas captaron imágenes clave, y los testimonios de vecinos se volverían esenciales para reconstruir el femicidio.

22.00: la discusión. El sereno del camping escuchó una fuerte discusión entre Débora y Gutiérrez. En el lugar había otros dos grupos de visitantes, pero ninguno reportó ruidos. Las cámaras revelaron los primeros indicios: se ve a una figura robusta forcejeando con otra. En medio del altercado, algo cae al suelo, él lo levanta, y ella intenta irse, sin lograrlo. El sereno contó luego que los vio abrazados y que llegó a intercambiar unas palabras con ellos, aunque aclaró que no notó lesiones visibles en la mujer.

23.00: el último audio. Débora envió su último audio a Tania. Le contó que no tenía crédito, que estaba usando el WiFi del camping y le dijo que la quería. También confesó que la estaba pasando “no muy bien”, una frase que encendió la alarma en su hija. En paralelo, las cámaras registraron a Gutiérrez hablando por teléfono, atento a los monitores de seguridad.

Ángel Andrés Gutiérrez, la pareja de Débora.

Domingo 9

Aunque la discusión fue cerca de las 22, los investigadores creen que el crimen se produjo más tarde. El fiscal Walter Pierrestegui confirmó que ocurrió “sobre la madrugada”, dato que luego sería ratificado por la autopsia.

4.00: arrastre de un bulto. Las cámaras externas del camping captaron a un hombre arrastrando un bulto, a unos 80 metros de distancia. La figura, con una linterna o la luz del celular, fue vista frente al predio, cerca del Lago de los Cisnes.

4.30: simulación de mensajes. El mismo hombre aparece bañándose en las duchas del camping. En ese lapso habría enviado mensajes desde su propio teléfono al de Débora, simulando una conversación entre ambos para desviar sospechas. Los investigadores accedieron a esos mensajes cuando Gutiérrez desbloqueó voluntariamente su celular: creen que los escribió para crear pistas falsas.

8:00. Regresa al camping y desarma la carpa, sin la presencia de Débora. El sereno ya había notado una rotura en el alambrado del predio, justo frente al Lago de los Cisnes, donde más tarde aparecería el cuerpo.

8:20. En lugar de retirarse por la entrada principal, el acusado sale caminando por la playa, a través de unos túneles, con la carpa, una mochila y una bolsa de Débora. Testigos del camping —ya desconfiados— lo siguieron en cuatriciclo. Gutiérrez intentó esconder la carpa a más de un kilómetro del lugar. “Todo estaba escondido, pero escondido mal”, describió luego el fiscal Pierrestegui.

El hombre fue detenido cuando intentaba irse de Necochea haciendo dedo. Además de la causa por el femicidio, tenía una denuncia por los daños al tejido del camping.

Lunes 10

Débora debía regresar ese día para festejar su cumpleaños en Barker, su localidad natal. Su hija Tania viajaba desde La Plata para el reencuentro.

Durante la búsqueda, los rescatistas hallaron varios elementos personales de la víctima: un par de zapatillas atadas a un árbol y una bufanda con manchas compatibles con sangre. A unos 50 metros, colgadas en otro árbol, estaban las calzas.

Martes 11

La carpa fue hallada por la mañana a unos 3 kilómetros del camping, en la zona conocida como el Muelle de los Pescadores. El operativo de búsqueda permitió frustrar el intento del acusado por hacerla desaparecer.

14.50: hallazgo del cuerpo. Estaba enterrado a escasos centímetros, junto al alambrado del Lago de los Cisnes. Antes del hallazgo, la Policía había pedido despejar la zona, anticipando lo que finalmente confirmaron minutos después: el cuerpo estaba dentro de una bolsa de nylon, en posición fetal. En el terreno, los peritos encontraron marcas en la arena que evidenciaban el arrastre de un cuerpo.

Tras la difusión de los datos preliminares de la autopsia, se supo por la noche que Bulacio murió como resultado del estrangulamiento y de los golpes que presuntamente le dio su pareja.