China es el principal productor de acero del mundo con un volumen anual de más de 1.000 millones de toneladas métricas. Se estima una nueva caída de la producción regional durante 2025, que en el caso de Chile llegará al 41,4%. La contracción afectará también a México (-20,9%) y Argentina (-13%). En paralelo, las importaciones crecerían hasta alcanzar casi el 40% del total de acero utilizado en América Latina.
Los datos surgen de un informe presentado por la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), la entidad que nuclea a las cámaras regionales del sector. El reporte fue presentado en el marco de la cumbre anual del acero realizada en Cartagena, Colombia.
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El informe advierte que el 39,7% del consumo aparente de acero en América Latina proviene de importaciones, un porcentaje que crece año tras año. Esta dependencia se explica tanto por los subsidios masivos que recibe la industria siderúrgica china —diez veces mayores que los de los países de la OCDE— como por la debilidad de las medidas de defensa comercial locales
El exceso de capacidad industrial en China, estimado en 132 millones de toneladas, ha impulsado una agresiva política exportadora. Mientras su consumo interno cae un 2% por la crisis inmobiliaria, las ventas externas superan las 103 millones de toneladas, de las cuales una octava parte se dirige a Latinoamérica. “La región se ha convertido en un receptor pasivo del excedente chino”, advierte el documento.

Producción regional en retroceso y alerta por Brasil y México
La expansión de las importaciones contrasta con el deterioro de la producción regional. En 2025, la fabricación de acero crudo en América Latina caerá 2,5% hasta las 55,4 millones de toneladas, mientras que la de acero laminado descenderá 3,5%, alcanzando las 50 millones

México, el segundo productor después de Brasil, lidera la caída con una baja de 7,5%, afectado por la incertidumbre comercial con Estados Unidos y el endurecimiento de las tarifas impuestas bajo la Sección 232. Chile, en tanto, registra una contracción del 41,4% tras el cierre de la planta de Huachipato, mientras que Brasil mantiene una leve merma de 0,8%.
En este escenario, las importaciones brasileñas de acero laminado suben 31,8%, encendiendo las alarmas dentro de la industria. En tanto, Argentina muestra una mejora relativa (+6,5%) en su producción, aunque sigue lejos de los niveles de 2022.
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El estudio de Alacero advierte sobre una tendencia estructural de desindustrialización en la región: el peso del valor agregado manufacturero en el PIB cayó entre 4 y 7 puntos porcentuales desde los años 90. La falta de competitividad, la alta informalidad y los sistemas tributarios ineficientes agravan la brecha con el resto del mundo, donde el crecimiento industrial promedio duplica al latinoamericano.
En paralelo, la política comercial de Estados Unidos —que elevó los aranceles al acero importado del 25% al 50%— y las tensiones geopolíticas globales contribuyen a la volatilidad del mercado. América Latina, sin un marco de defensa robusto, termina absorbiendo el desvío del comercio mundial que dejan las potencias industrializadas.
Mirada en perspectiva
La mirada de ALACERO señala que, con una participación cada vez mayor de China, Latinoamérica enfrenta un dilema: o avanza hacia políticas de defensa comercial coordinadas y mecanismos de competitividad industrial, o continuará dependiendo del acero importado, con un impacto directo sobre el empleo, las inversiones y el equilibrio comercial.
En números: 13,2 millones de toneladas de acero chino ya ingresan a América Latina, desplazando a la producción local y consolidando la dependencia industrial más alta de las últimas dos décadas.
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