Desde una ONG dedicada al cuidado de la diversidad impulsan un programa para la región.
Una organización internacional sin fines de lucro impulsa un programa con el que se pretende desarrollar la conservación de los ecosistemas e impulsar la sostenibilidad económica (imagen ilustrativa de archivo).
Una entidad internacional denominada The Nature Conservancy (TNC), dedicada al cuidado de la biodiversidad, está desarrollando diversas acciones en la Patagonia, vinculadas a la colaboración con productores locales, en pos de incentivar estrategias de producción y pastoreo.
Elisa Carrión, especialista de bosques, cambio climático y carbono de TNC en la Argentina, define a la institución como “una organización sin fines de lucro con más de setenta años de experiencia”, y amplía: “Su base es en Estados Unidos, pero estamos y trabajamos en temas ambientales en alrededor de ochenta países y territorios”.
Así, explica: “Tenemos tres grandes líneas de trabajo a nivel global. Una de ellas es la provisión de alimento y agua de forma sostenible. Otra tiene que ver con la protección de agua y tierra. Y la tercera es la lucha contra el cambio climático”.
En cuanto a lo que realizan en la Argentina, Carrión destaca la labor en el sur. “La Patagonia es uno de nuestros lugares estratégicos, a nivel nacional y global”, afirma.
De tal manera, señala: “En la Argentina somos un equipo de más de cuarenta personas que nos desempeñamos tanto en el Gran Chaco como en la Patagonia, donde, puntualmente, tenemos tres líneas de trabajo, una relacionada con el pastoreo y la producción, otra referida a la prevención y manejo del fuego, y la tercera es un programa para trabajar en áreas naturales, protegidas, privadas, públicas y mixtas”.
Carrión cuenta, asimismo, que en la zona desarrollan el programa “Estrategias de producción y pastoreo en la estepa patagónica” (Esteppa). “Abordamos la forma de manejar el pastoreo para mejorar la producción, incluyendo la conservación de mallines; también, la búsqueda de opciones de mercado, para incentivar la adopción de prácticas relativas a perfeccionar el manejo de los pastizales naturales y recuperarlos de su degradación. Eso se relaciona con el mercado de fibras, de carne y de carbono”. Con respecto al último punto, desarrolla: “Al trabajar con los productores en implementar esas prácticas de manejo de los pastizales y de la producción, mejora el suelo, y eso impacta en el carbono orgánico”. Así, informa que, si se siguen ciertas pautas, con una metodología determinada, validando la labor, con monitoreos periódicos, y “se demuestra que hubo una acción de mitigación y cambio climático —absorción de carbono en el suelo—, se puede transaccionar por créditos de carbono, que luego se venden en el mercado.” Esos créditos de carbono permiten compensar emisiones de gases de efecto invernadero mediante la inversión en proyectos que capturan o evitan emisiones, como la conservación de bosques, y funcionan dentro de mercados de carbono, donde empresas (especialmente aquellas con dificultades para descarbonizar completamente) los compran para avanzar hacia sus metas de neutralidad climática. En la organización internacional aseveran que impulsan estos mercados como parte de soluciones climáticas naturales, promoviendo proyectos de alta calidad que no solo reducen emisiones, sino que también protegen la biodiversidad y benefician a comunidades locales.
En cuanto a la metodología para implementar lo que se propone desde TNC, Carrión detalla: “Primero hacemos un análisis de que la idea sea viable, porque no nos gusta ofrecer cosas que no podemos cumplir. Si vemos que es factible, empezamos a conversar con los productores. Les presentamos los datos, la información, y realizamos talleres y reuniones para discutir cómo va a funcionar el proyecto, con el objetivo de que ellos tomen la decisión de cómo se van a distribuir los beneficios y otras cosas. Así, buscamos los inversionistas para la propuesta y demás. Se registra el proyecto en una certificadora y empezamos la implementación con los productores. Vemos el establecimiento productivo, las condiciones en las que está, la planificación del pastoreo, el ordenamiento de la producción… Además, hacemos el muestreo de suelos y vemos cuál es el manejo histórico que han tenido, para poder analizar el cambio con las acciones que recomendamos”.
Carrión informa que han tenido reuniones con representantes gubernamentales de Neuquén y Río Negro para presentar el programa, cuyo objetivo, según sintetiza, “es trabajar con todos para disminuir la degradación de los pastizales y restaurar varios de ellos con apoyo del manejo ganadero”.
Justamente, en la asociación recalcan que Esteppa “propone un enfoque integral que combina la conservación de los ecosistemas con el fortalecimiento de las comunidades rurales y la sostenibilidad económica”.
En cuanto a la razón por la que han decidido focalizarse en la zona, desde la ONG sostienen: “La Patagonia representa uno de los ecosistemas más importantes del planeta, suministrando servicios ecosistémicos esenciales: aire y agua limpios, forraje para el ganado, captura de carbono y hábitat para numerosas especies en peligro de extinción. Sin embargo, enfrenta desafíos como la desertificación y el deterioro de pastizales, agravados por el cambio climático”.





