La Sindicatura de Greuges de Barcelona pide al Ayuntamiento que se sigan creando zonas de estacionamiento de motos en la calzada para ampliar así el espacio peatonal. En este sentido, defiende que las aceras deben quedar libres de obstáculos que resten espacio a las personas usuarias naturales: los y las peatones.
El comunicado de la Sindicatura tiene su origen en la queja de un ciudadano por la inacción del Ayuntamiento de Barcelona ante el estacionamiento indebido de motocicletas en la acera, en concreto en la calle Aragó, cerca del cruce con Viladomat, en el barrio de la Nova Esquerra de l’Eixample. Ante esta situación, llamó muchas veces al teléfono 112, que le derivó a la Guardia Urbana.
La policía local notificó que habían registrado la queja, pero los vehículos seguían estacionados en el mismo sitio. Tras insistir, la situación mejoró y las molestias desaparecieron. Sin embargo, el promotor de la queja consideraba que, de forma más general, el Ayuntamiento no estaba adoptando medidas eficaces para garantizar que las motos se estacionen según lo establecido en la normativa.
La ordenanza de circulación de vehículos y peatones, modificada hace un año para restringir más el estacionamiento en la acera, establece que, preferentemente, deben aparcarse las motos en la calzada. En las aceras se puede aparcar, pero con condiciones y prohibiciones.
Actualmente circulan por Barcelona más de 274.000 motocicletas y ciclomotores, según datos municipales. Hay unas 94.000 plazas de estacionamiento en calzada, un 30% más que en 2018, lo que significa que hay aproximadamente una plaza por cada tres vehículos. Las plazas en la acera son unas 4.400, un 13% menos que siete años atrás.
La competencia sancionadora en este ámbito corresponde a la Guardia Urbana y a la empresa municipal BSM. El servicio de grúa es limitado y no puede abarcar la retirada de todos los vehículos aparcados indebidamente: se priorizan los que suponen un entorpecimiento grave.
La grúa, a pleno rendimiento
El número de denuncias y de vehículos retirados por la grúa municipal ha sido este año de 6.347 (hasta septiembre), un 21% más que en todo el 2024. Periódicamente, la Guardia Urbana también realiza dispositivos especiales de control para motos y ciclomotores, que tiene entre sus objetivos evitar la ocupación indebida de las aceras. Estos datos confirman, según la Sindicatura de Barcelona, que se imponen sanciones y que se retiran las motocicletas aparcadas indebidamente: la inacción municipal en ese sentido era uno de los puntos principales de la queja.
La Sindicatura ha estudiado en profundidad la problemática que supone la ocupación indebida del espacio público por parte de motocicletas estacionadas sobre las aceras y las consecuencias que se derivan, como la merma de espacio público para los peatones y, especialmente, sobre ciertos colectivos como las personas mayores o con movilidad reducida.
A todo ello, precisa la Sindicatura, se suman otros obstáculos que dificultan el paso, como las jardineras.
Objetivo: aparcar en la calzada o en sótanos
En su resolución, la Sindicatura de Greuges de Barcelona concluye que las aceras deben permanecer libres de elementos y obstáculos, lo que incluye reducir al máximo el número de motos y promover el estacionamiento en zonas reservadas en la calzada o en aparcamientos sótanos, por lo que es necesario continuar avanzando para crear más.
En este sentido, la Sindicatura considera que la actuación municipal ha sido ajustada a derecho, pero que tiene que seguir avanzando para conseguir el objetivo de ampliar y proteger el espacio público.
La Sindicatura también valora que la administración no puede centrarse solo en las sanciones, si bien estas son eficaces como medida disuasoria, sino también en la pedagogía, como las campañas de comunicación.





