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viernes, noviembre 14, 2025

Europa vuelve a mover fichas militares en América Latina y genera controversia. Un histórico regimiento irlandés desembarca en un territorio clave y reabre viejos interrogantes

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Lo que parecía una simple rotación militar terminó convirtiéndose en una señal más del reacomodamiento estratégico británico en una de las regiones más sensibles para América Latina. La llegada de un regimiento europeo con un peso cultural y militar propio vuelve a poner el foco sobre la militarización silenciosa del Atlántico Sur, justo cuando la diplomacia argentina atraviesa su mayor cambio discursivo en décadas. El relevo está en los papeles desde hace meses, pero el contexto lo transforma en algo mucho más grande.

Un regimiento europeo con identidad propia aparece en un tablero sudamericano en transformación

Europa vuelve a mover fichas militares en América Latina: un histórico regimiento irlandés desembarca en un territorio clave y reabre viejos interrogantes
© X – Regimiento Real Irlandes.

La rotación militar anunciada por las British Forces South Atlantic Islands (BFSAI) es, en apariencia, parte del calendario habitual de Londres. Pero la llegada de la Compañía B del 1.º Batallón del Royal Irish Regiment encaja en un patrón más amplio: un refuerzo gradual, constante y estratégico de la presencia británica en un territorio cuya disputa nunca desapareció del todo del mapa latinoamericano.

El relevo reemplaza a la Compañía I del 2.º Batallón de The Rifles, que llevaba tres meses desplegada. El anuncio, acompañado del histórico lema irlandés “Faugh a Ballagh” (“Limpia el camino”), fue presentado como una transición ordenada. Sin embargo, este movimiento no puede leerse aislado: llega en plena Revisión Estratégica de Defensa 2025, un documento que identifica al Atlántico Sur como un “territorio prioritario” para el Reino Unido en las próximas décadas.

Mientras tanto, la base de Mount Pleasant —la infraestructura militar más potente de la región— mantiene cerca de 1.000 efectivos y capacidades de respuesta que van desde cazas Typhoon hasta helicópteros Chinook, pasando por sistemas antiaéreos y el patrullero HMS Forth, encargado de vigilar rutas hacia la Antártida.

En otras palabras: la rotación es rutinaria, pero el dispositivo que la acompaña no.

Un regimiento con historia, doctrina propia y presencia global

Aunque fue fundado oficialmente en 1992, comenta Escenario Mundial, el Royal Irish Regiment arrastra un legado centenario. Es la única unidad de infantería irlandesa del Ejército Británico que sigue activa y recluta personal tanto en Irlanda del Norte como en la República de Irlanda, lo que lo convierte en un cuerpo con identidad cultural propia, marcado por la camaradería y un fuerte sentido de pertenencia.

Su manifiesto institucional lo sintetiza con una frase contundente: “somos más que soldados: somos una familia que se acompaña desde la cuna hasta la tumba”. Y su lema operativo, “The Sharp Point of the Bayonet” (“La punta afilada de la bayoneta”), resume su papel histórico como unidad de choque.

En las últimas dos décadas, sus batallones participaron en misiones en Afganistán, Mali, Chipre, entrenamientos en Europa, Oriente Medio y África, y en Operation Interflex, el mayor programa británico para entrenar tropas ucranianas.

El contingente que llega al Atlántico Sur —la Compañía B— está especializado en reconocimiento, infantería mecanizada, operaciones antitanque, comunicaciones de combate y medicina táctica. Su misión: sostener la defensa terrestre del archipiélago, entrenar bajo condiciones climáticas extremas y coordinarse con la Royal Navy y la Royal Air Force.

El mensaje implícito es claro: Londres despliega unidades de élite en su territorio más alejado de Europa.

Una presencia británica en expansión lenta, constante y muy calculada

Europa vuelve a mover fichas militares en América Latina: un histórico regimiento irlandés desembarca en un territorio clave y reabre viejos interrogantes
© Ejército Británico.

El movimiento del Royal Irish Regiment no es aislado. Desde 2023, el Reino Unido impulsa un proceso de modernización multicapas en el archipiélago:

– mejoras logísticas y energéticas en Mount Pleasant,
– ampliación de capacidades de vigilancia,
– integración creciente con operaciones antárticas,
– inversiones en infraestructura dual (civil y militar).

Todo forma parte de la doctrina Global Britain, que busca que el Reino Unido mantenga —o recupere— influencia fuera de Europa tras el Brexit. Las Malvinas, junto con Gibraltar y ciertas bases en el Caribe, son definidas como nodos esenciales para esa estrategia.

La llegada del Royal Irish Regiment refuerza una narrativa que Londres viene construyendo desde hace años: su presencia no es solo británica, sino parte de una red más amplia de cooperación militar con aliados. Un mensaje político hacia el continente, aunque se presente como un simple relevo técnico.

Silencio argentino y un giro diplomático que reconfigura el tablero

Europa vuelve a mover fichas militares en América Latina: un histórico regimiento irlandés desembarca en un territorio clave y reabre viejos interrogantes
© NASA.

Uno de los elementos más llamativos del actual despliegue es la reacción —o más bien, la ausencia de reacción— del gobierno argentino. A diferencia de administraciones anteriores, no hubo comunicado, queja ni protesta formal ante el reemplazo de tropas.

Desde la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada, la Cancillería adoptó un perfil mucho más bajo respecto a las actividades militares británicas en el archipiélago.
La referencia al “derecho a la autodeterminación” de los habitantes de las islas en su discurso del 2 de abril marcó un giro histórico, interpretado por analistas como un acercamiento discursivo a las posiciones de Washington y Londres.

Este cambio coincide con el reforzamiento militar británico en el Atlántico Sur, lo que termina configurando un escenario inédito: por primera vez en mucho tiempo, Londres avanza y Buenos Aires observa.

Un movimiento pequeño que revela algo mucho más grande

La llegada del Royal Irish Regiment no altera por sí sola el equilibrio militar del Atlántico Sur. Pero su significado simbólico, político y estratégico encaja en una tendencia mayor: el refuerzo sostenido de la presencia británica en un territorio disputado y altamente sensible para América Latina.

Es una pieza más en un tablero que lleva décadas en tensión, pero que hoy atraviesa una recomposición silenciosa: modernización militar, alianzas europeas, reacomodo diplomático argentino y un renovado interés del Reino Unido por proyectar poder más allá de Europa.

El relevo es rutinario.
El contexto, no.

Y es justo en esa diferencia donde comienza la parte más importante de esta historia.

Redacción

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