Con el cierre de fin de año a la vuelta de la esquina, la actividad económica en EEUU cierra un año en mucho mejor estado de lo que se creyó a principios de año. Sin embargo, también se observan algunos nubarrones en el horizonte en el sector inmobiliario y de empleo, advirtió el economista experto en mercados internacionales de Adcap Grupo Financiero, Jorge Ángel Harker. Así todo, afirmó también existen oportunidades por un posible aumento de la liquidez global. «Podemos vivir un rally en commodities y eso para Latinoamérica es claro«, adelantó.
Consideró que «el crecimiento de la economía americana sigue estando bastante en territorio positivo, no hay preocupación de entrar a una recesión por ahora» y consideró que exhibe «una resiliencia difícil de romper en estas circunstancias».
«Se habla de que los consumidores de altos ingresos son los que están manteniendo la economía y de que los consumidores de medianos y bajos ingresos están pasando una situación más difícil, pero lo que es cierto es que la economía sigue estando positiva«, argumentó.
De todas maneras, sí reconoció ante la consulta de Ámbito que si «el sector más bajo definitivamente se desacelera profundamente no hay nada que hacer«. Consideró que «no son dos burbujas independientes» y, por lo tanto, es «difícil» que «los componentes de ingreso de menores ingresos de una economía la pasen mal y los de altos ingresos sean indiferentes».
El aumento del desempleo
De hecho, mencionó que «hay una desaceleración real del empleo» en EEUU. «Estamos regresando a niveles prepandemia de 7,5 millones-8 millones (de desempleados) y no es un número normal. En una economía que ha crecido en este periodo de tiempo, eso normalizado podrían ser fácilmente 5 millones«.
Sin embargo, mencionó que ese incremento «no ha sido abrupto y no ha sido en un solo sector, sino en varios sectores al mismo tiempo, pero hasta ahora no se ha sentido».
Y argumentó: «Primero, porque las familias todavía acusaban algunos excesos de ingreso disponible. Segundo, porque muchas de esas familias no se han visto forzadas a liquidar sus propiedades, porque todavía tienen unas hipotecas muy bajas que pueden tratar de solventar en una situación difícil».
Consideró que «mientras exista ese ‘medio consumo’ y no haya una caída de los precios de los de los activos reales, eso todavía se va a mantener lentamente». Comentó que «la morosidad de los créditos en términos generales está tranquila», aunque el vinculado al de los autos está «está acercándose peligrosamente al nivel de 2008».
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La Reserva Federal tendrá su próxima reunión el 10 de diciembre.
La cuestión inmobiliaria y de los combustibles
Otro sector que destacó es el inmobiliario, en donde «se están dando unas condiciones para que el mercado de ‘Real Estate’ en Estados Unidos esté congelado» debido a que «la actividad está literalmente paralizada» y con niveles de ventas pendientes de inmuebles «por debajo del 2008». Y subrayó que «eso puede ser el canario en la mina que puede ser una señal de que algo malo puede venir«.
«Después de la pandemia, las propiedades subieron mucho de precio», mientras que los ingresos, «a pesar de que subieron también, no han subido al mismo ritmo». Como consecuencia, «la capacidad de compra de las familias de su primer hogar está cada vez más complicada».
Y ahondó: «Es el momento de la historia en donde los compradores de primera vez de una casa están en promedio en los 40 años, cuando antes estaban en la parte baja de los 30. Eso tiene unas implicaciones adicionales demográficas importantísimas».
«¿Y esto por qué es importante? Porque es una de las grandes apuestas que tiene la Casa Blanca para poder contener la inflación«, enfatizó. «Y el otro, el precio de la gasolina. Trump quiere que Estados Unidos produzca petróleo, pero él no quiere tener petróleo de u$s80-u$s90 dólares porque la gasolina se le va a u$s4 el galón. Estamos hablando que casi el 40% del componente de inflación son esos dos elementos«.
Inflación e incremento de la liquidez global
Sobre ese punto, consideró posible «un repunte cerca del 3%» de la inflación interanual y «que la gente se preocupe unos meses» pero enfatizó que «Trump tiene una motivación muy grande para mantener la inflación como está«.
«Creo que a la administración Trump no le interesa una inflación del 1%, porque eso quiere decir que hay una recesión ni le interesa el 3%-4% porque la Fed no va a estar motivada para recortar tasas«. En este sentido, mencionó que el mandatario norteamericano prefiere un «dólar débil» en los mercados internacionales y que «por eso quiere que la Reserva Federal baje las tasas».
Hacia delante, mencionó la importancia que tuvo el anuncio del titular del banco central norteamericano, Jerome Powell, de que se frenará el ajuste cuantitativo el 1 diciembre. «Si el mercado estaba esperando terminar el año con X cantidad de circulante, va a terminar con más, sobre todo en el 2026«.
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Trump busca reemplazar a la «mesa chica» de la Fed con funcionarios afines a su política económica.
La «argentinización» del mundo y la oportunidad para América Latina
Ese aumento de liquidez va acompañada de lo que Harker calificó como una «argentinización» de las principales economías del mundo. «Un poco lo que está viviendo el mundo es la emisión de deuda a dos manos. Por eso la inflación de los Estados Unidos es difícil que vuelva al 2% rápidamente», explicó el analista, que aseguró que «al final del día los países desarrollados se están comportando igual o peores que los emergentes» en términos de deuda.
Como consecuencia, consideró que «el oro va a recuperar ese estatus de bóveda de valor que lo fue durante muchos años hasta la caída de Bretton Woods«, debido a que «la liquidez sigue aumentando, porque los países se siguen endeudando por toda esta irresponsabilidad fiscal y monetaria que se está viviendo«.
Y concluyó: «Va a haber plata para todo el planeta y eso es importante para Latinoamérica, porque bajo un escenario de dólar débil vamos a necesitar cada vez más dólares para comprar productos en otras monedas, por lo tanto, en los productos que se exportan, que son los commodities, podemos vivir un rally. Eso para Latinoamérica es claro».





