El FMI pidió acelerar la acumulación de reservas y marcó desafíos para la política económica argentina
La vocera del Fondo destacó la necesidad de ajustar el esquema cambiario, reforzar el compromiso fiscal y sostener la estabilidad, mientras el Gobierno relativizó las metas de reservas pactadas con el organismo.
La conferencia de prensa que ofreció el Fondo Monetario Internacional en Washington fijó un mensaje claro para la Argentina. Julie Kozack, vocera del organismo, recordó que el régimen monetario depende de cada país, aunque aclaró que el Fondo espera un esquema alineado con la estabilidad externa, el refuerzo de reservas y un crecimiento sólido. “El régimen monetario es competencia de las autoridades del país”, afirmó, y subrayó que las decisiones debían sostener una estructura coherente con el plan acordado.
El clima giró hacia las metas de acumulación cuando se consultó a Kozack por las declaraciones de Luis Caputo. El ministro afirmó que la situación “cambió en las últimas semanas” y cuestionó la necesidad de cumplir con los objetivos iniciales. Frente a esa inquietud, la funcionaria evitó definiciones certeras. “Sería prematuro pronunciarme sobre si se alcanzarán dichos objetivos en el futuro”, señaló. Sin embargo, introdujo una advertencia: “En nuestras conversaciones con las autoridades hemos insistido en la necesidad de acelerar los esfuerzos de acumulación de reservas para gestionar mejor la volatilidad y fortalecer aún más la confianza del mercado”.
El mensaje pasó luego al plano más general. Kozack sostuvo que persistían desafíos de magnitud, pese a una mejora reciente en las condiciones financieras. Según explicó, ese escenario abrió una oportunidad para que las autoridades consolidaran la estabilidad y reforzaran la política macroeconómica. Consideró clave la acumulación de divisas y la necesidad de un marco monetario y cambiario “coherente y robusto”.
El Fondo mostró elogios hacia la administración de Javier Milei. Recordó que, en octubre, la propia Kozack destacó que “fortalecer la confianza y mantener el enorme progreso en la reducción de la inflación” exigía una disciplina fiscal firme, acompañada por una política monetaria consistente y un esquema orientado a recomponer reservas.
En paralelo, Caputo expuso en la conferencia anual de FIEL y ofreció su visión sobre las reservas. Aseguró que “un punto central es comprar reservas”, aunque remarcó que la meta acordada con el FMI perdió sentido por los cambios recientes. Según explicó, la distinción clave estaba en el uso de las divisas. Indicó que, cuando se fijó la meta inicial, gran parte respondía a obligaciones financieras próximas: pagos por bonos en enero por u$s 4.500 millones, vencimientos de BOPREALES por u$s 1.000 millones y compromisos con organismos multilaterales.
Caputo detalló que, tras las elecciones y el acuerdo con Estados Unidos, la dinámica cambió. Afirmó que el Gobierno “separó lo financiero de lo monetario” y describió un Banco Central recapitalizado. Ubicó las reservas netas en un nivel positivo cercano a u$s 1.500 millones. Aseguró que la prioridad pasaba ahora por fortalecer el balance de la autoridad monetaria. Señaló que no utilizaría las compras de dólares para afrontar el cupón de enero y que existían distintas fuentes de financiamiento, desde el swap chino hasta instrumentos en el mercado.
También planteó un panorama general del endeudamiento inmediato. Calculó vencimientos por unos u$s 4.500 millones en bonos, u$s 1.000 millones por BOPREALES y pagos con organismos internacionales. Subrayó que la acumulación de reservas seguía como prioridad, pero ya no con la lógica original del acuerdo.
Kozack repasó la evolución reciente de la economía. Indicó que la inflación anual cayó de tres dígitos a un nivel cercano al 30% en septiembre. Valoró que el tipo de cambio mostró variaciones acotadas gracias al ajuste fiscal y monetario. Consideró que el marco de políticas funcionó como ancla de expectativas. Anticipó un crecimiento del 4,5% para 2025 tras la contracción de 2024 y destacó el impulso del sector energético, minero y agrícola. Según su visión, esas tendencias ayudaron a reducir la pobreza.
El FMI señaló la relevancia de las reformas tributarias y laborales previstas. Aseguró que resultaban necesarias para mejorar las condiciones de un crecimiento sostenido y para reforzar la sostenibilidad fiscal. Kozack también mencionó la asistencia financiera de Estados Unidos. Dijo que “contribuyó a estabilizar los mercados argentinos”, aunque evitó pronunciarse sobre sus características porque pertenecían a un acuerdo bilateral.
El organismo volvió a marcar otra condición: la construcción de apoyo político. Consideró indispensable ese consenso para avanzar sobre una agenda de reformas ambiciosa. Subrayó que “una implementación sólida y sostenida” sería determinante para preservar lo que definió como “el impresionante progreso que Argentina ha alcanzado hasta ahora”.





