Más de 50.000 personas abarrotaron este sábado las gradas de San Mamés en una jornada que combinó fútbol, solidaridad y reivindicación política, culminada con la victoria de la selección vasca por 3-0 frente a Palestina. El amistoso, concebido como acto de apoyo al pueblo gazatí y de impulso a la oficialidad de la denominada Euskal Selekzioa, transformó Bilbao en un gran escenario festivo teñido de ikurriñas y banderas palestinas.
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