En una de las confesiones más crudas y reveladoras de su carrera, Lady Gaga abrió por primera vez un capítulo que había permanecido oculto detrás del éxito de A Star Is Born. En una entrevista reciente con Rolling Stone, la artista reconoció que durante el rodaje —que le valió dos nominaciones al Oscar y el histórico premio por Shallow— atravesaba uno de los períodos más delicados de su salud mental. Y, por primera vez, admitió que estaba medicada con litio mientras filmaba.
La artista describió ese momento como una etapa en la que las exigencias profesionales convivían con un trastorno que escalaba peligrosamente. Hoy asegura sentirse “entera y saludable”, pero llegar hasta ahí implicó una lucha personal que estuvo muy cerca de tener consecuencias irreversibles.
Un rodaje brillante envuelto en caos emocional
La grabación de A Star Is Born en 2017 coincidió con un vaivén extremo en su vida pública y privada: el pico de gloria en la música, las críticas feroces tras Artpop, la exposición máxima de encabezar el show del Super Bowl y la reconstrucción emocional después de una ruptura sentimental. Ese torbellino, admitió, repercutía directamente en su salud mental.

“Yo hice A Star Is Born con litio”, confesó en la entrevista. La medicación —utilizada para estabilizar fluctuaciones severas del ánimo— le permitía mantenerse centrada mientras daba vida a Ally y trabajaba codo a codo con Bradley Cooper.
Sin embargo, una vez finalizada la película, su equilibrio se quebró por completo.
El episodio psicótico que obligó a Lady Gaga a parar
Durante la gira Joanne, Gaga sufrió lo que ella misma definió como un “episodio psicótico”. El relato, estremecedor, describe el punto exacto en el que supo que no podía seguir avanzando sin ayuda profesional.
“Mi hermana me dijo: ‘Ya no veo a mi hermana’”, contó. Ese momento fue el detonante para cancelar la gira y buscar asistencia psiquiátrica. Su cuerpo y su mente habían llegado al límite.

La artista reconoce que temió no salir adelante: “Hubo un tiempo en el que no creí que pudiera mejorar… Me siento muy afortunada de estar viva”. Su testimonio, lejos de lo dramático, expone la vulnerabilidad que atraviesan muchas figuras bajo la presión de la fama.
El camino de vuelta: terapia, amor y reconstrucción
La recuperación de Gaga fue lenta y demandó meses de introspección, tratamiento y reconstrucción personal. En ese proceso, su pareja, Michael Polansky —a quien conoció en 2020— se convirtió en un sostén fundamental.
“Estar enamorada de alguien que se preocupa por mi verdadero yo hizo una gran diferencia”, explicó.

Ese acompañamiento fue decisivo tanto en su vida privada como en un momento particularmente doloroso para su carrera: el estreno de Joker: Folie à Deux, la secuela que coprotagonizó junto a Joaquin Phoenix y que fue recibida con duras críticas. El filme tuvo una recaudación inicial decepcionante en Estados Unidos y obtuvo una calificación inusualmente baja del público.
Lejos de fingir fortaleza, Gaga admitió que la reacción la afectó profundamente: “No estaba impasible. Cuando empezó todo, me reí… era tan desquiciado que parecía irreal”. Sin embargo, transformó ese golpe en combustible artístico: canalizó esa energía en el videoclip de Disease, una de las piezas centrales de su era Mayhem. “Les mostraré quién soy y les mostraré cómo es esta lucha”, dijo sobre ese proceso creativo.






