El convenio entre ARCA y el organismo aduanero estadounidense moderniza el intercambio de información y podría influir en futuras decisiones sobre retenciones. El sector agroexportador sigue con atención su impacto.
Argentina firmó en Washington un nuevo acuerdo de cooperación aduanera con Estados Unidos, a través de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA). El convenio, sellado con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), actualiza el esquema de intercambio de información entre ambos países y reavivó inquietudes dentro del sector agroexportador por su posible incidencia en la política de retenciones.
Según informó ARCA, la firma —de la que participaron su titular Juan Pazo, el director general de Aduanas Andrés Veliz y el subcomisionado ejecutivo adjunto del CBP Donald R. Stakes— representa “un paso clave en la modernización, digitalización y automatización de los procesos aduaneros”. El organismo destacó que la cooperación bilateral permitirá fortalecer la detección de amenazas, combatir delitos transnacionales y avanzar hacia una Aduana 100% digital, sin trámites presenciales ni documentación en papel.
El Gobierno anticipó el acuerdo a los sectores del agro, con quienes mantiene un diálogo permanente. Desde el ámbito agroexportador reconocieron que Estados Unidos busca mayor intercambio de datos sobre el mercado de la soja, aunque remarcaron que el comercio “sigue siendo entre empresas y responde a la oferta y la demanda”.
El pacto se inscribe en un marco bilateral más amplio que también contempla colaboración en inversiones, comercio de minerales críticos y estabilización del mercado mundial de soja. Este último punto volvió a encender el debate interno sobre las retenciones, especialmente luego de que en septiembre el Gobierno decretara —y derogara en menos de 72 horas— un esquema de retenciones cero para cultivos clave en un cupo de USD 7.000 millones. Aquella medida coincidió con negociaciones por el swap de USD 20.000 millones con EE.UU. y generó malestar entre productores estadounidenses, preocupados por una eventual pérdida de competitividad frente a China.
“Estados Unidos no quiere que Argentina implemente beneficios que terminen desplazando la soja americana del mercado chino”, afirmó una fuente del sector. Consultados sobre si esto podría dificultar la reducción de retenciones prometida por el Gobierno, admitieron que “puede generar complicaciones”.
Pese a esas presiones, el canciller Pablo Quirno negó cualquier interferencia externa: “Argentina mantiene su soberanía impositiva y sus decisiones regulatorias”, sostuvo.
La cooperación aduanera entre ambos países no es nueva: comenzó en los años ‘90 con la creación por parte de EE.UU. de la Unidad de Transparencia Comercial, orientada a detectar maniobras de lavado de dinero mediante comercio exterior (TBML). Ese sistema opera con información de múltiples países, incluida Argentina.
Aun así, fuentes cercanas a ARCA señalaron que, bajo este nuevo convenio, Estados Unidos podría solicitar que Argentina notifique por anticipado cualquier reducción de retenciones, como las decididas —y luego revertidas— en septiembre.



