Hace ocho años que Finlandia es el país más feliz del mundo, según el Informe Mundial de la Felicidad. Aún así, este particular galardón no pudo evitar que el país se sumiera en una crisis feroz.
Un reciente informe de Reuters señaló que el país europeo, compuesto por cinco millones y medio de habitantes, está lidiando con el estancamiento económico, el creciente desempleo y las tensiones en las finanzas públicas.
A pesar de todo, si Finlandia sigue en el primer puesto del índice de felicidad es porque sus habitantes todavía están conformes con lo que les tocó.
«Estoy agradecido de que en Finlandia haya habido una red de seguridad y una seguridad social que me han apoyado económicamente… Así que quizá no soy más infeliz que antes», dijo Juho Palomaa, y agregó: “Pero no siento que pueda hacer mucho para cambiar mi situación».
Hay números alarmantes: el desempleo está entre los peores de la Unión Europea y alcanzó su nivel más alto en al menos 15 años, concluyó Reuters a partir de datos de Statistics Finland publicados el martes (un 10,3 % en octubre; más del doble de la tasa fue entre los jóvenes de 15 a 24 años).
El martes, la Comisión Europea decidirá si colocar a Finlandia en lo que llama un “Procedimiento de Déficit Excesivo” tras delimitar que el país tendrá un déficit presupuestario por encima del límite del 3% de la UE durante los próximos tres años.
Los motivos de la crisis
La principal causa de la compleja situación económica finlandesa tiene que ver con dificultades en las exportaciones, que se enfatizaron con el desplome de Nokia (en su día, la empresa más valiosa de Europa).
La bandera finlandesa flamea en Helsinki, su capital. Foto: REUTERS/Tom Little/File PhotoPor otra parte, las sanciones impuestas a Rusia por la guerra en Ucrania afectaron tanto a las exportaciones como al turismo.
Asimismo, el Banco de Finlandia prevé un crecimiento económico menor al de 2024 (del 0,3% al 0,4%).
Las principales medidas
El gobierno presidido por Alexander Stubb -quien se considera un liberal internacional- empezó a recortar algunas partes del estado de bienestar, incluidos subsidios de desempleo y de vivienda y algunas instalaciones médicas.
Alexander Stubb, el presidente finlandés. Foto: Bloomberg«Sinceramente, me aterra por la gente joven», dijo Hanna Taimio, de 54 años. «Todos estos recortes y degradaciones… son realmente aterradores», sumó.
El ministro de Empleo, Matias Marttinen, dijo a Reuters que el objetivo del Gobierno es “fortalecer las finanzas públicas y controlar la creciente deuda».
Marttinen calificó la alta tasa de desempleo como “una situación terrible” y defendió la decisión del gobierno de facilitar los despidos para reducir los riesgos de contratación para las empresas e impulsar el empleo.
El ministro de Empleo, Matias Marttinen. Foto: REUTERS/Tom LittleLauri Holappa, director del Centro Finlandés de Nuevos Análisis Económicos, señaló simulaciones que sugieren que las medidas de consolidación fiscal podrían incluso haber conducido a un aumento de la tasa de deuda pública.

