México anunció la construcción de Coatlicue, la supercomputadora más potente de América Latina, un proyecto estratégico que transformará la infraestructura digital nacional. Con una inversión de 6.000 millones de pesos (unos 326 millones de dólares), el sistema busca acelerar investigaciones científicas, gestionar información crítica y posicionar al país como referente regional en supercómputo e inteligencia artificial.
Durante la conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum destacó la importancia del proyecto para la administración pública y el desarrollo tecnológico: “Estamos muy emocionados. Esto permitirá que México participe plenamente en el uso de inteligencia artificial y el procesamiento de datos, algo para lo que hoy no tenemos capacidad”. El sistema alcanzará los 314 petaflops, unas siete veces más que la máquina más avanzada de la región, ubicada en Brasil, según explicó José Merino, titular de la Agencia de Telecomunicaciones y Transformación Digital.
La supercomputadora responde a las limitaciones actuales de los centros nacionales, cuyos tiempos de procesamiento pueden prolongarse de semanas a meses, afectando áreas críticas como la modelización climática, el análisis fiscal, las simulaciones científicas y la gestión de riesgos. Con Coatlicue, estos cálculos podrán reducirse a horas, otorgando plena capacidad de análisis en tiempo real.
El impacto se extenderá a sectores estratégicos como energía, agricultura y salud. Empresas como PEMEX podrán optimizar la identificación de yacimientos mediante el procesamiento masivo de datos sísmicos y geológicos. En el agro, Coatlicue permitirá analizar más de dos millones de imágenes satelitales para evaluar suelos, sequías y posibles anomalías, una herramienta clave para la seguridad alimentaria.
En el campo sanitario, Coatlicue facilitará el análisis de millones de documentos científicos, registros genómicos y datos epidemiológicos, tareas hoy imposibles de abordar manualmente. Además, México firmó acuerdos con el Barcelona Supercomputing Center para acceder temporalmente a MareNostrum 5 durante la construcción, y convenios de capacitación con el Centre for Development of Advanced Computing de India.
En términos técnicos, la supercomputadora integrará 14.480 GPUs, distribuidas en 7.500 chasis y alrededor de 200 gabinetes de alta densidad, con un sistema de enfriamiento por agua y conectividad de alta velocidad. Su ubicación final será definida en enero de 2026, y servirá como núcleo del Clúster Nacional de Supercómputo, que actualmente opera a 9,45 petaflops.
El proyecto también busca fortalecer la soberanía digital, reduciendo la dependencia de plataformas privadas extranjeras para el entrenamiento de modelos de lenguaje y sistemas de inteligencia artificial. Según las autoridades, la infraestructura actual obliga a externalizar capacidades estratégicas, algo considerado riesgoso para la autonomía del país.
Con la llegada de Coatlicue, México se posiciona como líder en supercómputo regional, superando la capacidad instalada de Brasil y Argentina. A nivel global, el referente continúa siendo El Capitán, la supercomputadora estadounidense de 1.809 exaflops, una escala aún distante, pero que marca la dirección del camino tecnológico que México aspira a recorrer.
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Periodista especializado en tecnologías y responsable de contenidos comerciales en ITSitio y en la Comunidad de Gaming. Editor de Overcluster. Anteriormente, trabajé en medios de IT; y como colaborador en Clarín, TN Tecno, Crónica TV y PC Users. Lic. Comunicación Social y Periodismo en la UNLP.
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Maxi Fanelli
Periodista especializado en tecnologías y responsable de contenidos comerciales en ITSitio y en la Comunidad de Gaming. Editor de Overcluster. Anteriormente, trabajé en medios de IT; y como colaborador en Clarín, TN Tecno, Crónica TV y PC Users. Lic. Comunicación Social y Periodismo en la UNLP.
