La legisladora bonaerense Danya Tavela se refirió al documento que circula dentro del Gobierno y que plantea pasar de un Estado “garante y responsable” de la educación a uno meramente “subsidiario”. Ese giro, señaló, desplazaría la responsabilidad central hacia las familias y las comunidades, dejando al Estado en un rol secundario.
Si bien duda si dicho documento es parte de una estrategia de los “ingenieros del caos para hacer ruido”, afirmó que tuvo acceso al borrador y que, a su entender, implicaría un retroceso histórico: “Va más allá que ir en contra de la Ley Nacional, es como pre anterior a la Ley 1.420”.
Tavela sostuvo además que la iniciativa sólo favorecería a quienes ya cuentan con “capital cultural” para acompañar las trayectorias educativas, mientras deja atrás a quienes no lo tienen: “A esos chicos les colgamos el cartel de condenados: no van a terminar la escuela, no van a poder ir a la universidad, no se van a poder formar”. En un país marcado por la desigualdad, afirmó, la retirada estatal profundizaría las brechas y limitaría las chances de acceder y sostener los estudios.
La pelea por el financiamiento
Otro punto clave del debate es el financiamiento. Según la diputada, el Gobierno buscaría eliminar la meta del 6% del PBI para educación establecida por ley. De todos modos, cuestionó las miradas “simplistas” que reducen la calidad educativa sólo a la inversión: “Podés gastar más y usarlo mal, o gastar menos y usarlo mejor. El problema es cómo se gestiona”.
Pese a su postura crítica, Tavela aclaró que no está en desacuerdo con el debate educativo. Destacó que hay temas “interesantes” para discutir —concursos docentes, evaluación, acreditación por calidad—, aunque advirtió que esas ideas quedan desvirtuadas cuando se combinan con una idea del Estado como subsidiario: “Es como meter todo en una coctelera”.
La diputada también señaló que la crisis educativa no es nueva y que existe un descontento social sostenido hace muchos años: “Las familias, los docentes y los estudiantes están cansados”. Mencionó como ejemplo las intensificaciones, días sin clases, decisiones tomadas lejos del territorio, violencia en las escuelas y resultados que no acompañan. En ese contexto, consideró que el discurso libertario ganó terreno como alternativa reformista “mientras el resto de la política se burocratizó y dejó espacios vacantes”.
Tavela llamó a recuperar la escucha social y repensar la agenda educativa con responsabilidad y seriedad. “Hace más de 15 años que escuchamos que la educación está mal. Si la política no frena la pelota y escucha de verdad, otros van a ocupar ese lugar”, advirtió.



