Las calles de Barcelona son un estadio de atletismo para disfrute de los runners y para disgusto de quienes quieren circular en el vehículo privado, transporte público o incluso caminando por la ciudad. En determinadas épocas del año, como por ejemplo en estos meses de otoño, resulta difícil encontrar un solo fin de semana sin una sola carrera popular o de élite programada en un calendario deportivo de la capital catalana al que últimamente se van sumando también pruebas ciclistas. Auténticas mareas humanas invaden cada dos por tres vías importantes, sobre todo en pleno centro y en las cercanías del litoral, para disputar eventos tan multitudinarios como la Cursa de la Mercè, la de El Corte Inglés, la de la Dona, la de la Guardia Urbana, la de Bombers, la veterana Jean Bouin (esta mañana), la Cursa dels Nassos, el maratón de Barcelona o el medio maratón, por citar algunas de las de mayor participación entre el más de medio centenar de las que se celebran a lo largo del año.
Tamaño furor atlético ha llevado al Ayuntamiento de Barcelona a buscar soluciones para facilitar el paso de los peatones que a menudo se ven incapacitados para atravesar sin causar incidentes el muro formado por los corredores. Es por ello que el Institut Barcelona Esports ha convocado un concurso público para contratar los servicios de montaje y desmontaje de estructuras provisionales a fin de facilitar el paso de los viandantes en los acontecimientos deportivos dinámicos. El presupuesto para el 2026 es de algo más 300.000 euros.
El presupuesto de estas instalaciones para el año que viene alcanza los 300.000 euros
El Ayuntamiento de Barcelona justifica la contratación de este servicio porque los acontecimientos deportivos “movilizan a una gran cantidad de personas de organización, concentran un número elevado de vehículos e infraestructuras en las zonas de salida y llegada, atraen a gran cantidad de público y afectan de manera crítica a la movilidad de la ciudad”. Por este motivo, argumenta la parte contratante, “hacen falta recursos para garantizar la seguridad de los deportistas profesionales y populares y de la ciudadanía”.
Para demandar este servicio se han tenido en cuenta los criterios de la Guardia Urbana y de Protección Civil, que plantean la construcción de estructuras elevadas de paso que permitan atravesar los circuitos de carreras en las zonas más críticas en aquellas grandes pruebas que superen la capacidad de utilizar otros métodos. Asimismo, se utilizarán cajones (tipo jaula) que permitan el paso de oleadas de viandantes y que tengan asegurado un espacio reservado al otro lado de la calle.
Modelo de puente provisional para las carreras atléticas
Ayuntamiento de Barcelona
Los puentes tendrán que estar montados y a punto para su uso como mínimo el día anterior a la celebración de la carrera, y el adjudicatario del servicio dispondrá de 24 días (festivos incluidos) para efectuar las tareas de instalación.
Lee también
El deporte catalán se ahoga por falta de recursos: “Se han dejado de invertir 1.000 millones de euros”
Cristina Oriol Val

Las bases de la licitación establecen las características que deberán tener las pasarelas elevadas, como un gálibo del puente de entre 4,5 y 5 metros, una longitud total de 18 metros y una anchura de 15 metros. Deberá ser de estructura tubular de acero galvanizado, tener muros interiores para ocultar a los viandantes la visibilidad de la calzada durante el acontecimiento y disponer de las correspondientes escaleras.
La segunda parte de este montaje es la de los pasos de peatones, que se construirán delimitando cajones encarados. En total habrá 20 pasos, lo que supondrá el montaje de 40 jaulas de 6×3 metros. Una de las zonas se ubicará cerca de la base de cada puente para concentrar a las personas con movilidad o a las que arrastran cochecitos para realizar el cruce de la carrera por la calzada y con acompañamiento técnico.



