El programa Winexplorers desempolvó una de las aventuras más recordadas de la televisión de los 2000: el viaje producido por el ciclo Versus, que logró la cumbre entre Diego Maradona y Rodrigo «El Potro» Bueno.
El objetivo del trip era que el cordobés conociera a su ídolo y que, en un momento de emoción pura, le cantara en vivo «La mano de Dios» (la letra de esta emblemática canción fue compuesta por el hermano de Alejandra Romero, quien fuera la pareja de Rodrigo).
La logística fue un trabajo arduo: la producción tuvo que gestionar todo directamente con Claudia Villafañe para concretar la cita en la isla, viajando con una comitiva que incluía a Alejandra Romero (pareja de Rodrigo) y a Guillermo Coppola.

Inmadurez, caos y una remera equivocada
En charla íntima con Maia, Jimena recordó que en ese momento tenía «veintipico de años» y que la experiencia fue una lección intensa de vida y adrenalina. Es que viajar con dos figuras «inmanejables» en su mejor momento, y en un país tan particular como Cuba, la dejó expuesta a situaciones que la superaron.
La conductora confesó haber vivido «un susto heavy». De hecho, se sintió tan abrumada que llegó a pedirle a su productora que no la dejara sola, aunque -según recuerda entre risas- «no me dio bola y obviamente me dejó sola un montón de veces».

La desconexión con la realidad era total: mientras los argentinos vivían la época del corralito (año 2000), el equipo vivía en una burbuja. Al respecto, Jimena recordó con ironía que llegó a usar una remera con la inscripción «Miami» en plena Cuba, un detalle que hoy, con otra madurez, cambiaría sin dudar. «Sentía que se me iba todo de las manos», admitió. Además de que, en retrospectiva, sintió que no trabajó tan bien y que solo se reía. Sin embargo, el material de la nota fue considerado como «espectacular» por la producción.
El secreto de la camioneta: los sándwiches de la discordia
Una de las anécdotas más reveladoras y divertidas que compartió Jimena involucra un bien preciado en el exterior: la comida argentina.
Durante la cobertura de un partido de fútbol en la isla, una lluvia torrencial obligó a Jimena y a Ale Romero a refugiarse en la camioneta de Diego. Estando allí hicieron un descubrimiento culinario que les nubló el juicio: «Vimos una caja de sándwiches de miga».
A pesar de que sabían que eran para El Diez (que los esperaba desde Argentina), el hambre pudo más: «Dejamos dos, creo… o no dejamos nada y tiramos la caja y nos hicimos las boludas».
El desenlace fue explosivo. Cuando Diego subió, preguntó inmediatamente por su comida. Jimena y Ale se miraron, asumiendo el rol de «boludas totales» en silencio, y más tarde confesaron la travesura: «Lo que nos puteó… allá no hay sándwiches de miga y él los estaba esperando».

Un final repentino y una reflexión
El viaje incluyó hasta una escala inesperada en México, donde acompañaron a Maradona en un chárter para un partido, regresando a Cuba al día siguiente.
Jimena define hoy aquella travesía como «un viaje único e histórico, que va a quedar para siempre».
Sin embargo, la intensidad de la experiencia quedó marcada por la tragedia. Jimena recordó con dolor que Rodrigo falleció al poco tiempo de volver, sin llegar a concretar otros planes que habían charlado con Diego.
Hoy, con la madurez de los años, lamenta no haber dimensionado la magnitud histórica del evento. Si pudiera volver asegura que «hubiese hecho todo distinto», buscando profundizar en las charlas en lugar de solo reírse.
Aquel episodio quedó como un recordatorio agridulce de haber estado en el lugar indicado, en el momento más intenso de dos leyendas.
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