Nicolás Cabré y Rocío Pardo vivieron un fin de semana que definieron como “mágico”. Tras casarse por Civil en Córdoba el miércoles pasado, la pareja celebró este sábado una ceremonia íntima al aire libre, acompañada por amigas, familiares y la presencia de Rufina Cabré. La cita tuvo lugar en la Estancia Bosque Alegre, cerca de Villa Carlos Paz, un entorno que funcionó como marco perfecto para una boda pensada a escala afectiva, cargada de detalles y simbolismos.
Rocío compartió su emoción en redes sociales con palabras que resumieron el clima de la jornada: “Mucha felicidad y amor. Gracias a todos los que fueron parte de un día tan especial, fue mágico”, escribió. En otra publicación añadió: “06-12-2025. Un sueño. Todo. Gracias a todos los que fueron parte de un día tan especial y hacer todo con tanto amor”.
Entre las imágenes que ambos difundieron hubo una que llamó especialmente la atención: una escena que remitía al acto conocido como handfasting, un antiguo ritual celta asociado a bodas paganas. En esa tradición, las manos de la pareja se unen y se envuelven con cuerdas o cintas trenzadas, un gesto que simboliza el compromiso, la unión espiritual y el lazo eterno entre quienes dan el “sí”. De esa práctica proviene, de hecho, la famosa expresión “atar el nudo”.
En las fotos se vio a los novios sentados frente a frente, bajo un manto sostenido por varias personas, creando un espacio íntimo y sagrado. La iluminación, marcada por velas apoyadas en el suelo, reforzó el clima de recogimiento y naturaleza que caracteriza este rito. Las cintas que envolvían sus manos —en tonos verdes y blancos— reforzaron la idea de conexión con la tierra, un elemento esencial dentro del simbolismo celta.
El gesto, además de emotivo, condensó la impronta de la celebración: una boda pensada para honrar su vínculo de manera personal, espiritual y lejos de lo convencional. Para Cabré y Pardo, esa unión no solo se expresó en los votos frente a sus seres queridos, sino también en una ceremonia que los representó y que le dio a la noche un aire de cuento, entre coronas de flores, miradas cómplices y un bosque como testigo.
El handfasting, en ese contexto, funcionó como el corazón simbólico de la jornada. Una elección que habló de ellos, de su historia reciente y de la búsqueda de una celebración que reflejara, más que una formalidad, un compromiso profundo y consciente.
«Hermosísimos, bella Rufi siempre irradia luz llena de amor», «Que bellos. Viva el amor», y «Más soñado imposible», fueron solo algunos comentarios que los flamantes novios recibieron de parte de sus fans en los posteos que subieron a sus redes.
