Las treguas en el peronismo bonaerense son efímeras. Se extienden hasta el momento en que se pone en juego algún dispositivo de poder. En este caso, la calma, la unidad entre los socios del frente que gobierna la Provincia prevaleció menos de una semana.
Después de la aprobación de la ley de endeudamiento que exigía con vehemencia Axel Kicillof y le negaban por disputas internas y conflictos con la oposición, se abrió una nueva disputa entre las facciones que integran Fuerza Patria. Fue por la designación de las autoridades del Senado bonaerense.
Este lunes feriado se realizó la jura de los nuevos legisladores electos el 7 de septiembre en los comicios desdoblados que se hicieron en la Provincia. La vicegobernadora, Verónica Magario, tomó juramento a los 23 nuevos representantes de las secciones electorales que votaron por cubrir bancas en la Cámara alta (la Primera, la Cuarta, la Quinta y la Séptima).
Por protocolo, reglamento y tradición en esa misma jornada se debe resolver la designación de los responsables del manejo de la Cámara, que sólo tiene establecido por la Constitución, la definición de la Presidencia: le corresponde al (en este caso a la) vicegobernador.
Allí comenzaron -o continuaron- las disputas entre el sector que responde a La Cámpora, el massismo y los alineados con el Gobernador. Para ese bloque que quedó conformado con 24 representaciones (o sea, tiene mayoría propia para el quórum y la aprobación de proyectos) corresponde la vicepresidencia primera.
Y allí saltaron las diferencias. Kicillof y Magario pretendían el lugar para Ayelén Durán, una senadora de Bahía Blanca que perteneció a La Cámpora y luego pasó al espacio “La Patria es el otro” que reporta al Andrés “Cuervo” Larroque, que transita un marcado enfrentamiento con Máximo Kirchner desde que se puso a la vanguardia del armado político del gobernador.
El puesto lo querían también Malena Galmarini, esposa del ex ministro de Economía y candidato presidencial Sergio Massa, y el inoxidable ex intendente de José C. Paz, Mario Ishii.
No hubo consenso para definir esa querella y tuvieron que clausurar la sesión sin renovación de la mesa directiva del Senado. El esquema de reparto de cargos en el oficialismo incluye la presidencia del bloque de FP. Es la mayoría y contará con abundantes recursos. El puesto -en la previa- debería otorgarse al sector La Cámpora. Suman 14 senadores y proponían a Fernanda Raverta (senadora marplatense) o a Adrián Santarelli. Ambos bien identificados con el cristinismo más severo.
Se llegó a la media tarde de este lunes feriado por el Día de la Virgen, sin acercamientos. “No sé por qué no lo arreglamos antes. Hubo una semana para debatirlo. Para hablarlo. Tendríamos que haberlo resuelto antes”, se quejó Galmarini, luego de que se frustró la sesión.
La nominación de los cargos para el manejo en el Senado no sólo resulta un galardón y una jerarquía institucional. Define la dirección que tiene parte del Presupuesto de esa cámara que está por encima de los $ 200.000 millones para 2026.
En esta sesión también se aprobaron las licencias del senador electo Gabriel Katopodis (ministro de Infraestructura provincial) y de Diego Valenzuela (LLA, intendente de tres de Febrero), quien no asumiría la banca para acceder a un cargo en Nación. Este trámite -las licencias- fue cuestionado por el senador (saliente) Marcelo Daletto quien consideró que «no está contemplado en el reglamento» la concesión del permiso antes de la asunción formal, prevista para el primer minuto del 10 de diciembre.
La consecuencia de esta falta de concordancia: el senador Carlos Kikuchi -ex armador de Javier Milei en Provincia y que rápidamente pasó a ocupar un bloque dialoguista- quedó como vicepresidente provisional. Es el único de los cinco vices que no deja su butaca a partir del 10 de diciembre: Luis Vivona (UxP); Cristian Gribaudo (PRO); Pablo Obeid (UxP) y Luis Celillo (UCR) terminan su mandato y ceden los cargos que ocupan debajo de Magario. Kikuchi podría pasar a presidir sesiones si se ausenta la vicegobernadora.
En los palcos hubo presencia de funcionarios nacionales: Martín Menem y Sebastian Pareja (ambos diputados nacionales) llegaron para «apoyar» al nuevo bloque libertario.
La paz transitoria
El jueves pasado, Kicillof logró que la Legislatura bonaerense lo autorizara a emitir deuda por un total de U$S 3.685 millones en los próximos dos ejercicios presupuestarios. Lo consiguió después de durísimas negociaciones dentro de su espacio y con la oposición.
Antes había tenido que ceder casi todo el manejo de la Cámara de Diputados al massismo y al kirchnerismo duro para conseguir los votos y los dos tercios que requería esa votación.
El jueves, pasadas las 4 am y luego de 10 horas de demora en un cuarto intermedio de Diputados que se hizo eterno, en una misma ley Kicillof consiguió permiso para emitir hasta U$S 1.045; permiso para otro paquete de U$S 1.990; un artículo lo habilita a pedir U$S 250 para la empresa Aubasa; otros U$S 250 millones que emitirá la Tesorería General y U$S 150 para la compañía Buenos Aires Energía.
Ahora debe lograr que el Ministerio de Economía de Nación habilite al Estado bonaerense a confeccionar los títulos públicos. Pero se trata de otra pelea. En otro frente: contra los libertarios del Gobierno Nacional, que anticiparon la negativa. Por ahora es sólo pirotecnia, porque Kicillof no formalizó el pedido.
Sin embargo, en el plano interno quedan más diferendos abiertos. El próximo capítulo sería por la presidencia del PJ Bonarense, hoy a cargo de Máximo Kirchner. Resistido por los seguidores del gobernador, y también por algunos intendentes el hijo de la ex Presidenta Cristina Fernández, estaría analizando una posible sucesión acordada.
La del sillón de mando del partido provincial será otra batalla de la interna peronista.
