Debían cuidar y contener a los niños pero en realidad hacían lo contrario. Los audios que comprometen hoy la carrera de la presidenta de la Sociedad de Protección a la Infancia y la de una trabajadora de ese instituto resultan reveladores: más de cuarenta minutos de grabación, con reiterados insultos, humillaciones y amenazas a un niño huérfano. «Les voy a hacer la vida insoportable. Son una basura y no los soporto más. Y vos te vas a quedar solo toda tu vida», sólo una parte del material que ahora investigan dos fiscales de la Justicia de Mar del Plata.
Habría que comenzar por el lugar en que se dieron tales cruentas situaciones: un hogar convivencial de Balcarce, en el sureste de la Provincia, para menores de edad, quienes están allí por atravesar situaciones familiares adversas y en donde se les debería «garantizar el bienestar, acompañarlos en lo educativo y afectivo y asegurar que transiten su estadía de la manera más contenida posible, mientras se define su situación familiar». Así lo explica la Sociedad de Protección a la Infancia de Balcarce.
Pero lejos de ello, además de la atrocidad reflejada en las grabaciones que deschavaron a Alejandra Género, sorprende también la impunidad y la falta total de conductas éticas para ocupar el cargo de presidenta de la Sociedad de Protección a la Infancia. En el organigrama de las instituciones, se desprende que los altos cargos estén reservados para personas o profesionales con modos mesurados, analíticos y, en lo posible, alejados de la emocionalidad. Todo lo contrario de lo que se conoció de Género.
«¿Quién carajo sos vos para escupir a una mujer? ¿Yo sabés qué hago, mi amor? Te rompo la cara de una cachetada si me llegaras a escupir. Es gente que viene a trabajar, que tiene su familia y tiene sus problemas», señala Género a un niño, que llora de fondo en la grabación, a modo de lección. El niño vive en el hogar dado que no tiene padres. Su identidad no trascendió, para resguardar su integridad, pero sí que tiene 12 años y también algunos pormenores del contexto en el que se dio la conversación grabada.
Alejandra Género, titular de la Sociedad de Protección a la Infancia, y Marisa Benaduche, trabajadora del instituto, ambas procesadas por maltratar a un niño. Foto captura redesEl niño en cuestión había roto un vidrio del instituto en el que vive, en el transcurso de una crisis emocional desatada por la posibilidad de que su hermano, también alojado en ese espacio, fuera separado de él. Por esa situación es que intervino Género, que no hizo sino empeorar las cosas. «Vos no rompiste nada. Tenés una boca que es una letrina. ¿Quién carajo sos vos para escupir a una mujer?», se escucha espetar a la presidenta del área de Protección a la Infancia al niño.
—Nadie —responde éste, entre llanto.
—¿Y por qué escupís?
—¿Y quién es ella para empujarme y hacerme golpear la cabeza contra la pared? Ella me empujó —intenta explicarse el nene en cuestión, aunque Género lo interrumpe una y otra vez con insultos y amenazas.
Una y otra vez lanza una pregunta artera al nene: «¿Vos quién te pensás que sos?». Una y otra vez el menor responde: «Nadie». Lo cual da paso, una y otra vez, a una amenaza de Género: «Vos no me conocés: yo hago una denuncia en la comisaría y vos, por la edad que tenés, te quedás adentro. Te llevo a un reformatorio en dos días, flaco. Dos días».
—¿Pero me podés escuchar? —implora el niño, pidiendo una cuestión que parecería garantizada en un hogar de menores: contención.
—No te voy a escuchar hasta que te lo ganes. ¿Quién mierda te pensás que sos vos? Son las diez y media de la noche, flaco, ¿Y sabés de dónde vengo yo, flaco? De laburar, de juntar plata para pagarte la luz, pelotudo; para que tengas buena comida para comer…
«Te quiero decir algo, pero no me escuchas», continúa su súplica el menor de edad, aunque Género no cejaba sus ataques verbales. En total, los fiscales Rodolfo Moure y Laura Molina, quienes investigan al menos tres episodios de maltratos y amenazas, poseen alrededor de 40 minutos de grabaciones de conversaciones de tenores similares a las citadas aquí.
—No te voy a escuchar, porque no te merecés que te escuche nadie. No tenés derecho, hijo de puta, porque puteás a toda la gente. Callate la boca porque te encajo una cachetada. Puteame una sola vez, por favor, y vas a perder la vida, porque te la voy a hacer miserable. Fuiste a tirar piedras a los vidrios. ¿Que tiraste una sola piedra? ¿Qué mierda te parece? Te la voy a tirar yo en la cabeza. Yo en vos no creo. ¡Perdiste la posibilidad de tener una familia! —continúa la presidenta de Protección a la Infancia de Balcarce.
En las escuchas también se escucha a otra mujer, Marisa Benaduche, trabajadora del mismo hogar, que replica el talante de Género. «Son una basura. No los soporto más. No valoran un carajo. Te vas a quedar solo toda tu vida. Te haces la víctima y esas son lágrimas de cocodrilo. Cuando vayan a un reformatorio, van a tener que ir de dos al baño. Los van a golpear, les van a pegar con una toalla mojada, los van a meter en agua fría, porque ustedes son unos groseros.
«Si vos te volvés a hacer las necesidades encima, te vas a tener que chupar el dedo con mierda. Te voy a meter la mano en el inodoro y te la vas a chupar los dedos delante de todos», continúa el embate.
Por lo pronto, cuando se conocieron los audios, gracias a la denuncia de la dirección de la Escuela Especial 502, tomó intervención el Juzgado de Familia 6 de Mar del Plata, que lleva adelante una investigación penal, procesó a ambas y dictó una medida cautelar para proteger a los menores involucrados. Tanto Género como Benaduche y algunos otros trabajadores del hogar tienen sobre sí una prohibición de acercarse a los niños en cuestión a menos de 200 metros y de contactarlos por cualquier medio.
También se expidió el intendente de Balcarce, Esteban Reino, mediante un comunicado oficial: «Como Intendente, y sobre todo como vecino, me preocupa profundamente la situación que atraviesa el Hogar de Protección a la Infancia. Lo más importante hoy es cuidar a los chicos. Ellos deben estar protegidos, contenidos y acompañados, sin quedar en el medio de conflictos ni exposiciones que los perjudiquen. En situaciones tan delicadas, cuidar a los chicos también implica cuidar la forma en la que hablamos y actuamos«.
«Confío en que la Justicia actuará con la seriedad que el caso requiere. Nuestro deber es colaborar y respetar cada instancia del proceso como lo venimos haciendo hasta ahora», enfatizó el intendente Reino. Mientras, el viernes se convocó una manifestación en el centro de Balcarce, en la Plaza Libertad, para rechazar públicamente el episodio.
