El sombrío plan de la Corte Suprema para subvertir la democracia

Los tribunales desempeñan un papel importante en los regímenes autoritarios. Legitiman las acciones de los déspotas declarándolas “legales” o “constitucionales”. Garantizan el cumplimiento institucional de las reglas del régimen. Y toman decisiones políticamente impopulares que se alinean con los objetivos del autoritario, al tiempo que le dan al autoritario una distancia política de esos objetivos. En pocas palabras, no se puede instigar a un hombre fuerte a tomar el control de una democracia constitucional sin tener un poder judicial sólido que esté dispuesto a seguir el juego.

En Estados Unidos, el régimen de Donald Trump ha encontrado un compañero dispuesto en el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, y los demás republicanos en la Corte Suprema. El tribunal de Roberts está dispuesto a hacer todo lo que Trump quiere que haga y, como beneficio adicional, a hacer la mayor parte en secreto, al amparo de lo que se conoce como el expediente en la sombra.

El “expediente en la sombra” es el término coloquial para el expediente de emergencia del tribunal: aquellos casos para los cuales el tribunal, a solicitud de un litigante, emite fallos acelerados y lo hace sin un informe completo de los abogados involucrados o una audiencia completa sobre el tema en cuestión. Se supone que el expediente de emergencia debe usarse, bueno, para emergencias: casos que requieren una respuesta inmediata para evitar un daño irrevocable. El clásico caso de emergencia es una apelación a la pena de muerte. Una persona que va a ser ejecutada por la mañana no puede esperar a que el tribunal considere su apelación en un año y medio.

Técnicamente, se supone que las sentencias en la sombra son temporales, en espera de una audiencia completa del tribunal sobre el fondo del caso. En realidad, muchas son definitivas, porque el daño que la administración Trump causa mientras tanto no se puede deshacer fácilmente. Si el tribunal aprueba temporalmente el derecho de Trump a despedirlo, cortarle la comida o bombardear su barco, es difícil deshacer esas acciones un año después, cuando el tribunal considere los méritos de su caso de desempleado, hambriento y carbonizado.

Muchos corte observadores han hecho sonar la alarma sobre el uso del expediente en la sombra por parte de la Corte Suprema en los últimos años, en particular, desde 2017, cuando Trump llegó a la Casa Blanca. Hasta entonces, era extremadamente raro que un presidente presente una apelación de emergencia ante la Corte Suprema. Durante sus respectivos mandatos (por un total de 16 años), George W. Bush y Barack Obama cada uno hizo sólo ocho llamamientos de emergencia. Trump, por el contrario, hizo 41 en su primer mandato. joe biden hecho 19 durante sus cuatro años en el cargo, una cifra que la segunda administración Trump igualó en solo sus primeras 20 semanas. Trump usa y abusa tanto de este proceso que algunas personas ahora llámalo el “expediente de Trump”. Cada vez que recibe un fallo de un tribunal inferior que no le gusta, acude a la Corte Suprema pidiendo ayuda de emergencia. Y por lo general lo entiende: al momento de escribir este artículo, Trump ha recibido decisiones en 23 casos en el expediente en la sombra. Ha ganado 20 de ellos.. Cada vez que Trump hace un llamado a la agenda en la sombra, también podría gritar «Por el poder de Greyskull», porque está a punto de transformarse de un hombre débil que no puede agarrar un vaso con una mano en HE-Man.

En sus fallos a favor de Trump, la Corte Suprema está haciendo algo más siniestro que otorgarle victorias políticas; está trastornando el propio estado de derecho. No confíe sólo en mi palabra: escuche a una de las críticas más ruidosas del expediente en la sombra, la jueza Elena Kagan. “Nuestro expediente de emergencia nunca debería usarse, como lo ha sido este año, para permitir lo que nuestro propio precedente prohíbe”. ella escribió en desacuerdo con un fallo en la sombra. «Es más, no debería utilizarse, como también se ha hecho, para transferir la autoridad gubernamental del Congreso al Presidente y, por tanto, remodelar la separación de poderes de la nación».

Vale la pena señalar que, al fallar a favor de Trump, el tribunal ha ignorado por completo la definición de emergencia. No es una emergencia que un tribunal inferior obligue a la administración Trump a seguir precedentes bien establecidos o leyes que tienen décadas de antigüedad. No es una emergencia cuando un tribunal obliga al gobierno a aplicar el debido proceso. No es una emergencia cuando Trump no se sale con la suya. Al otorgarle a Trump ayuda de emergencia, el tribunal le está diciendo que cada ley es una mera sugerencia que él es libre de ignorar hasta que la Corte Suprema finalmente intervenga.

Se supone que la Corte Suprema no es la única autoridad judicial del país, pero su uso del expediente en la sombra anula efectivamente la autoridad de todos los tribunales inferiores de Estados Unidos. El expediente en la sombra no es sólo una toma de poder para Trump; También es una toma de poder para la corte. Con él, la Corte Suprema (y sólo la Corte Suprema) puede decirnos qué leyes importan y cuáles pueden ignorarse.

Y toda esta toma de decisiones suprema se produce en secreto. Ésa es otra característica clave del manual autoritario. Recordemos que los tribunales públicos fueron una innovación democratizadora. Se supone que nuestro sistema es transparente: las personas tienen derecho a acudir a casi cualquier tribunal que quieran (incluida la Corte Suprema) y presenciar las audiencias. Las pruebas presentadas a los jueces pueden ser vistas por todos. Se supone que los jueces deben explicar sus fallos, y si esas explicaciones no son convincentes, los futuros jueces son más o menos libres de anularlas y decirnos por qué.

Nada de eso sucede con el expediente en la sombra. Una vez que Trump presenta una apelación, quienes se oponen a él no tienen tiempo para presentar pruebas de por qué su apelación es una tontería. Los abogados sólo pueden adivinar qué teoría jurídica descabellada y no probada están impulsando sus abogados, o qué información, si la hay, están analizando los jueces antes de emitir su fallo de emergencia. Y una vez que esos jueces emitan ese fallo, no están obligados a decirnos por qué hicieron lo que hicieron.

¿Por qué la Corte Suprema anular ¿Un precedente de 90 años que debería haber impedido que Trump despidiera a los comisionados designados por su predecesor? No sé. ¿Por qué el tribunal creyó que Trump podía retener alimentos a las personas hambrientas durante el cierre del gobierno? No puedo decirlo. ¿Por qué Trump puede secuestrar personas y enviarlas a Uganda sin una audiencia? Me gana.

Esta falta de explicación no es sólo un problema para los intelectuales pedantes que quieren escribir artículos de revisión jurídica. Provoca un caos práctico en la administración de la ley, porque la Corte Suprema espera que todos los demás traten estas decisiones no firmadas ni explicadas como precedentes. Sin embargo, si el tribunal no se explica, entonces los tribunales inferiores no tendrán nada en qué basarse cuando surja la siguiente versión, ligeramente diferente, del mismo asunto. Esto coloca a los tribunales inferiores en la posición poco envidiable de aceptar ciegamente lo que quiera la administración Trump o tener que detener a Trump nuevamente, lo que desencadenará otra apelación y otro fallo inexplicable en la sombra.

Todo esto ayuda al proyecto de autoritarismo a largo plazo. Legitima las acciones aparentemente ilegales de Trump, obliga a todas las demás instituciones a seguir el juego a cualquier locura que Trump esté haciendo, y le da distanciamiento a Trump de sus cosas más impopulares porque su administración no tiene que presentarse ante los tribunales y defender cualquier cosa cruel e inusual que esté tratando de hacer.

Pero no se preocupen, el expediente en la sombra no estará aquí para salvar a todos los presidentes. Como vimos durante la administración Biden, los jueces republicanos no tengo problema negando las apelaciones del expediente en la sombra de un presidente demócrata.

El uso que hace la Corte Suprema del expediente en la sombra es tiránico. Ahora nos gobiernan los caprichos de seis personas que no tienen que dar explicaciones y nunca pueden ser expulsadas de sus posiciones de poder.

La gente dice que las ruedas de la justicia se mueven lentamente. Quizás eso siga siendo cierto. Pero el expediente de las sombras se asegura de que las ruedas de la injusticia se muevan a una velocidad vertiginosa.