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John Coltrane en Stranger Things 5: por qué aparece A Love Supreme en Hawkins

El Volumen 2 de Stranger Things 5 se estrena este 25 de diciembre a las 22 en la Argentina. Y el último capítulo, episodio 8 y final, The Rightside Up llega el 31 de diciembre.

Dicho eso: repasar lo que ya pasó deja una sorpresa rara, con swing y en formato casete, con esa nostalgia de cinta magnética VHS, dieta super-cinéfila de los hermanos Duffer.

Es que Stranger Things está hecha de bicicletas, sustos y adolescencia al borde del ataque de adultez y de nervios. Respira años ’80, con ecos de Stephen King y una banda sonora que ya es un álbum de época –de Kate Bush a The Clash-. Por eso sorprende lo que aparece de golpe, fuera del combo: un disco de jazz.

A Love Supreme, de John Coltrane. Un disco de 1965: espiritual y moderno. Una suite-plegaria, considerada uno de los grandes álbumes de la música del siglo XX. Y con la tapa naranja y negra: golosina visual crocante, cromática y colorida del sello Impulse!, donde el saxofonista grabó buena parte de su obra clave.

Jonathan Byers y A Love Supreme: el termómetro emocional de Stranger Things

Murray y el casete con la música de John Coltrane es una más de las tantas sorpresas de Murray y el casete con la música de John Coltrane es una más de las tantas sorpresas de «Stranger Things».

La serie estrella rojo sangre de Netflix viene usando la música como un termómetro emocional. Y Jonathan, siempre un poco lejos del centro, recibe ahora un clásico -y Stranger Things es, de hecho, una serie que se nutre de clásicos-: una suite que empieza como tormenta (la percusión atmosférica de Elvin Jones, esa “lluvia” al piano de McCoy Tyner) y termina como oración.

No es jazz “cool”, no es vintage. Tampoco retro. Pero…¿se guarda algo para lo que viene en el Volumen 2 y el final del 3, el 31 de diciembre?

Murray y Jonathan: el casete de Coltrane como pista

El casete aparece en el episodio 3 (“The Turnbow Trap”) y llega por Murray: ese adulto raro de Hawkins que funciona como tío adoptivo, como el tipo que cae con una teoría rara y nueva, con una frase incómoda… o con dinamita. (En ese capítulo, literal: dinamita).

Trascendencia. Coltrane consagró su música al “creador”.Trascendencia. Coltrane consagró su música al “creador”.

Que Murray le regale a Jonathan A Love Supreme tiene su lógica: no es la actitud del profe solemne, sino el del familiar «borderline» (justo que estamos en momentos de reuniones familiares) que te pasa “algo” porque te vio con la cara de que lo necesitás.

Y Jonathan tiene la cabeza tomada por Nancy (competencia muda con Steve). Un casete, un álbum, una música mística como un empujoncito para jugársela en la vida.

La pregunta queda planteada sola: por qué Coltrane entra a Hawkins ahora y qué dirá eso de Jonathan.

En redes, el termómetro fue inmediato. En la cuenta de Impulse! Records lo celebraron con picardía: “¿Atrapaste a John Coltrane en la nueva temporada de Stranger Things? Creemos que te va a resultar bastante atrapante…”. Y abajo, reacciones como si el casete hubiera sido un gol en la última jugada: “casi me desmayo”, “una de las mejores epifanías del jazz”, “¡Murray es un genio!”.

Qué es “A Love Supreme”: el disco de Coltrane que funciona como plegaria

A Love Supreme se grabó en diciembre de 1964 y se publicó en 1965. Coltrane ya había dejado atrás su etapa con Miles Davis: estaba a otra velocidad, ni más lenta ni más rápida, porque se trataba, sobre todo, de otra espiritualidad.

Es una suite en cuatro partes que se metió en la sangre de músicos de afuera del jazz -rock, psicodelia, soul- porque proponía algo más que virtuosismo: una idea de búsqueda espiritual hecha música. En los 60 se volvió un objeto de devoción para The Doors, The Byrds o Carlos Santana, y más tarde hasta U2 lo citó en Angel of Harlem.

La historia del disco tiene algo de mito y renacimiento. Alice Coltrane, su esposa, contaba que John Coltrane se encerró dos semanas en el altillo de su casa y después bajó con la obra lista, como si la hubiera encontrado de golpe. La grabó rápido, con el cuarteto que hoy es “el” cuarteto Coltrane: McCoy Tyner, Jimmy Garrison y Elvin Jones.

La suite tiene cuatro movimientos -“Acknowledgement”, “Resolution”, “Pursuance” y “Psalm”- y un pulso único. Coltrane la pensó como plegaria y agradecimiento, y dejó un poema interno que repite “Thank you God. Amen”. Y en “Acknowledgement” aparece su voz, mínima, repitiendo el mantra: “A love supreme, a love supreme…”.

Y por si hace falta subrayar el peso histórico: la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos la incorporó al National Recording Registry en 2016, como una de esas grabaciones que quedan preservadas por su valor cultural y estético.

El “A Love Supreme” en vivo que apareció después

Lo raro es que, pese a su éxito, Coltrane casi no la tocó en vivo. Era un compositor que iba siempre millas más allá -como decía su colega y admirado Miles Davis-, a «pasos agigantados»: en un par de años podía pasar de estándares románticos con Johnny Hartman o duetos clásicos con Duke Ellington y ascender a mundos cada vez más libres y extremos.

John Coltrane. El saxofonista grabó John Coltrane. El saxofonista grabó «A Love Supreme» en diciembre de 1964 y lo tocó en vivo muy pocas veces.

Por eso, cuando apareció una versión extendida como A Love Supreme: Live in Seattle (1965), no fue una reedición más: es la suite en otra dimensión. Una interpretación larga, con músicos extra, cruda y caliente, en tiempo real. Stranger Jazz, si se quiere: la experiencia sin red.

Qué puede significar que Jonathan tenga un A Love Supreme

Opción uno: los chicos crecen. Jonathan no está para hits de consuelo. Es hora de jazz & roll.

Opción dos: pista. Si la serie decidió mostrar el casete tan claro, en el episodio 3, es porque le asignó un peso.

John Coltrane, un saxofonista que siempre estaba un paso más adelante.John Coltrane, un saxofonista que siempre estaba un paso más adelante.

A Love Supreme tiene ese peso específico: sin canciones, sin estribillo, es una suite. Música caótica y free para sostenerte cuando tu mundo alrededor -Nancy, Steve, la culpa, el miedo, el Upside Down, Hawkins clausurado- se vuelve un ruido demasiado grande.

En Navidad, con Hawkins al borde del remate y los demogorgons rondando, el regalo de Murray es intenso: suena como una plegaria. Sin explicación. Como los grandes discos o los mejores poemas. A veces el portal no se abre hacia el horror. A veces se abre hacia adentro.

Redacción

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