Desde antialérgicos hasta diuréticos, conocé cómo algunos fármacos alteran tu capacidad de sudar y enfriar el cuerpo durante las olas de calor.
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Redacción El País
Las olas de calor son cada vez más frecuentes e intensas como consecuencia del cambio climático, y con ellas crece el riesgo de enfermedades asociadas a las altas temperaturas. Lo que muchas personas desconocen es que varios medicamentos de uso cotidiano, tanto recetados como de venta libre, pueden aumentar esa vulnerabilidad.
El problema no está solo en las temperaturas extremas. Algunas enfermedades crónicas —en especial las cardiovasculares— ya predisponen al cuerpo a tolerar peor el calor. A eso se suma que muchos de los fármacos utilizados para tratarlas pueden alterar el flujo sanguíneo, la regulación de los líquidos corporales o la capacidad de transpirar, un mecanismo clave para enfriar el organismo.
Organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) identifican más de diez grandes grupos de medicamentos que podrían influir en la respuesta del cuerpo al calor. Sin embargo, la evidencia científica todavía es limitada y no siempre permite saber con precisión cuánto riesgo implica cada fármaco en la vida real, especialmente en personas mayores que suelen tomar varios medicamentos al mismo tiempo.
A pesar de estas incertidumbres, los especialistas coinciden en un punto clave: no se deben suspender los tratamientos. La recomendación es mantener las enfermedades crónicas bien controladas y, al mismo tiempo, planificar cómo mantenerse fresco durante los días de calor extremo, por ejemplo asegurando acceso a aire acondicionado o contando con apoyo de familiares o cuidadores.
Medicamentos que requieren especial atención
Antihistamínicos
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Usados habitualmente para tratar alergias, algunos antihistamínicos pueden interferir con la transpiración. En particular, los que tienen un fuerte efecto anticolinérgico pueden reducir la capacidad del cuerpo para eliminar calor, lo que eleva el riesgo de sobrecalentamiento.
Antidepresivos
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Distintas clases de antidepresivos pueden alterar la respuesta al calor. Algunos reducen la sudoración, mientras que otros la aumentan en exceso. En ambos casos, el equilibrio térmico puede verse afectado, sobre todo si el sudor no logra evaporarse correctamente.
Betabloqueadores y bloqueadores de los canales de calcio
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Muy utilizados para tratar la hipertensión y otras enfermedades cardíacas, estos medicamentos pueden limitar la capacidad del corazón para aumentar la frecuencia cardíaca y dificultar la dilatación de los vasos sanguíneos. Esto reduce el envío de sangre a la piel, un proceso esencial para disipar el calor corporal.
Diuréticos
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Indicados en casos de insuficiencia cardíaca, renal o hipertensión, los diuréticos aumentan la eliminación de líquidos a través de la orina. Durante una ola de calor, esto puede favorecer la deshidratación, un factor de riesgo importante para golpes de calor y otros trastornos.
Qué tener en cuenta durante una ola de calor
Los expertos subrayan que la mejor protección frente al calor es una combinación de tratamientos médicos bien controlados y medidas preventivas: hidratarse adecuadamente, evitar la exposición al sol en las horas más intensas, buscar ambientes frescos y prestar especial atención a niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
En un contexto de temperaturas cada vez más extremas, entender cómo interactúan los medicamentos con el calor puede marcar la diferencia entre atravesar el verano sin problemas o enfrentar complicaciones evitables.
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