Entras las dos o tres razones básicas que explicaron el triunfo del Gobierno en las legislativas de octubre, los analistas destacaron el rechazo de un grueso sector de la población a volver al pasado; básicamente, al kirchnerismo. Pero también quedó claro que las opciones que se presentaron como nuevas y moderadas tampoco funcionaron. Si no, que lo digan los gobernadores de Provincias Unidas.
Esa orfandad opositora queda clara en las encuestas de diciembre, las últimas que sirven para hacer el balance del año y describir la foto política del momento. Es un plus que no sólo le sirvió a Javier Milei para acceder al poder como un outsider, sino que se sostiene y lo ayuda a mantener las expectativas con su gestión.
Clarín analizó siete encuestas nacionales que midieron a los dirigentes opositores y los espacios que representan de diferentes maneras; y en todos los casos, los datos para estas variantes no oficialistas resultan complejos. Desde Cristina Kirchner a Mauricio Macri, pasando por Maximiliano Pullaro o Nicolás del Caño. Ni hablar de Horacio Rodríguez Larreta o Martín Lousteau.
Las consultoras que presentaron sus sondeos fueron Atlas Intel, Pulso Research, Trends, Management & Fit, Isasi – Burdman, D’Alessio Irol – Berensztein y Jorge Giacobbe.
El líder opositor: nadie o no sabe / no contesta
Una pregunta que vienen repitiendo las encuestadoras desde que asumió la gestión libertaria es: «¿Quién cree que es el principal líder de la oposición?». Y las respuestas más extendidas son negativas: en general, gana «Nadie» o «No sabe / No contesta».
Esta tendencia se repitió en los relevamientos de fin de año. En promedio, entre ambas opciones casi llegaron a los 40 puntos. Dentro de las variantes positivas, la pelea parece cerrarse a dos nombres: Cristina Kirchner o Axel Kicillof.
Entre ambos, fueron intercambiando posiciones en los últimos dos años. La expresidenta arrancó más fuerte, pero perdió potencia cuando quedó detenida por actos de corrupción (y con la imposibilidad de ocupar cargos públicos de por vida). El gobernador tuvo su clímax en septiembre, cuando ganó la elección local bonaerense, pero luego también se desinfló.
Mauricio Macri, en una reunión con dirigentes del PRO.En el último promedio, de este mes, Kicillof quedó en 23,5% como principal líder opositor y Cristina segunda, con 19,8%. Tercero, lejísimo, viene Macri con 4,5%. Completa «otro» con 12,7%.
En esta bolsa amorfa entran los peronistas Sergio Massa y Juan Grabois, referentes de izquierda como Nicolás del Caño o Myriam Bregman, y los gobernadores del centro como Maximiliano Pullaro o Martín Llaryora. Ninguno mide casi nada.
Peor la pasan dirigentes que tuvieron un lugar importante hasta no hace tanto, pero ahora ni siquiera los incluyen en estas listas, como los radicales Martín Lousteau y Facundo Manes o el exmacrista Horacio Rodríguez Larreta.
El insoportable peso de la herencia
Otra medición, muy característica de esta nueva grieta, es la que viene preguntando, desde hace dos años, quién es el principal responsable por la crisis actual. Y allí no deja de sorprender el lastre del último gobierno K, que pergeñó Cristina Kirchner, condujo de arranque Alberto Fernández y cerró con Sergio Massa al volante.
Días atrás, en su último estudio, la consultora Pulso Research volvió a documentar esta rareza: les preguntaron a 2.000 encuestados de todo el país por el responsable de la crisis y ganó «la gestión anterior», con 44,6%, contra 40,5% de «la gestión actual».
Massa y Alberto, referentes del último gobierno K.La serie arrancó en enero de 2024, apenas asumió Milei y siempre tuvo arriba el color celeste que identifica al último gobierno K.
