The Conversation
Sabemos que el uso excesivo del móvil distrae y puede perjudicar la salud mental, fomentar el sedentarismo, aumentar la distancia social y deteriorar funciones cognitivas como la reflexión, la concentración o la toma de decisiones. Pero las pantallas forman parte de la vida académica, social y emocional de los adolescentes: la pregunta relevante ya no es solo cómo conseguir que los adolescentes usen menos el teléfono móvil, sino qué factores les ayudan a usarlo mejor.
Más allá de prohibir dispositivos, establecer límites o dar ejemplo como adultos, podemos ayudarles a desarrollar recursos psicológicos que los protejan frente al uso compulsivo del móvil y la hiperconectividad digital.
La práctica de deporte o ejercicio físico es uno de estos recursos. Los adolescentes que hacen deporte no solo pasan menos tiempo con el móvil: muchos también consiguen gestionar el uso del móvil de manera más saludable y equilibrada, ya que el deporte les ayuda a desarrollar habilidades psicológicas clave.
Foto: Carolina Passeggi.
De la emoción a la conducta
Nuestro estudio reciente sobre el uso del móvil en adolescentes de alto rendimiento deportivo, junto con investigaciones previas con adolescentes chinos, muestra que quienes entrenan de forma regular presentan mayores niveles de responsabilidad, estabilidad emocional y resiliencia, además de estrategias de afrontamiento adaptativas centradas en la tarea o en la resolución de problemas.
Estos rasgos psicológicos y habilidades —fortalecidos por la actividad física— permiten manejar mejor la frustración, el estrés y el aburrimiento, tres de los desencadenantes más frecuentes del uso excesivo del móvil.
Que el deporte ayude a mejorar la autogestión emocional y conductual de los jóvenes ofrece una herramienta clave para la prevención del uso problemático del móvil. Ya no se trata solo del control externo (normas, límites, restricciones), sino de desarrollar una protección interna más sólida: ayudar a los adolescentes a tolerar emociones, frustraciones y presiones sin depender del móvil para calmarlas.
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Sedentarismo y hábitos saludables
Además, la práctica deportiva favorece hábitos de vida saludables que también se ven afectados por el mal uso de los dispositivos digitales, como un buen descanso y una alimentación equilibrada.
Existe una correlación entre la inactividad física y la adicción al teléfono móvil en niños, adolescentes y adultos jóvenes, que además tiende a retroalimentarse: el sedentarismo aumenta el uso del móvil, y el uso compulsivo del móvil incrementa el sedentarismo.
El deporte interrumpe ese círculo vicioso porque ofrece una alternativa emocional y social real: diversión, sentido de pertenencia, logros personales, conexión social y apoyo del grupo.
¿Cuánto deporte es necesario para notar los beneficios?
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Las revisiones científicas más recientes señalan tres conclusiones claras:
- No se necesita deporte de alto rendimiento para obtener beneficios.
- La regularidad es más importante que la intensidad.
- El componente social del deporte es un factor especialmente protector: practicar un deporte de equipo fomenta la comunicación, la cooperación, el apoyo mutuo, fortalece las habilidades sociales, la autoestima y crea redes de apoyo que protegen frente al estrés y la soledad.
Entrenar dos o tres veces por semana en un entorno estructurado —un equipo, una escuela deportiva o un club— es suficiente para mejorar la estabilidad emocional y reducir el riesgo de dependencia digital.
Si el adolescente ya presenta un uso problemático del móvil, incorporar actividad física puede ayudar, pero no como castigo ni sustitución obligatoria, sino como una actividad significativa que genere motivación, placer y conexión social real.
Por ejemplo, para motivar a un adolescente que abusa del móvil a practicar básquetbol, los padres pueden invitarlo sin presionar, elegir un club deportivo cercano, acompañarlo al inicio y reforzar la diversión, la amistad y los pequeños logros, incluso si no tiene hábito deportivo previo.
De este modo, cuando el deporte se convierte en una fuente de bienestar emocional y vínculo social, compite con la recompensa inmediata del móvil… y la supera.
Construyendo la resiliencia digital
La investigación actual indica que la mejor protección frente al uso problemático del móvil no es solo controlar el acceso, sino fortalecer a la persona. El deporte aporta lo que ninguna aplicación de control parental puede ofrecer: autoconocimiento, gestión emocional, resiliencia y sentido de pertenencia.
Si queremos que los adolescentes usen la tecnología de manera equilibrada, el mensaje no debería ser solo “usa menos el móvil”, sino “encuentra experiencias en la vida real que te hagan sentir bien contigo mismo… haz deporte”.



