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miércoles, febrero 5, 2025

En el Día del Arquero, la región palpita la apertura de una nueva academia con Gustavo Piñero

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La sigla EA apareció hace tiempo en el organigrama de trabajo de todo Cuerpo Técnico de nuestro fútbol argentino: Entrenador de Arqueros. Un trabajo más, la necesidad de vivir de lo que se produce en los clubes de un país exportador de talentos “volando” al mundo excelentes porteros, cuidapalos, guardametas ó también apodado «cancerveros» por un viejo relator.
La ciudad de La Plata cuenta con varios especialistas en la formación de arqueros, aunque ubicarlos por orden de aparición y cómo fueron sus inicios en el rol era todo un interrogante donde este periodista quedaba solo como… un arquero frente a su verdugo en la inmensidad de una valla vacía.
Primero, el saludo (14 de abril, feliz Día del Arquero). Segundo, la buena nueva. Gustavo Néstor Piñero (hombre de dos Mundiales en su porfolio de trabajo) es el director de una Academia que se inaugurará en La Plata el martes 16 de abril y funcionará en dos sedes del Complejo Deportivo Las Palmas, calle 22 entre 37 y 38 (césped sintético) y 27 y 42 (con césped natural). Inscripción abierta en el Instagram @academiagusp Ya hay unos cuarenta protagonistas que buscarán crecer en el puesto a través de esta opción.
Piñero, de 61 años, en 2010 fue parte del staff de Diego Maradona que jugó la Copa Mundial en Sudáfrica y más recientemente, con México, asistiendo a los arqueros que llevó Gerardo Martino a Qatar 2022.
“Estoy con un grupo de gente que uno quiere, preparados para entrenar a muchos chicos y chicas. Arrancamos este martes a las 17 horas, en 22 y 37. Salvo que nos corran los rayos, vamos a entrenar dos veces a la semana. La inauguración se trata de un entrenamiento. Están todos y todas invitados”, propone con su voz diáfana y el optimismo típico de quien supo ganar amigos y cosechar méritos en este sendero. Además, Gustavo agradeció por la mano que les dio el propietario del predio, Sebastián Landro, y en lo personal confiesa que en la balanza puso más que nunca a la familia después de su aventura con los aztecas. “Quise quedarme en La Plata, por mi compañera, mi hija, mis padres y suegros, también ellos van a estar en la presentación”.

Los que se calzarán buzo y guantes son una troupe a la que también destacó porque ya conoce de otros proyectos compartidos y tampoco faltan los nuevos integrantes que “sienten el puesto”. Han sido números “1”, aunque no en todos los casos alcanzaron a firmar contratos profesionales, pero son estudiosos de esta especificidad deportiva. Alejandro Andrada, Luciano Gentili, Juan Ignacio Fariello, Enrique Yamashita, Lucas Boris, Martín Raimundo, Mariano Burgos, Emanuel Armendi, Nicolás Piedra, Nicolás Toschi, Jorgelina Riolfo, Gerardo Arocas y Marcos Paoletti. También cuentan con la ayuda de Camila Piñero, hija única de este caballero que hizo camino al andar.

Piñero era un chico del barrio Cementerio que jugaba en Gimnasia. Un domingo tuvo su primer día de fiesta en un estadio, en una final por el ascenso a Primera división A. De la mano del recordado Nito Veiga se sentó en el banco y llevó la camiseta 12 en la revancha de Gimnasia-Racing, el 30 de diciembre de 1984. El titular fue Carlos López ya que Carlos Castagneto fue expulsado en el juego de ida. El Lobo logró salir de la B tras cinco años. Dos días Gustavo cumplió 22 años. Curiosamente, nació el día 1 del mes 1, de 1963. Y después le tocó entrar en el partido 1 del regreso del Lobo, marcado por una desatinada producción defensiva. Unión, en Santa Fe, les ganaba 5 a 0 y en el once platens fue expulsado el arquero Argüeso entrando él a seis minutos del final. Fue su debut oficial.
Pero tuvo un gusto especial, la revancha de un clásico por la Copa “Genaro Rucci” edición 1986. Fue titular los 90 minutos de una tarde cargada de emotividad, ya que en 1 y 57, mientras Piñero se disponía a ocupar uno de los arcos, en el de enfrente estaba por última vez Luis Islas, muy aplaudido y homenajeado ese domingo 6 de julio, ya que siete días antes se había consagrado campeón del mundo en México. Islas se iba a Independiente, mientras el césped veía caminar con una réplica de la copa del mundo a otros dos ex pinchas, Brown y Trobbiani. Piñero aplaudía, sin saber que en el futuro iba a protagonizar dos mundiales desde adentro como entrenador de arqueros.

El arquero Luis Islas hace «vista» ante un penal marrado por Kuzemka. En el otro arco estaba Piñero

Pero el primer viaje fue a Perú. En 1989 emigró a aquel país donde se terminará encontrando con un DT de estirpe tripera: Roberto Di Placido. En aquel país Gustavo hizo el “click” después de un par de situaciones. “Fue Di Placido el que me trabajaba y una vez me hizo la pregunta si me sentía a gusto con la forma de entrenamiento. Además, en Perú nacionalizaban arqueros argentinos para la selección (recordó a “Chupete” Quiroga y a Juan Zubczuk) y entonces empezaron a haber entrenadores de arqueros. Cuando volví a la Argentina busqué y no había ni siquiera información”, explica Piñero.

Tenía que ser Gimnasia y Esgrima su madre adoptiva en el fútbol y en una de sus nuevas búsquedas. Corría 1994 y el aire familiar de El Bosquecito reunía a un grupo pujante de dirigentes que avanzó con obras y plasmó ideas que le dieron una inyección al fútbol amateur. La subcomisión, encabezada por Esteban Chumbita, apostó a contratar a ex futbolistas para orientar a los pibes: Ruben Gelvez (coordinador), Gabriel Pedrazzi, Carlos Girardengo y Gustavo Piñero, quien en un principio fue solamente técnico. Más tarde, pudo desarrollar la faceta con la cual es mundialmente conocido. “Recuerdo que tuvimos a Pablo Bangardino con 9 años”, evoca Gustavo a un arquero que iba a ser profesional.

Tapa del recordado suplemento «El Clasiquito», con los chicos que entrenaban para Gimnasia (año 1999)

Los días en azul y blanco fueron muy felices, y especialmente cuando «arriba» estuvo don Carlos Griguol. Entonces, de manera gradual, el ejemplo empezó a repercutir en todos los niveles “Le presenté un proyecto a Perrone y lo aprobó Timoteo, que para todo técnico fue un maestro”. Así Piñero pasó a tener el cargo formalizado de instructor de arqueros en las juveniles, en 1997, contando con la ayuda de otro ex arquero del club, Jorge Gregorutti, quien cubrió la incipiente área cuando a Piñero lo llamó José Silvero. El correntino, que era una personalidad destacada del fútbol nacional, le pidió un favor al asumir en Huracán de Corrientes, “que lo ayudase en la pretemporada”. Allí se encontró con el primer arquero titular al que trabajó full time: Gastón Sessa. El mismo Silvero fue abriéndole otros caminos. “Me llevó a las inferiores de Racing”. Un tiempo en esa “Academia” y otro poco en Rosario Central. Eran los años 2000, y en nuestra ciudad también Estudiantes tuvo a sus primeros dos preparadores específicos: Sergio García (de 7ª, 8ª y 9ª) y Carlos San Martín (de 4ª, 5ª y 6ª).
En nuestra region hubo un antes y un después del 18 de mayo de 2010 cuando se fundara el Centro de Formación de Arqueros (CEFARQ), ubicado en 31 y 53. Se trata del primer centro específico de La Plata dedicado a todas las edades —desde los 6 hasta adultos—, dirigido por Leandro Cortizo, quien a sus 24 años trajo ideas de Italia y hoy su escuela se potencia en conexión con intercambios de otras de distintas latitudes en lo se denomina una Red de Academia. “Que empiece otra vez la de Gustavo Piñero le viene bien al fútbol de la ciudad, porque jerarquiza, fomenta el puesto; además hoy existe un mercado y una necesidad a cubrir”, expresó Cortizo, actual entrenador de arqueros del fútbol profesional de Estudiantes.
Hasta 2006, cuando José Pekerman tuvo a Ubaldo Fillol como nuevo EA, en los cuerpos técnicos anteriores de Selección Argentina se llevaba esa parte el DT alterno o ayudante, por lo general un avezado en el «peloteo» a arqueros; Bilardo tuvo a Pachamé; Basile al “Panadero” Díaz; Passarella a Gallego y a Sabella.
Piñero siguió haciendo su camino y pasó a trabajar en Rosario Central por intermedio de Griguol y de Gabriel Perrone en una breve etapa de la que han quedado aprendizajes y sabrosas anécdotas. Una tarde, viendo un partido de Séptima con Racing, Piñero hablaba con el recordado coordinador albiceleste Miguel Micó. «Viendo ese partido le vi pinta de arquero al morocho de Racing. ‘Es nuevito, lo rotamos, juega dos partidos él y otros dos partidos otro chico». Resultó que era Sergio Romero, al que Piñero trabajó años más tarde en la Selección.

Entrenamiento bajo la mirada de Piñero

“Con todos los que trabajás en divisiones juveniles son una apuesta al futuro, uno hace su trabajo, pero las condiciones son de ellos”, piensa Gustavo.
Las exigencias del planeta fútbol siguen en ascenso y no hay un solo Club que deje este entrenamiento en manos de inexpertos. Los tres palos son celosamente cuidados desde las infantiles, aunque la frase “bajo los tres palos” suene a vetusta. Hoy está “el arquero participativo”, sabe decir Piñero que nos lleva a repensar lo esencial de este deporte colectivo: “Controlar y pasar la pelota a un compañero es la base del juego y el entrenamiento específico es fundamental para que el arquero pueda crecer, que sepa leer y meterse en el juego. Me traté de especializar en eso. El arquero no se aburre más, cuando antes esperábamos a que nos hagan el gol”.
Se recuerda en Berisso, en 2001, la aparición de Marcelo Grbin para asisitr a los «goalkeapers», hasta que «Piñero me llevó a Racing en 2003».
El mismo Griguol le sugirió a Micó que si le faltara un entrenador de arqueros tenga en carpeta a Gustavo. “A mis 48 años vuelvo a Racing y pensaba que iba a ser para siempre pero me llamó Diego Maradona para incorporarme a la Selección. Racing me dio la licencia por tiempo indeterminado”, explica quien había «revolcado» a los arqueros en la era de los DT Fillol, Simeone y Llop, todos ídolos futbolísticos.
Su Mundial en Sudáfrica 2010 fue tocar el cielo con los guantes… Y al volver, fue un tiempo a CN Sports pero para empezar la independencia en su proyecto como Academia formativa.

Maradona dialoga con Piñero en una práctica de la Selección Argentina

Siguió tomando fuerza el rol y en Berazategui armó otra organización para dar que hablar en el Club Maltería donde “en una pretemporada llegamos a tener 83 arqueros; hasta que me fui a México”. Otra selección esperaba por Piñero, la del “Tata” Martino que llegó a clasificar a Qatar.
Entonces, delegó la dirección local en Alejandro Andrada, Juani Fariello y Luciano Gentile, hasta la disolución por la pandemia. Tres de ellos son los que le insistieron esta temporada para reabrir la escuela.
El martes próximo será el día 1 de estos «1», una hermandad de arqueros, que en realidad se conoce bien más allá de las instituciones. El jueves 18, a las 15.30 horas, será la segunda llamada a clase. La semana 1 serán gratuitas. Luego, la tarea se va a desarrollar siempre martes y jueves desde las 15.30 a las 17.
Alejandro Andrada, 52 años, se siente en las nubes por el privilegio de vivir «de lo que me gusta» y listo como su mote de “Gato” lo dice con los reflejos y el entusiasmo por la determinación de Piñero. «La escuela es integral, de infantiles, juveniles, veteranos y femenino”. Para este sueño, se tuvo que dar que los dos pegaran la vuelta al “barrio” después de la exigencia mecicana. “Estar con Piñero es estar con el número uno del mundo”, define Andrada, quien hoy coordina el fútbol juvenil de Gimnasia desde 9ª a 4ª y tiene también el foco en los arqueros de la reserva.

Alejandro Andrada en su quehacer diario en Gimnasia. Formará parte de la Academia GP (Gustavo Piñero)

La unidad del grupo humano es el rasgo más distintivo de la Academia AP, pero no es solo una cuestión de «tener ganas y llevarse bien», sino una evolución personal en cada uno de los integrantes, según han pasado los años: Fariello laburó en la Universidad Católica de Chile (con el DT Holan); Andrada fue al Atlas y al Atlético Veracruz (con Leandro Cufré), Raimundo hizo experiencia de Nacional B con Defensores de Belgrano (el DT era Esmerado) y otro paso por las juveniles de Estudiantes, club donde hoy es responsable del femenino; “Quique” Yamashita actualmente está en un seleccionado Juvenil femenino de la AFA, y además, está la preparación física en manos de Gerardo Arocas, el mismo de la reserva del femenino gimnasista.
Según Piñero, es necesario contar con “un entrenador cada cuatro o cinco arqueros”. Pero el mejor pergamino, junto a los dos Mundiales, es el que sale de “Chipi” Raimundo (también fue discípulo de Cortizo) cuando responde sobre el director: “Es admirable por los niveles que alcanzó en dos mundiales y por la cantidad de arqueros que sacó, y destaco de su personalidad que habla cuando tiene que hablar y escucha cuando tiene que escuchar pero como todo capitán va marcando el rumbo a cada paso o con cualquier gesto. Es un imán para todos en este grupo que trabaja para el bien común que es que los arqueros y arqueras puedan mejorar y tener una buena performance en sus respectivos clubes. Seguramente haya más sorpresas (arqueros famosos) de las que todo el mundo espera”.
No escapan a la regla de la seriedad otros integrantes de esta escuela, como Lucas Boris (también prepara arqueros en Nueva Alianza y hace docencia en la escuelita del Club Unidos por Garibaldi), Nicolás Toschi, Mariano Burgos, Nicolás Balparda, Emanuel Armendi y Nicolás Piedra (todos integrantes de Gimnasia).
“Después de hacer 9ª en el Lobo, Piñero me llevó a Racing con 15 años y a los 41 me lo vengo a encontrar bajo los tres palos acá, en un nuevo vínculo que iniciamos” celebra Lucas Boris, nacido en 1982, en La Plata, uno de los chicos que suelen llamarlo “el mentor”, “el maestro”, aunque el “Flaco” con la seriedad que lo caracteriza les niegue adjetivos semejantes.

Lucas Boris, profesor de la Academia Piñero, acostumbrado a la docencia con los más chicos

Hablan también los que no están en su staff.
“Piñero me entrenaba con 14 años, era el único arquero en Argentina y me daba clases particulares”, cuenta Gabriel Spina quien ataja en una liga regional de Italia y representa a una marca internacional de guantes que creó su mejor amigo, el ex arquero Ramiro González.
“Lo conozco a Piñero desde el 95 cuando yo estaba en 8va de Gimnasia y entrenábamos en El Bosquecito cuando eran dos canchas y las áreas con un poco de tierra. Ahí me fue mostrando la parte técnica. Antes, yo era de los que entrenaban solos y nos ingeniábamos para crecer. Y hoy tengo mi propio espacio donde formamos a los chicos, para que ganen coordinación, agilidad. En Mar del Plata hay una expansión después del Mundial del Dibu Martínez, acá hay más camisetas de él que de Messi. Y los chicos quieren dejar la Play un ratito y entrenar para ser como el ídolo. Disfruto de algunos casos que no sabían atajar y hoy son promesas”, dice Emiliano Torresani hoy radicado en Mar del Plata donde dirige el Centro de Entrenamiento para Arqueros de Fútbol (CEPAF) desde el 1 de julio de 2009.
Ignacio Latorre, reserva de Estudiantes, había sido un chico de 14 años que apareció una vez en el arco de Estrella en la Liga Amateur, pasando luego por Villa San Carlos y La Plata FC, aunque reconoce que en los tres casos no tuvo un preparador específico hasta que “a los 22 años conocí a Piñero para que me entrene en el predio CN, esas dos veces por semana empecé a ver todo lo técnico y táctico relacionado al puesto y fundamentado; más tarde, me tocó la suerte de sumarme a Estudiantes para cumplir esta función, donde conozco a Sergio García y hoy tenemos a Leandro Cortizo, una persona que ayuda siempre a no quedarnos en la zona de confort y crecer”.
Christian Rey, hoy jefe de departamento en Deportes de Berisso, rescata que Piñero colaboró disertando todos los años y esperamos tenerlo otra vez en el curso de técnico. Un precursor en el rol con trabajos precisos y concretos, digo esto siendo profesor de educación física y sabiendo que en los arqueros un ejercicio de velocidad no es un simple peloteo y ya está, sino está basado en el mismo sistema energético de cada individuo”.
Esteban Chumbita, aquel directivo que recibió a Piñero en su primer año en Gimnasia como entrenador de infantiles y luego fue Vicepresidente segundo a cargo del departamento del fútbol profesional, observó a un “profesional muy comprometido con la gente que tiene a su cargo y dueño de una personalidad que le sirvió para superarse. Todo lo que logró se lo supo ganar por sus conocimientos y seguramente por las cualidades que trae desde la casa, ya que conocí a su padre”.
Por si faltara un golpe de efecto más, Damián Basilico, el actual director deportivo de la Escuela de Técnicos “Osvaldo Zubeldía” (a la cabeza está la legendaria «Bruja» Juan Ramón Verón) detalló que “por una iniciativa del gremio de los directores técnicos y de la AFA hace unos días Conmebol homologó la licencia de entrenador de arqueros, por lo cual ya la sumamos como materia». La primera charla fue virtual, donde los alumnos tuvieron un primer encuentro con el docente a cargo, Sergio Vizcaino, y el coordinador metológico es Leandro Cortizo, quien junto a su grupo de entrenadores del CEFARQ produce los contenidos de la nueva carrera.

En el Día del Arquero, éste es otro buen motivo para festejar y saludar a los apasionados que saben de gloria e ingratitud, esos “distintos” que ya no están tan solos y cada vez están más activos en un partido.

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