Alex Pérez Castells, Bernardo Pérez-Ramírez
Barcelona
* Los autores forman parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia
Desde el 3 de mayo de 1327, hace casi 700 años, han vivido monjas clarisas en el Real Monasterio de Pedralbes de Barcelona. Pero esta larga tradición terminará próximamente.
El monasterio de Pedralbes ha sido el mudo testigo del crecimiento y auge de la ciudad de Barcelona. La construcción del monasterio fue fruto de la visión de la Reina Elisenda de Montcada, tercera esposa del rey Jaime II de Aragón. El monasterio fue fundado para albergar clarisas de clausura, monjas pertenecientes a la orden de Santa Clara, cuya misión era rezar para generar fraternidad, alegría y esperanza para el mundo.
El monasterio adoptó el nombre de la zona donde se puso la primera piedra, conocido como “petras albas” -piedras blancas; Pedralbes. El monasterio es una joya arquitectónica del gótico catalán, un lugar donde se siente la paz al caminar por su magnífico claustro, considerado el más grande de su estilo de toda Europa.
Sus celdas góticas fueron pintadas por Ferrer Bassa que ilustran la vida de Jesús y la de varios santos. También tiene un gran jardín que en su momento fue un huerto de hierbas medicinales, un huerto de cultivo, una fuente central donde el agua canta, una cocina, y un refectorio.
La hermosa iglesia gótica acoge a feligreses desde hace casi 700 años, como sucedió en la misa de Navidad del 24 de diciembre del 2024 que mostramos en esta fotografía.
La reina Elisenda dotó al monasterio de diversos privilegios, uno de ellos que quedara bajo la protección directa de la ciudad, a través del Consejo de Ciento, que se comprometía a defenderlo en caso de guerra o invasión.
Tras enviudar, Elisenda escogió al monasterio como su retiro y vivió allí hasta su muerte, rodeada de las Clarisas y de su corte. Mientras la Reina vivió entre las clarisas, Pedralbes se convirtió en el centro espiritual y de consejería del Reino; pues al monasterio acudían los reyes de Aragón a escuchar a la prudente Elisenda. En su testamento declaró que el monasterio debería albergar a las clarisas per secula seculorum – por los siglos de los siglos.
En su testamento, la reina Elisenda declaró que el monasterio debería albergar a las clarisas “per secula seculorum”
¿Como se puede desalojar de este lugar histórico y santo a las clarisas, desobedeciendo el deseo y mandato de la reina Elisenda?
Fue hace muchos años, precisamente en un rincón del claustro, conocimos a Sor Isaura, una de las últimas tres monjas de clausura del monasterio. Ingresó a los 17 años, y lleva más de cuatro décadas entre sus muros. Con su pequeña cámara fotográfica va capturando imágenes del monasterio que transforma en una expresión de lo divino.
Poco a poco los frutos del lente de Sor Isaura salieron de Pedralbes para dar a conocer en Catalunya, y el resto del mundo, la extraordinaria singularidad y espiritualidad del lugar.
El trabajo de Sor Isaura ha permitido dar a conocer la belleza escondida entre las piedras del monasterio. El arte y los valores ejemplificados en las clarisas del monasterio es el reflejo de nuestra cultura y se debe transmitir de generación a generación.
Con el anuncio del cierre del monasterio de Pedralbes como convento de clausura, se está cercenando el hilo conductor al pasado de Barcelona. Cuando se trasladen las últimas clarisas a otros monasterios, incluida nuestra querida Isaura, la única clarisa fotógrafa, el legado de la reina Elisenda llegará a su fin.
Ya no se verá a Sor Isaura paseando por el jardín, buscando la luz divina en los rincones del claustro con su lente fotográfico. Los muros del monasterio ya solo serán piedras, un museo con el recuerdo de su historia.
¿Por qué no traer más clarisas a Pedralbes? ¿Por qué no seguir manteniendo el monasterio como centro religioso y cultural para Barcelona, que permita recobrar el auge de esta orden en esta puerta al paraíso?
Lee también
“La fotografía es contemplación y plegaria”
Toni Ayala