21.8 C
Buenos Aires
miércoles, febrero 5, 2025

Barcelona encara un año sin fechas señaladas pero con retos mayúsculos: seguridad y vivienda

Más Noticias

En el calendario de Barcelona para el 2025 no hay fechas señaladas con un círculo rojo. No es este año electoral (el mes de junio se habrá consumido tan solo la mitad del mandato) y habrá que esperar al 2026 para vivir grandes acontecimientos culturales (la capitalidad mundial de la arquitectura) o deportivos (la Gran Départ del Tour de Francia). Y, sin embargo, durante los próximos doce meses, la capital catalana afrontará retos de una dimensión mayúscula, desafíos que muy probablemente no sirvan para proyectar –un poco más todavía– la imagen internacional de la ciudad, pero que sí serán determinantes a la hora de garantizar la convivencia ciudadana, la paz social y la prosperidad económica no ya solo durante este año, sino durante un largo ciclo.

El barómetro del Ayuntamiento de Barcelona publicado el lunes marca nítidamente cuáles han de ser las prioridades de las administraciones públicas –todas a la vez y de una manera coordinada que a menudo se ha echado en falta– en el presente y en un futuro inmediato de largo recorrido. A la permanente inquietud por la inseguridad ciudadana, muy condicionada por el elevado número de hurtos, la confluencia en Catalunya de todas las facciones de la internacional del tráfico de marihuana y por una percepción difusa de malas costumbres ubicadas en la frontera entre el pequeño delito y el incivismo, se ha unido el malestar provocado por las crecientes dificultades de gran parte de la población para acceder a una vivienda asequible a sus limitados recursos económicos.

En lo que respecta a la seguridad, los próximos meses habrán de confirmar si la ligera caída de la delincuencia convencional (un 4%) y de los hurtos (7%) durante los tres primeros cuatrimestres meses del 2024 se consolida como tendencia. La capital catalana espera como ninguna otra gran ciudad española que los cambios legales en cartera –los efectuados hasta la fecha han sido muy poco efectivos– y el prometido incremento de recursos judiciales para combatir la multirreincidencia faciliten el avance en la erradicación de una lacra que castiga especialmente a esta ciudad.

El retraso acumulado hará que las medidas para paliar la crisis habitacional apenas se noten este año

Por lo que respecta a la vivienda, el incremento de recursos para intensificar la producción residencial por parte de las administraciones públicas apenas se notará todavía en el 2025. Han comenzado a implementarse algunas medidas correctoras, pero esta es una carrera de fondo en la que Barcelona, a pesar de haber sido durante largos años uno de los municipios con mayor inversión en vivienda pública, parte con retraso. Nada más sonoro en la última encuesta municipal que el suspenso sin paliativos al propio Ayuntamiento y, con mayor estruendo todavía, al Govern de la Generalitat y al Gobierno español.

No contribuye precisamente a solucionar el problema el enorme atractivo que la Barcelona global, el paraíso urbano de influencers, instagramers y tiktokers del mundo entero, ejerce sobre opacos fondos de inversión, oportunistas de los más diversos pelajes, especialistas en el negocio fácil –muy especulativo y nada productivo–, expats que se benefician de la calidad de vida que ofrece la ciudad y que contribuyen a elevar precios y a expulsar población con menos recursos… Barcelona se siente a menudo atrapada en su propio éxito, y la crisis de la vivienda no es sino la expresión de esa contradicción que la atenaza. Una contradicción que se manifiesta, asimismo, en la relación de amor y odio que los barceloneses mantienen con el turismo, una relación marcada por la inconveniencia de renunciar a él y, al mismo tiempo, por el lógico y creciente hartazgo que provoca a muchos vecinos de los barrios más saturados por esta actividad que reparte beneficios de manera muy desigual.

Para el gobierno municipal que preside Jaume Collboni, el 2025 se abre con la disyuntiva de seguir priorizando la gestión (los planes Endreça y similares que empieza a replicar a escala catalana el gobierno hermano que habita en el otro lado de la plaza Sant Jaume) o abrazar alianzas de mayor calado ideológico que le garanticen –solo en teoría– una mayor estabilidad y capacidad para sacar adelante iniciativas que sí pueden incidir con más fuerza en la definición de un modelo de ciudad.

El Consistorio estudia cómo satisfacer las duras exigencias de BComú sin soliviantar a los detractores de Colau

El gobierno de PSC logró despedir el 2024 con una pequeña victoria, la aprobación de las ordenanzas fiscales para el 2025, labrada a partir de algunas concesiones asumibles a BComú y ERC. Tras prorrogar la previsión de cuentas del pasado año para ganar tiempo de negociación y esperar a ver qué sucede en el Parlament y en el Congreso de los Diputados –la teoría de los vasos comunicantes no es en este caso infalible, pero sí bastante fiable–, un nuevo presupuesto municipal para este 2025 sigue en el aire. El gobierno del PSC se siente relativamente optimista, y en sus planes a corto plazo figura la presentación del proyecto presupuestario a finales de enero o durante el mes de febrero con la vista puesta en una aprobación definitiva en torno a la Semana Santa con el apoyo de comunes y republicanos. No obstante, la amenaza de la maldición que viene persiguiendo a los gobiernos municipales de Barcelona desde hace un decenio –presupuestos que en contadas ocasiones avanzan por la vía ordinaria y toman la senda de la prórroga o la cuestión de confianza incluso en momentos de buena salud financiera– sigue latente.

El alcalde Collboni repasa la documentación de uno de los últimos pleno del Ayuntamiento de Barcelona del 2024

El alcalde Collboni repasa la documentación de uno de los últimos pleno del Ayuntamiento de Barcelona del 2024

Ana Jiménez

Tras la marcha de Ada Colau (la exalcaldesa ha abierto un dilatado paréntesis antes de decidir si regresa mesiánicamente a la arena municipal en el 2027), los comunes quieren seguir siendo relevantes. Como afirmaba en La Vanguardia su nueva líder, Janet Sanz, el 23 de diciembre, el objetivo es seguir gobernando Barcelona y hacerlo desde la oposición, sin entrar en un ejecutivo que funcionó de aquella manera en el anterior mandato.

Descartada la ampliación del gobierno por adición de los comunes (ERC come aparte), conseguir el apoyo de los herederos de Colau al presupuesto del 2025 se antoja una tarea titánica, sobre todo si BComú no cede en algunas de sus exigencias de salida: el mantenimiento de la norma que obliga a destinar un 30% de las nuevas promociones o grandes rehabilitaciones a vivienda y la ampliación del proyecto de las supermanzanas con la creación de nuevos ejes verdes (al estilo de Consell de Cent) o híbridos (como Pi i Margall, la futura Rambla o la nueva Via Laietana). En los despachos del gobierno municipal ya se estudian posibles alternativas que satisfagan a los comunes sin soliviantar a los sectores económicos que sintieron estas iniciativas con el sello de Ada Colau como una afrenta.

ERC deberá plantearse en breve si rescata del cajón el acuerdo que estuvo a punto de firmar con el PSC

En cualquier caso, para sacar adelante sus presupuestos e instalarse en un aparente espacio de confort, Collboni necesitará también los votos de una ERC que todavía no sabe si está en proceso de reconstrucción o sigue inmersa en una ciclogénesis explosiva. Al menos hasta la celebración del congreso nacional de los republicanos, todo indicaba que el abrazo entre PSC y ERC en el Ayuntamiento de Barcelona era inevitable. Estaba cocinado y listo para servir hasta que la federación local suspendió la asamblea decisoria al desbordarse el aforo de la sala habilitada para la ocasión. Lo nunca visto. Ahora, con la presidenta del grupo municipal, Elisenda Alamany, convertida en secretaria general del partido, todo se encamina hacia la aprobación del presupuesto y, muy probablemente, la entrada de los cinco concejales de ERC en el gobierno Collboni. Pero ya se sabe que las voluntades de las bases son inescrutables. Y en Esquerra un poco más.

Lee también

Janet Sanz: “BComú gobierna hoy Barcelona desde la oposición”

Enric Sierra, Ramon Suñé

La presidenta del grupo municipal de Barcelona en Comú, junto a los edificios de vivienda social en la plaza Glòries que ella impulsó en el pasado mandato

Lee también

Collboni salva el órdago de los comunes y consigue aprobar sus ordenanzas fiscales

Luis Benvenuty

Jaume Collboni a su llegada al pleno

Lee también

Collboni y el presupuesto de las manzanas

Enric Sierra

05 - 12 - 2024 / Barcelona / Dijous 5 de desembre, a les 12.15 hores, a la Sala Lluís Companys de l'Ajuntament de Barcelona, la primera tinenta d’alcaldia, Laia Bonet, i la presidenta de Barcelona en Comú, Janet Sanz, presenten novetats sobre la regulació del lloguer de temporada a la ciutat. / foto: Llibert Teixidó

Desde Vive multimedio digital de comunicación y webs de ciudades claves de Argentina y el mundo; difundimos y potenciamos autores y otros medios indistintos de comunicación. Asimismo generamos nuestras propias creaciones e investigaciones periodísticas para el servicio de los lectores.

Sugerimos leer la fuente y ampliar con el link de arriba para acceder al origen de la nota.

 

- Advertisement -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img

Te Puede Interesar...

Murieron dos de los heridos por la explosión de un gasoducto en Córdoba

Dos de las personas heridas como consecuencia de la explosión de un gasoducto en Villa María, Provincia de Córdoba,...
- Advertisement -spot_img

Más artículos como éste...

- Advertisement -spot_img