Ac. Ing. Rosario Pou Ferrari | Montevideo
@|Al nuevo Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca:
Hace un par de semanas, conocí el programa de trabajo en el Ministerio que asumirá, e incluye un tema que me concierne: la ley forestal; por esa razón comparto algunos aspectos que considero importantes.
De acuerdo a estas manifestaciones públicas, la preocupación es promover la puesta en marcha de la Ley que el Gobierno actual vetó, en usos de sus prerrogativas constitucionales.
Esa Ley aprobada establecía limitaciones a la plantación forestal productiva, lo que implica, en la visión del Poder Ejecutivo, que las medidas promovidas limitan la libertad de producción establecida por la Constitución de la República.
En su momento me interesó la discusión parlamentaria, y he de manifestarle que mi impresión fue que los legisladores no tenían información objetiva y científica que los respaldara. Tan es así, que las Academias Nacional de Ingeniería (que integro) y la Academia de Economía de Uruguay organizaron un acto conjunto para expandir la base de conocimiento de los legisladores y de toda persona que tuviese dudas.
Debo dejar sentado mi profundo rechazo al contenido, forma y visión de dicha ley, pero creo necesario se adecúe la política forestal a la situación del sector, que ha crecido en forma ordenada y continua, luego de la continuación de una Política de Estado que transcurrió 9 gobiernos.
Es necesario recordar algunos aspectos que se han alcanzado:
– El desarrollo y puesta en marcha de técnicas en toda la cadena productiva ha permitido que aporte a la Bioeconomía y a la Economía Circular.
– La descentralización de la actividad productiva e industrial y de todas la infraestructura (investigación docencia, innovación y desarrollo) que se han radicado en el interior del país.
– El cuidado y calificación del personal involucrado: la certificación externa del proceso productivo según criterios internacionales.
– El cumplimiento al requisito de “fijación de Carbono”, lo que contribuye a la mejora de nuestras cuentas ambientales.
– La relación creada con productores ganaderos, estableciendo tipos de asociación para incorporar áreas “forestales” de sus campos a su producción, incrementando el ingreso total de su explotación.
– La integración del aprovechamiento de zonas de alto valor de conservación cuando existen valores biológicos, históricos y culturales que así lo requieran.
Si realizamos la comparación en cuanto a gestión de los recursos naturales involucrados y autorizaciones requeridas, puede afirmarse que es el sector productivo que realiza más gestiones obligatorias frente al Estado.
Recordemos que el sector forestal creció con regulaciones desde la Ley Forestal de 1968, con criterios de protección a los bosques naturales y promover las plantaciones “calificando suelos y especies prioritarios”, concepto que se ha mantenido con algunos cambios en la Ley del 87. Y mejorado en el año 2021 con el Reglamento de criterios para el uso de suelos en plantaciones forestales, que ciertamente recoge algunas de las preocupaciones en lo relacionado a suelos.
Uruguay aún puede expandir el área plantada, como complemento de las producciones existentes, en un régimen como el actual, visualizando el complemento a industrias de transformación mecánica, y el nicho de inversión en plantas pequeñas de producción de papeles especiales a partir de maderas de fibra larga (coníferas).
Sin duda, seguramente también conoce la preocupación de impulsar la ganadería con el abrigo que implican los árboles; desde el siglo pasado se ha intentado que se extiendan las plantaciones de abrigo y sombra.
Entendemos que es obligación del Gobierno planificar hacia el futuro, y por esta razón apoyamos al Dr. Fratti en el sentido de aprobar normas regulatorias que promuevan la compatibilización de la matriz productivo-industrial a largo plazo, y como toda política a largo plazo, requiere un estudio detallado de incentivos crediticios y fiscales para que funcione. El largo plazo para madurar implica conocimiento, pero sobre todo continuar una política firme y clara.
Las plantaciones forestales no invaden la producción agrícola y ganadera sino que dan elementos socioeconómicos que aseguran la diversificación necesaria para que no existan grandes impactos negativos en la economía global del agro.
Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, Ministerio de Ambiente, Ministerio de Transporte y Obras Públicas, Oficina de Planeamiento y Presupuesto y Ministerio de Industria, Energía y Minería deben estar presentes en esta planificación del sector forestal hacia el año 55.