El cpnseller de Justícia, Ramon Espadaler, después de haber visitado el nuevo centro abierto de la Zona Franca, ha asegurado hoy que este equipamiento facilitará la reinserción laboral y social de los internos, promoviendo así, una buena cohesión social. De acuerdo con el calendario preestablecido, las obras avanzan según lo esperado y se estima que el centro podrá estar operativo a partir del primer semestre del año que viene.
El diseño ambiental del edificio seguirá una normativa preestablecida basada en la estructura base de un centro seguro, teniendo en cuenta que los residentes estarán cumpliendo penas de tercer grado y que su estructura debe ir conforme su función.
Con el objetivo de que sea un edificio alejado del consumo energético y de la contaminación, este centro dispondrá de una energía renovable propia de las placas solares y de la geotermia. La idea de que se convierta en un edificio ecológico con la certificación BREEAM implica que ciertos aspectos y acciones de la fase de diseño se hayan visto influenciados por la elevada implicación y conciencia con la contaminación, los residuos y el agua.
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Toni Muñoz
Se estima que habrá 800 plazas residenciales en este centro para internos en semilibertad, es decir, presos que duermen en prisión entre semana y que durante el día salen para trabajar y formarse. El coste de la inversión se eleva ya a 35,6 millones de euros, teniendo en cuenta que la fase de estructura y cierre está finalizada y que actualmente se están realizando las últimas instalaciones.
Esta apuesta por el medio abierto se considera que sea clave para facilitar la reinserción social, teniendo en cuenta que 9 de cada 10 internos que salen en libertad desde el régimen abierto no vuelven a delinquir y se integran verdaderamente en la comunidad, dentro de sus propios límites.