Cuidar a los más vulnerables en estos días de tan altas temperaturas es fundamental. Estar a resguardo y consumir mucha agua incluso sin tener sed son dos consejos claves.
Estos días que atravesamos de altas temperaturas pueden significar un riesgo para la salud. El excesivo calor ambiental es determinante para que el cuerpo no regule adecuadamente su temperatura, que puede aumentar por pérdida de agua, sudor y falta de hidratación.
Si bien todos nos quejamos del calor, hay grupos poblacionales que están más propensos a sufrir complicaciones. Los menores de 5 años —especialmente los menores de 1 año— quienes padecen enfermedades crónicas, cardíacas, renales, o neurológicas, los que tienen fiebre por otra causa, los que tienen la piel quemada por el sol y los jóvenes que toman bebidas alcohólicas, tienen mayor riesgo de enfermar en esta situación ambiental. También los adultos mayores son una población de riesgo.
¿Qué hacer para prevenir riesgos innecesarios?
• Resguardo. Mantener a los niños en lugares frescos y a la sombra. Reducir la actividad física y los juegos al sol o al aire libre entre las 11 y 17 horas. Lo ideal es quedarse dentro del hogar.
• Agua. La ingesta de agua es vital, aún sin tener sed. En el caso de los lactantes la única manifestación podrá ser llanto inconsolable. En los menores de 6 meses, la alimentación con pecho en forma exclusiva es la forma de brindarles el agua que necesitan. Tienen que ser amamantados, cuando lo requieran, no con horario. Los que no toman pecho, recibirán su mamadera cada tres horas y además se les ofrecerá agua fresca y sin gas. Lo mismo se hará con los niños que ya reciben alimentación complementaria. Si la necesitan, la tomarán con la misma avidez que lo hacen con la alimentación. De preferencia, la comida debe prepararse en el momento. El consumo de frutas y verduras es esencial, porque es otra forma de aportar agua.
• Baños. Refrescar el cuerpo con baños o mojar los niños con frecuencia ayuda a bajar la temperatura corporal. Durante el baño —sea en el lugar que sea— los pequeños siempre deben ser vigilados por un adulto. Cabe recordar que los menores de 18 meses, pueden ahogarse en pocos centímetros de agua.
• Vestimenta. Para estar a la intemperie la ropa debe ser liviana, además es importante usar gorro (de ala ancha preferiblemente) y protector solar factor 30 o superior (aunque esté nublado).
• Cuidado. No podemos —ni debemos— dejar infantes dentro de los autos mientras se realizan compras o mandados. En el interior de los vehículos las temperaturas son siempre superiores a las exteriores y eso puede causarles daño.
Síntomas
Frente a la ola de calor, los niños pueden presentar síntomas leves o graves, que pueden llegar a la muerte en caso de no ser tratados oportunamente. Van desde malestar, decaimiento, llanto intenso, fiebre, deshidratación (mojan menos los pañales, boca seca, llanto sin lágrimas), somnolencia, irritabilidad, convulsiones, dolor abdominal, náusea y vómitos.
No queremos generar alarma, pero nuestra obligación es alertar, porque en esta etapa del ciclo vital, la responsabilidad de prevenir es de los adultos a cargo y de los médicos que nos dedicamos al cuidado de niños y adolescentes.
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